Fox, alborozado por la elección
Nogales, Sonora. Alborozado, Vicente Fox exclamó: "¡Ya tenemos nuevo Papa! ¡Un nuevo líder de la Iglesia católica: Benedicto XVI! ¡El cardenal Ratzinger es el nuevo Papa!" Sin importar que su auditorio hubiera sido convocado para la supervisión de las obras del distribuidor vial El Greco en esta ciudad, el presidente quiso darles "una muy buena noticia", la designación del nuevo jefe de los católicos. Enseguida, anunció que la delegación mexicana que acudirá al Vaticano para la unción del nuevo prelado estará encabezada por el canciller Luis Ernesto Derbez y Marta Sahagún, su esposa.
No cabía de gozo. De inmediato extendió una invitación a Benedicto XVI para que visite México "a la brevedad y cuando así pueda ser". Que visite el país, dijo, para continuar "esta extraordinaria relación en favor de la paz en el mundo, en favor de la defensa de los derechos humanos, en favor de la promoción de los valores religiosos".
Remitió también con el mismo entusiasmo "el más cariñoso saludo del pueblo de México", y le deseó lo mejor para el enorme reto y la tarea que tiene por delante el nuevo obispo de Roma: "Felicitarle y decirle que estamos a su lado, que queremos construir y seguir acrecentando ésta ya de por sí magnifica, extraordinaria relación que se ha construido entre nuestro país y el Vaticano".
Cuando la noticia de la decisión del cónclave apenas circulaba en la prensa, ya Foxhabía decidido quiénes conformarán la delegación que asistirá a la ceremonia donde "el Papa será ungido ya de manera permanente y que en un símbolo personal", y representádome "de manera directa" estará su esposa, la señora Sahagún. Y remató: "Nuevamente, felicidades a Benedicto XVI y nuestros mejores deseos de éxito para él".
Carta a Benedicto XVI
Más adelante, la presidencia de la república envió una misiva al nuevo Papa. El texto íntegro de la carta es el siguiente:
"Tengo el honor de expresarle, en nombre del pueblo y del gobierno de México, la más cordial felicitación por su elección como Sumo Pontífice. Desde el establecimiento de las relaciones, en 1992, entre México y la Santa Sede, éstas han estado marcadas por el signo de una gran confianza y respeto mutuos. Durante este periodo hemos construido nuevos peldaños de entendimiento, derivados de un diálogo siempre fructífero en torno a intereses y preocupaciones comunes. Nuestros vínculos encuentran un sólido sustento en los principios compartidos de libertad, respeto a la dignidad de las personas y búsqueda solidaria del bien común.
"En esta ocasión, el gobierno de México refrenda su compromiso para actuar de manera concertada con la Santa Sede y con la comunidad internacional, a fin de encontrar soluciones viables a los grandes problemas de nuestro tiempo. En ese sentido, tengo plena confianza de que durante su pontificado, México y la Santa Sede renovarán los esfuerzos que han emprendido en la búsqueda del bienestar entre los pueblos, especialmente de las personas más desprotegidas y, desde luego, por alcanzar los altos ideales de paz y solidaridad internacionales.
"Estoy convencido de que Su Santidad encontrará en México muestras de gran afecto y respeto, como legado de su ilustre predecesor, Juan Pablo II, a quien recordamos entrañablemente. Al hacer votos por su bienestar y ventura personal, aprovecho la oportunidad para manifestarle, su santidad, las seguridades de mi muy distinguida consideración".
Rosa Elvira Vargas,enviada