Beneplácito de los países europeos y el resto del mundo occidental
Críticas de teólogos y religiosos progresistas de Latinoamérica por elección de Ratzinger
Ampliar la imagen Decenas de miles de romanos y peregrinos festejan en la Plaza de San Pedro la elecci�e Joseph Ratzinger al frente de la Iglesia cat�a FOTO Ap
Roma, 19 de abril. El nombramiento del cardenal alemán Joseph Ratzinger como el nuevo papa Benedicto XVI fue bienvenido por los países europeos y el resto del mundo occidental, si bien hubo críticas de teólogos y religiosos progresistas, sobre todo de América Latina, que estiman se eligió al menos progresista de todas las opciones.
El teólogo brasileño Leonardo Boff señaló que el nuevo Papa "será difícil de amar", y el teólogo del Opus Dei Ignasi Saaranyana aseguró, en cambió, que Ratzinger "recuperará el espíritu misionario".
Otras opiniones sugieren que será difícil para Benedicto XVI dejar de ser visto bajo la carismática sombra de Juan Pablo II.
El sacerdote católico Gastón Garatea, quien preside la Mesa de Lucha contra la Pobreza en Perú, señaló que Ratzinger tiene una imagen "fea", pero que no hay que temerle pues el Papa, de 78 años, tendrá oportunidad de modificarla.
"Siempre hemos tenido buena imagen de Ratzinger", declaró el cardenal Karl Lehmann, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, conocido por sus posturas liberales sobre temas de sociedad, en contradicción con las posturas del Vaticano.
"No tenemos que estar siempre de acuerdo con todas las políticas de la Iglesia católica. Tampoco es obligatorio", declaró el cardenal de Mayence.
El teólogo suizo-alemán Hans Küng se dijo "enormemente decepcionado" por la elección de Ratzinger, en declaraciones a la prensa alemana en la ciudad universitaria de Tubinga. El Vaticano prohibió a Küng enseñar teología debido a sus opiniones.
El autor de La verdad sobre el futuro de la Iglesia y Escritos sobre la reforma de la Iglesia, entre otras obras, opinó que al nuevo Papa le aguarda "una montaña de tareas inconclusas", dejadas por Juan Pablo II.
"Pero como ocurre con el presidente de Estados Unidos, hay que concederle al nuevo Papa cien días de aprendizaje", concluyó Kueng.
El teólogo de la Liberación y ex fraile brasileño Leonardo Boff, de 66 años, quien fue condenado al "silencio obsequioso" por Ratzinger, afirmó que "será difícil amar a ese Papa, por causa de sus posiciones sobre la Iglesia y el mundo".
Boff, quien fue sancionado en 1984 por Ratzinger a silencio indeterminado y Juan Pablo II limitó luego la pena a un año, declaró no guardar rencor al nuevo Papa.
Sin embargo, indicó que se dio cuenta de que "por detrás de una persona refinada se esconde una inteligencia fría, clara, sin cordialidad y a veces sin misericordia".
"Temo mucho por el futuro de la Iglesia, porque va a radicalizarla, sin el carisma de Juan Pablo II. El no será bueno para la Iglesia", declaró Boff, quien colgó los hábitos en 1992, contrajo matrimonio y ahora es orgulloso padre de un niño.
"Su doctrina es dogmática y muchos cristianos están emigrando porque no soportan esa rigidez doctrinaria", concluyó.
La Teología de la Liberación surgió en América Latina después del concilio Vaticano II (1962-1965) e impulsó la "opción preferencial por los pobres" de la Iglesia latinoamericana, que debía comprometerse con su emancipación social y política.
Ratzinger lideró el combate contra la Teología de la Liberación, a la que acusaba de estar penetrada de ideas marxistas.
Interrogado sobre por qué los cardenales eligieron a Ratzinger, Boff respondió que "después de 26 años de pontificado de Juan Pablo II se ha creado una cultura conservadora y los cardenales intentaron buscar una solución sencilla, pero también la más peligrosa. La Iglesia dejará de ser una patria, un lugar, para muchos".
Antes del cónclave, Boff afirmó que Ratzinger era "uno de los cardenales más odiados por la Iglesia universal por su rigidez y porque humilló conferencias de obispos y colegas cardenales con la forma autoritaria que siempre trató las cuestiones de fe". También vaticinó que nunca sería Papa.
Gastón Garatea, de la Mesa de Lucha contra la Pobreza en Perú, unificó las reacciones de júbilo y rechazo ante la elección de Ratzinger al señalar que el nuevo Papa "tiene una figura fea, de hombre duro como defensor de la ortodoxia, pero creo que va a cambiar su imagen pues es un hombre con apertura universal", dijo a Afp.
"Juan Pablo II no era un teólogo de la claridad de Ratzinger", opinó Garatea, al subrayar que "no hay que tenerle miedo (al alemán), sino acercarse a él para ver los problemas del mundo".
Un tono similar tuvo el también peruano Rolando Ames, ex integrante de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y cercano a las posiciones de la Teología de la Liberación, quien propuso dar a Benedicto XVI el beneficio de la duda: "Se trata de una persona que por su nivel intelectual puede ser más abierto de lo que la gente piensa".
Representantes de Colombia y Ecuador, países que Benedicto XVI ya ha visitado, manifestaron su contento por la elección, al igual que los gobiernos y líderes católicos tradicionalistas del resto de América Latina.
En Brasil, sin embargo, donde aún es fuerte el movimiento de la Teología de la Liberación, fue donde se concentraron las reacciones de escepticismo de sectores progresistas de la Iglesia.
Presidentes de países europeos felicitaron el nombramiento, al igual que el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. El presidente estadunidense, George W. Bush, afirmó que Ratzinger es un hombre de "gran sabiduría y cultura".
Marktl, la aldea bávara donde nació Benedicto XVI, recibió la noticia con gran celebración y trascendió que una página de Internet de admiradores de Ratzinger quedó bloqueada debido al exceso de visitas.