Hacia un saber sobre el alma
Ampliar la imagen Mar�Zambrano (1907-1991), fil�a galardonada con el premio Cervantes en 1989 FOTO Archivo
María Zambrano la filósofa, la mujer, es la maestra por excelencia de lo que yo llamaría la filosofía poética y la poética filosófica.
Nacida en Málaga, ilustre andaluza, es poseedora del duende, que se hace patente en su hondura y en ese ir ''más allá" de lo puramente conceptual y lo académico en el quehacer filosófico. Sus ensayos están impregnados de una prosa poética que subyuga al lector. Discípula aventajada de José Ortega y Gasset y de Xavier Zubiri, fue profesora de filosofía en la Universidad de Madrid hasta que la brutalidad de la Guerra Civil y la paranoide persecución de la dictadura la condujeron al exilio.
Sin embargo, las circunstancias adversas no logran detenerla y continúa la docencia en Cuba, México y Puerto Rico. Antes de regresar a España en 1984, tras la muerte del dictador, reside en Suiza y Francia.
El punto más característico de su obra es la magistral manera en que logra conjuntar la filosofía y la literatura en sus lúcidos, penetrantes y conmovedores ensayos. Baste para ello recordar dos de sus múltiples textos: España, sueño y verdad y Antología en la sombra, libro del cual destacaría su Antígona.
Liberal y humanista (ambas convicciones profundas que marcaron tanto su vida como su obra) realizó reflexiones atinadas y profundas en torno de los problemas políticos, culturales y morales de esa España que tanto amó, sin que esta pasión por su terruño nublara su juicio crítico ni su preclara inteligencia.
Entre los múltiples reconocimientos a su mérito y su brillante y tenaz trayectoria destacan el premio Príncipe de Asturias (1981) de Comunicación y Humanidades y el premio Cervantes en 1988. Su muerte, acaecida en Madrid en 1991, dejó un importante vacío en la filosofía y la literatura españolas.
Para ella ''hacer trabajar" (en sentido exegético) en sus ensayos a la filosofía y a la literatura en un íntimo diálogo que desemboca en una verdadera comunión implica un intento propositivo de encuadrar la realidad mediante la razón poética.
En su lúcido y hermoso texto Hacia un saber sobre el alma nos brinda, y aquí doy paso a sus propias palabras, ''la trayectoria, el nacimiento, de la razón poética, llegado a mí a ciegas, en la penumbra del ser y del no ser, del saber y no saber".
Su filosofía crece y se desarrolla guiada por las dos formas que ella reconoce de la razón: la mediadora y la poética.
Los ensayos de que se compone el libro que ahora comento fueron publicados tanto en América como en España en el periodo que transcurre de 1933 a 1944.
Escritos en lo que ella calificó como la ''inmensidad del exilio" sorprenden por su profundidad, su agudeza y su carácter visionario, lo cual se revela en la vigencia de sus reflexiones a pesar de haber sido escritos hace casi seis décadas.
Ella misma menciona en la nota a la edición publicada en 1950, en la Biblioteca Filosófica de Losada, lo siguiente:
''En nada tengo que desdecirme de lo ya en ella dicho. Solamente se han realizado correcciones de errores de edición y gramaticales que se han considerado imprescindibles."
Todo el libro está permeado por el sobrio conocimiento, la delicada prosa, la inigualable agudeza de pensamiento pero sobre todo por esa especial sensibilidad, sinceridad, ternura (como fortaleza) y esa sensación que nos embarga al ''dialogar" con esta filósofa sin igual, la sensación de diálogo íntimo que ella establece con sus autores favoritos, los maestros que la iniciaron y sus lectores.
Parafraseando sus propias palabras: con María Zambrano transitamos de la luz a la sombra, pero una sombra que cobija e invita a la reflexión y al recogimiento en el que siempre aparece un destello de luz como para guiarnos hacia la búsqueda poética en la filosofía.