Usted está aquí: sábado 23 de abril de 2005 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Argentina, Bolivia y Ecuador ¿Qué país sigue?

Prometer para no cumplir

Gobernación, vocera del clero

Las rebanadas del pastel:

EN ENERO DE 2003, el entonces popular Lucio Gutiérrez asumió la Presidencia de Ecuador con el compromiso de no gobernar "para izquierdas ni derechas", sino "a favor de los pobres y no de los señores que han mandado siempre en este país", y se obligaba a combatir los elevados índices de pauperización mediante la puesta en marcha de intensivos programas sociales, así como aplicar mano dura contra la corrupción.

DOS AÑOS Y tres meses después, el ex coronel del ejército ecuatoriano mordió el polvo, porque en los hechos hizo exactamente lo contrario en un ejercicio que tiende a ser recurrente en las llamadas democracias latinoamericanas: prometer para no cumplir y gobernar en sentido inverso al originalmente ofrecido en la búsqueda del voto.

ECUADOR TIENE UNA población ligeramente superior a 13 millones de habitantes, de los que aproximadamente la mitad son pobres, de acuerdo con el Banco Mundial, organismo que calificó de "altamente confiable" a Lucio Gutiérrez. Otros indicadores más confiables sostienen que más de 70 por ciento es pobre.

EL PRODUCTO INTERNO bruto de este país se aproxima a 27 mil millones de dólares, de los que cerca de 13 por ciento son producto de las crecientes remesas de la mano de obra expulsada por el modelo de apartheid económico que sirve de guía a los gobiernos latinoamericanos. Como suele ocurrir en la región, 20 por ciento de las familias ecuatorianas más ricas concentran más de 60 por ciento del ingreso nacional, mientras que 20 por ciento de las más pobres apenas si se reparten 2 por ciento.

ALGUNOS CALIFICAN LA caída de Lucio Gutiérrez -como antes la del "boliviano" Gonzalo Sánchez de Lozada o la del argentino Fernando de la Rúa- de un "atentado a la democracia", porque la "turbamulta" provocó la caída de un presidente que ella misma eligió y que no le cumplió. Ahora tocó el turno a Ecuador. ¿Qué país sigue?

ALGUN BUROCRATA DEL Banco Mundial sostiene la tesis de que "los buenos tiempos han regresado" a América Latina, pero los únicos que se benefician de esa oleada democrática son los mismos que usufructuaron "los malos tiempos".

EN REALIDAD, MAS allá de las respectivas nomeklaturas financieras de América Latina, los "buenos tiempos" se mantienen ausentes. ¿Como les ha ido a los latinoamericanos de a pie en materia económica durante los cuatro años previos?: 1.6 por ciento como tasa anual promedio de "crecimiento" en el producto interno bruto, aumento sostenido del desempleo y cada vez peores condiciones laborales para los 190 millones de personas que de una u otra suerte -formal o informalmente- cuentan con un medio de ingreso.

SON TAN PRECARIOS los resultados en la región, que hasta la Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebra los aumentos -así le llama- en los salarios reales y la productividad laboral en América Latina, a pesar de que reconoce que el poder adquisitivo de los salarios mínimos en la región permanece en niveles parecidos a los de hace 20 años.

UN REPORTE DE la OIT asegura que el poder adquisitivo de los salarios mínimos en América Latina reportó un aumento promedio de 8 por ciento en 2004, pero una versión distinta la ofrece la Universidad Obrera de México: el nivel salarial en la región se ha convertido en uno de los indicadores más significativos de la pobreza.

SEGUN LA OIT, la mayoría de los países de Latinoamérica siguieron una política de contracción salarial. Si se analiza el nivel de salarios mínimos en la región, y se toma como año base 1980, el resultado es que México, por ejemplo, es la nación de América Latina que más drásticamente redujo el mini ingreso de una lista de 18 países (68.8 por ciento), por lo que la mano de obra mexicana es de las más baratas de la región. En segundo lugar está Perú y le sigue Haití (-67.9) y en tercero El Salvador (-66.9).

LA OIT RECONOCE que el poder adquisitivo de los salarios mínimos en América Latina se encuentra por debajo de lo que tenía en las décadas de los 70 y 80. Por ejemplo, los salarios reales industriales de Latinoamérica también han mostrado un profundo deterioro: México se encuentra entre los países de mayor reducción, ya que ocupó el tercer lugar al obtener una pérdida de 40.5 por ciento en 2001, tomando como base 1980. En Perú fue de 57.6 por ciento y en Venezuela de 52 por ciento.

EN ESTE CONTEXTO de pobreza generalizada, los trabajadores de América Latina se han visto obligados a buscar mecanismos de supervivencia, mediante adecuaciones a su economía familiar o comunal; contratándose en la economía informal; emigrando a otras regiones y países del planeta; empleándose en las maquiladoras de exportación, que ofrecen los empleos peor pagados y riesgosos; cambiando sus hábitos de consumo, y aumentando el número de miembros de la familia que trabajan en los mercados formal e informal, con el fin de completar el ingreso, entre otros medios. La integración subordinada de las economías latinoamericanas a los requerimientos del capital trasnacional, está significando la profundización del subdesarrollo y la dependencia, la creciente pérdida de soberanía nacional, la depredación de nuestras riquezas naturales y un altísimo costo social, señala la Universidad Obrera.

ENTONCES, EN LUGAR de preguntar por qué cayó Lucio, los gobernantes de la región deben replantearse muchas cosas.

COMO BIEN LO dice la rayuela de ayer, la Secretaría de Gobernación se convirtió en vocera del Episcopado, cuando en realidad está obligada a hacerle un extrañamiento a la organización eclesiástica, de acuerdo con lo estipulado en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público: "tampoco podrán los ministros de culto asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna (Artículo 14)... Constituyen infracciones a la presente ley, por parte de los sujetos a que la misma se refiere: Asociarse con fines políticos, así como realizar proselitismo o propaganda de cualquier tipo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política algunos. Convertir un acto religioso en reunión de carácter político (Artículo 29)"... "Si lo hace Martita, por qué yo no", preguntará el charrito de Bucareli.

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