Sin el respaldo de un partido el presidente tendrá problemas de gobernabilidad: analistas
Palacio inicia la formación de su gabinete y la calma retorna a Quito
Grupos sociales piden disolución del Congreso, moratoria de la deuda externa y nuevas elecciones
Lucio Gutiérrez permanece en la embajada de Brasil a la espera de poder salir de Ecuador
Ampliar la imagen Manifestantes ecuatorianos ayer frente al palacio de Carondelet, en Quito, luego que Alfredo Palacio asumiera oficialmente el cargo de presidente tras la destituci�e Lucio Guti�ez FOTO Reuters
Quito, 21 de abril. Alfredo Palacio asumió hoy formalmente el cargo de presidente de Ecuador tras la destitución del ex coronel Lucio Gutiérrez -quien permanece refugiado en la embajada de Brasil a la espera de poder salir del país-, y comenzó a formar su gabinete con personajes centristas, desvinculados de la política y reconocidos en sus ámbitos de trabajo.
Mientras, la calma retornaba a las calles de Quito, pero analistas prevén que el independiente Palacio, quien era el vicepresidente pero estaba enfrentado a Gutiérrez, afrontará problemas de gobernabilidad por la ausencia del respaldo de un partido político y de una bancada parlamentaria.
A esto se suma una protesta popular que aún no ha acabado. Ya se han activado dos grupos: la Asamblea Popular y el Comité de Refundación de la República, que piden la moratoria de la deuda externa o al menos una reducción de su pago, la oposición al Plan Colombia, el no ingreso al Tratado de Libre Comercio, pero principalmente, la disolución del Congreso unicamaral.
Pero el nuevo ministro del Interior, Mauricio Gándara, afirmó que "el presidente ejercerá su cargo por el tiempo que le falta, hasta el 15 de enero de 2007. En tanto, hay que hacer reformas serias y profundas".
"Queremos elecciones inmediatas y que se destituya este Congreso ineficiente donde hay una oligarquía corrupta", decía frente al Palacio de Gobierno, Janey Taype, parte de un grupo de manifestantes entre los que se extendía la consigna "que se vayan todos". "Confío en Palacio, pero no le vamos a dar carta blanca", añadió la mujer.
"Ya estamos hartos de ser engañados, Palacio es el octavo presidente en 10 años", explicaba otro manifestante al tiempo que el taxista Juan Pacheco aseguraba que "no sacamos a los presidentes por puro gusto, lo que sucede es que quienes llegan al gobierno y al Congreso caen en la corrupción".
Palacio -reconocido médico de 66 años, casi sin experiencia política- asumió este jueves formalmente en la sede presidencial de Carondelet, donde nombró a ocho de los 15 miembros del gabinete, todos sin filiación política y la mayor parte centristas.
Entre los designados está Gándara, analista que es coordinador del independiente Grupo por la Dignidad y la Soberanía, creado hace siete meses para actuar contra el uso de la base de Manta por parte de Estados Unidos para sus operaciones antidrogas, incluidas las del Plan Colombia.
Otro nombramiento que destacó fue el de Rafael Correa como ministro de Economía, ya que había sido calificado en ocasiones por sectores industriales de "terrorista económico", por sus posiciones contra la dolarización de la economía y el alto porcentaje destinado al pago de la deuda externa.
Correa, sin embargo, aseguró hoy que la dolarización se mantendrá y que el nuevo gobierno tratará de atraer la inversión "directa" más que la financiera, para reactivar la economía de Ecuador, quinto productor de petróleo de América Latina y segundo exportador de Estados Unidos, pero con una deuda social que mantiene a gran parte de los 12.2 millones de habitantes en la pobreza.
En tanto, el destituido Gutiérrez aguardaba en la embajada brasileña en Quito su traslado a Brasil, país que envió un avión a la zona fronteriza para recogerlo una vez se emita formalmente el salvoconducto para su salida.
El ministro Gándara explicó que "si el gobierno de Brasil le ha concedido el asilo, poco será lo que podamos hacer", pese a que una fiscal presentó ayer cargos contra el ex mandatario por "delito flagrante de ordenar a la policía y los militares salir a reprimir a los manifestantes" que exigían su renuncia, dejando cuatro muertos y casi 200 lesionados.
Un grupo de manifestantes se mantenía este día a las afueras de la residencia del embajador para protestar contra la decisión del presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Gutiérrez -un coronel que irrumpió en política hace cinco años con el apoyo de líderes del movimiento indígena- fue destituido el miércoles por el Congreso tras una semana de protestas, y se convirtió así en el tercer presidente electo consecutivo de Ecuador que no pudo concluir su mandato, después del populista Abdalá Bucaram y el democristiano Jamil Mahuad.
"La llamada clase política en este país está desprestigiada en su conjunto", dijo el analista Fernando Bustamante. "Desgraciadamente el presidente que asumió ayer (Palacio) no tiene demasiados apoyos sociales ni políticos, y su legitimidad es algo que todavía está en veremos", agregó.
El descontento contra el gobierno se originó cuando una mayoría legislativa aprobó en diciembre pasado resoluciones para restructurar a los tribunales Constitucional (TC) y Supremo Electoral (TSE), además de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), la cual dictó polémicos fallos.
El domingo pasado el Congreso dejó sin efecto la resolución para restructurar la CSJ, por lo que el país temporalmente no tiene Corte Suprema de Justicia. Pero esa Corte, antes de ser destituida, exculpó a dos ex presidentes y un ex vicepresidente de cargos de corrupción, lo que llevó a la población a salir a las calles, luego del regreso desde su exilio en Panamá del ex presidente Bucaram.
El loco, como se le conoce, habría logrado abandonar el país evadiendo ordenes de prisión emitidas en su contra, luego que la Fiscalía General desconoció la resolución que lo favoreció. "No está en el país, pero su paradero no podemos decirlo por seguridad", sostuvo uno de sus allegados.
Los indígenas, al margen
Los analistas, por otro lado, destacaron que esta vez los indígenas no participaron en las protestas callejeras, cuando la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), fue determinante para el derrocamiento de Bucaram en 1997, y de Mahuad en 2000.
La Conaie luego ayudó a Gutiérrez -quien siendo coronel lideró un grupo de oficiales que apoyó la rebelión indígena que sacó a Mahuad-, a llegar al gobierno en 2002.
"Estamos muy contentos por el triunfo del pueblo de Quito", expresó el vicepresidente de la Conaie, Santiago de la Cruz, al reconocer que "no protagonizamos la movilización". Explicó que Gutiérrez, quien asumió con un discurso izquierdista para dar un vuelco a la derecha a los pocos meses, "manejó una estrategia para dividir a la Conaie".
Así, designó a Antonio Vargas -destituido presidente de la Conaie- como ministro de Bienestar Social, lo que le permitió asegurar el apoyo de los indígenas de la Amazonia de donde éste es oriundo. Además, recibió el respaldo de organizaciones minoritarias de indígenas, como de los evangélicos, a cambio de beneficios.
Por la noche se informó que iba en aumento el número de manifestantes frente a la embajada de Brasil en Quito, donde se encuentra el destituido Lucio Gutiérrez, al tiempo que otro nutrido grupo se reunió frente a la sede de gobierno para rechazar el gabinete recién nombrado por el presidente Alfredo Palacio.