Exhibe sus océanos masivos de personas desnudas en la feria de arte contemporáneo
Spencer Tunick aporta un novedoso significado para el espacio público
El fotógrafo estadunidense mantiene la esperanza de realizar un proyecto en México
''En Nueva York, Giuliani nunca aceptó que el cuerpo en la calle representa arte y poder''
Los gobiernos y la religión tratan de controlar el destino de las personas, expresa el artista Spencer Tunick (Middletown, Nueva York, 1967), con 11 años de crear instalaciones masivas de seres humanos desnudos en espacios públicos. Sus experiencias al respecto también le han enseñado que ''los hombres son poderosos y quieren controlar el espíritu de las mujeres''.
Pero, sobre todo, Tunick ha aprendido que su obra ''explota'' en la cara de sus interlocutores. Es decir, ''crea esa explosión bella y natural que les hace pensar en su cuerpo de una manera no sexual y poderosa''.
Al referirse a sus sesiones citadinas, asegura que a los participantes les pone las cosas al revés mientras suceden, pero más bien al término, ya que la reacción de ese océano masivo de cuerpos que crea un nuevo significado para el espacio público -al menos para los involucrados-, trabaja en el lenguaje del arte contemporáneo.
Continúa: ''Las personas están ávidas de lo que sigue. Eso es muy bueno para el arte público en la ciudad y de extrema importancia para el cuerpo. Para mí el cuerpo está reprimido y criminalizado, o sobresexuado.
''Muchas de las leyes que protegen la pornografía también están en contra de un simple cuerpo humano parado en una calle pública, no como un estilo de vida, sino como un documento, una obra de arte, el cuerpo como obra de arte en un espacio público.''
Traído por su galería neoyorquina 1-20, para participar en la segunda feria Maco: México Arte Contemporáneo, que termina mañana, Tunick mantiene aún la esperanza de realizar un proyecto aquí. Los costos de una instalación varían desde 20 a 35 mil dólares, expresa a La Jornada.
Siempre trabaja por medio de un museo o institución de arte contemporáneo y, una vez aprobado, Tunick regresa con su director de proyecto para explorar sitios y empezar a trabajar en la logística de la instalación.
Rencor contra autoridades neoyorquinas
Spencer Tunick lamenta que tenga que promoverse más que otros artistas, pero en la medida que su obra se realiza en público, reconoce que muchas personas relacionadas con los museos ''no son tan progresistas y a veces le tienen miedo al gobierno''.
Sus diferentes series comprenden una en interiores, otra en la naturaleza, la ya mencionada en espacios públicos citadinos, y todavía otra emprendida en fiestas con personas desnudas y vestidas, que es sobre ''recreo y ocio''.
Desde un principio, el interés de Tunick se concentró en el cuerpo humano. Pero, ¿cómo empezó sus instalaciones masivas? Relata: ''Trabajaba con individuos, sin embargo, había tantas personas que querían posar en mis retratos en las calles que no tenía suficiente tiempo para trabajar con todos. Entonces invité a todos al mismo tiempo a posar en un sitio en el verano de 1994. De pura casualidad fue enfrente del edificio de la Organización de las Naciones Unidas''.
En esos primeros años Tunick tuvo varios enfrentamientos con la autoridad, pero ''sólo en Nueva York''. Explica: ''El alcalde era Giuliani -todavía no se montaba la exposición Sensación-, quien nunca aceptó que el cuerpo en la calle representaba arte y poder, sino crimen y violencia en un espacio público. Estaba en desacuerdo con Giuliani, también con la ley. Pero Giuliani dijo que no le importaba la ley y que me arrestaran de todos modos. Así que demandé a la ciudad de Nueva York y gané en la Suprema Corte de Estados Unidos, en Washington, DC.
''Ahora puedo trabajar en Nueva York, pero allí no soy feliz. Le guardo rencor a raíz de todas mis detenciones. Hoy día trato de emprender trabajos fuera de esa ciudad.''
-Usted es famoso, pero, ¿es rico?
-No, no lo soy. Vivo en un edificio de cuatro niveles. La gente suele confundir el ser conocido con el dinero. Salgo en los periódicos y en la página junto a mí están músicos como Radiohead y Beck, pero son representados por enormes corporaciones.
''Soy un artista joven aún. Tengo un hijo recién nacido y una esposa que no trabaja por primera vez desde hace cinco meses. Tengo mi estudio. No gasto en exceso, más allá de las personas que posan para mí, lo que equivale a un regalo. Sobrevivo y hago suficiente dinero para no tener que preocuparme por la renta de aquí a seis meses. Pero, después de eso, sí.
''Creo que mi trabajo es tan diferente que se volvió popular, que es popular debido al trabajo. Para mí las personas desnudas en público constituyen una manera fácil de salir en la prensa. Pero, eso se acaba, y si uno no realiza una obra obligatoria, si la gente no regresa para ver una obra dentro de un diálogo contemporáneo de lo que pasa en el mundo del arte, entonces uno se va a quedar en el camino.''
Tunick siente comprometerse en ese diálogo especialmente en su trabajo realizado con la naturaleza, que presenta por vez primera en Latinoamérica dentro de Maco.
Hace hincapié en quién le representa a uno como artista joven en el mundo del arte: ''No es quién eres, sino quién te representa. Los galeristas gobiernan el mundo del arte y pueden convertir lo mediocre en oro, y viceversa. Es un mundo extraño, no es una democracia, tiene que ver con decisiones en el cuarto de atrás. Me gusta que no sea una democracia, porque entonces sólo tendríamos perros y gatos desnudos''.