Más críticas por su pasado en las juventudes hitlerianas y en el ejército alemán

Confirma Benedicto XVI a Angelo Sodano en el cargo de secretario de Estado

Trasciende que Joseph Ratzinger fue elegido con amplia mayoría, no por unanimidad

AFP, DPA Y THE INDEPENDENT

Ciudad del Vaticano, 21 de abril. Benedicto XVI confirmó este jueves a Angelo Sodano en el cargo de secretario de Estado que ya ocupaba desde 1990, en lo que fue su primer nombramiento desde su elección el martes.

Al igual que el nuevo Papa, el alemán Joseph Ratzinger, Sodano, de 77 años, es un hombre del aparato vaticano y contribuyó a la elección de Benedicto XVI.

Antes de llegar a la secretaría de Estado, donde en un primer momento ejerció de "canciller", fue nuncio en Chile 10 años a partir de 1977, y siempre se le reprochó su cercanía con el dictador Augusto Pinochet.

Sus dos principales colaboradores, el sustituto de la secretaría de Estado, Leonardo Sandri, y el actual secretario para las Relaciones con los Estados, el canciller del Vaticano Giovanni Lajolo, fueron igualmente mantenidos en sus cargos "hasta nueva orden", al igual que el resto de la curia romana, considerada el gobierno central de la Iglesia católica.

El arzobispo argentino Leonardo Sandri, quien fue la voz de Juan Pablo II durante los últimos días de su vida, y el prelado italiano Giovanni Lajolo habían sido nombrados en 2000 y 2003, respectivamente.

La decisión de Benedicto XVI significa también que el colombiano Darío Castrillón Hoyos, de 75 años, el único latinoamericano que dirige una congregación, se mantiene provisionalmente al frente del clero.

De momento, el único cargo que queda vacante es el que ocupó Ratzinger hasta ser electo Papa, que es el de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, un puesto clave en la estructura de la Iglesia.

Estos anuncios no significan que el nuevo Papa va a mantener intacta la curia romana, de la que forma parte desde 1981, sino que se da un tiempo más largo para ir introduciendo los cambios progresivamente, como hizo el polaco Karol Wojtyla.

Después de haber establecido las prioridades de su pontificado en la primera homilía pronunciada el miércoles anterior, Benedicto XVI decidió llevarlas a la práctica y manifestó este jueves su voluntad de "continuar el diálogo" y "fortalecer la colaboración" con la comunidad judía.

Hoy, aunque no tenía acto público alguno previsto en su agenda, decidió hacer su segunda incursión fuera del recinto vaticano para dirigirse, a bordo de un automóvil, a su antiguo apartamento.

Este viernes se reunirá con los cardenales presentes en Roma y el sábado próximo mantendrá su primer encuentro con los medios de comunicación, como también hizo su predecesor unos días después de su nombramiento.

Al mismo tiempo, Roma se prepara ya para la misa oficial de inauguración del pontificado de Benedicto XVI, que se celebrará el próximo domingo por la mañana y para la que se prevé un dispositivo muy parecido al del funeral de Juan Pablo II, el pasado 8 de abril.

La prensa seguía reflejando el temor de muchos cristianos y no cristianos de que el nuevo Papa haga retroceder cualquier democratización en la estructura de la Iglesia.

El diario británico The Independent señaló que en su autobiografía Ratzinger omite cualquier alusión a las atrocidades que cometieron los nazis contra los judíos, pese a que en la aldea bávara de Traunstein, en la que creció desde 1937, había un campo de concentración.

El nuevo Papa admite haber formado parte, en contra de su voluntad, de las juventudes hitlerianas, porque en esa época todos los jóvenes eran obligados a unirse a esos grupos.

Pero según la historia de Traunstein, del escritor Friedbert Mühldorfer, las SS del régimen alemán ordenaron en varias ocasiones a los residentes de la ciudad cerrar las calles para permitir que prisioneros del campo de concentración circularan en columna por esos lugares.

Los vecinos eran obligados a ver desfilar por las calles a cientos de judíos macilentos.

Asimismo, la aldea también vivió su propia "noche de los cristales", en las que miembros de las SS destruyeron sinagogas, librerías y comercios judíos.

En su autobiografía, Benedicto XVI dice que se unió a una unidad antiaérea del ejército alemán, poco antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, y desertó de ese batallón a finales de abril de 1945 para huir de regreso a Traunstein, donde se mantuvo oculto de las SS, para ser capturado brevemente por el ejército estadunidense.

The Independent no acusa a Ratzinger de participar en la tortura y el exterminio de los judíos, sino que cuestiona el hecho de que estos hechos sean omitidos en su biografía, debido a que existe consenso histórico y de sobrevivientes de que era imposible que un residente de Traunstein no estuviera enterado de la suerte de ellos.

Otras fuentes informaron que días antes de ser designado Papa, Ratzinger apoyó al prelado argentino Antonio Baseotto, exonerado como obispo castrense por el presidente Néstor Kirchner por haber instado a "colgarle una piedra al cuello y tirar al mar" al ministro de Salud, Ginés González García, quien está en favor de la despenalización del aborto.

La mención generó un repulsión en Argentina porque recordó los vuelos de la muerte de la dictadura (1976-1983), en los que decenas de opositores fueron arrojados vivos y narcotizados al mar desde aviones, atados a piedras o barras de metal para evitar que sus cuerpos flotaran.

En carta fechada el 30 de marzo, que reproduce este jueves el periódico local Infobae, Ratzinger transmitió a Baseotto su descontento ante "la grave situación que se creará en Argentina con relación a la intervención de V. E. (Baseotto) en favor de la vida naciente y de la dignidad de la sexualidad humana".

Kirchner se apresta a viajar al Vaticano para asistir a la entronización de Ratzinger, e intentar descongelar las deterioradas relaciones a causa del episodio.

El canciller Rafael Bielsa dijo el miércoles a corresponsales extranjeros que es "irreductible e irreversible" la decisión de exonerar a Baseotto como obispo militar.

El cardenal peruano Juan Luis Cipriani, del Opus Dei, fustigó la labor de un sector de la prensa europea que se dedica a criticar a Benedicto XVI, en declaraciones realizadas hoy a la radio local RPP desde Roma.

"Por lo que he leído en los diarios, medios de prensa intentan formar una imagen que no es la verdadera", dijo Cipriani, quien en 2001 se convirtió en el primer purpurado del Opus Dei en el mundo.

"Han buscado a las personas contrarias a la fe, gente lejana al pensamiento de Juan Pablo II", deploró al aludir a las entrevistas que la prensa concede a dos críticos de la curia romana: el teólogo contestatario suizo Hans Küng y el brasileño Leonardo Boff, este último cabeza de la Teología de la Liberación en Brasil.

"El suizo Küng, hace tiempo que está alejado de la Iglesia, y Boff, que inclusive contrajo matrimonio dejando el sacerdocio, son como simplificaciones", dijo a la radio RPP, donde tiene su programa semanal.

En 1984, cuando Ratzinger ejercía el cargo de prefecto de la Doctrina de la Fe del Vaticano, una especie de guardián de la ortodoxia, condenó a Boff, entonces sacerdote franciscano, a un año de silencio por "desviaciones" en la Teología de la Liberación.

Hans Küng, por su parte, considera al Papa antimoderno, aunque ve "señales esperanzadoras" en sus primeras declaraciones que deben convertirse en "actos".

Según informaciones filtradas por otros cardenales a la prensa italiana, Ratzinger no consiguió el mayor número de sufragios en la primera ronda, el lunes anterior por la tarde, al ser relegado en las votaciones por el cardenal Carlo Maria Martini.

También trascendió que Ratzinger fue elegido con amplia mayoría, más no unanimidad, al obtener entre 95 y 107 votos, según la prensa italiana, de un total de 115 votos de cardenales electores.