Martín Rábago reitera que no recibió presiones de la Secretaría de Gobernación
Insiste la Conferencia del Episcopado: no existe división dentro de la Iglesia
Mientras el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), José Guadalupe Martín Rábago, rechazó que el desafuero de Andrés Manuel López Obrador sea un tema que divida y confronte a la Iglesia católica, varios obispos expresaron puntos de vista divergentes sobre las posibles consecuencias del proceso. Algunos consideran que la paz social está en riesgo; otros desestiman que esto derive en un conflicto sangriento.
Martín Rábago insistió en que el pronunciamiento de los cinco obispos que conforman la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPS), que criticaron el desafuero del jefe del Gobierno el pasado jueves, fue "bajo su propia responsabilidad". El también obispo de León rechazó que haya sido presionado por la Secretaría de Gobernación para que la CEM se deslindara del pronunciamiento "particular" de Pastoral Social.
En conferencia de prensa, reiteró la postura de la CEM, que "está en favor del cumplimiento de la ley y el respeto a las instituciones", y aclaró que la CEPS es "libre de manifestar, bajo su propia responsabilidad, los juicios y opiniones sobre cada tema coyuntural, de a cuerdo a sus criterios, con el fin de construir con la diversidad de opiniones auténticos caminos que nos conduzcan al bien común".
Advirtió que "algunos medios" han querido presentar su posición -difundida en un comunicado del 21 de abril- como "una que divide a los obispos, cuando la misión del presidente de la CEM no es dividir, es más bien unir, no enfrentar, pero al mismo tiempo esclarecer".
El pasado jueves, un comunicado, la CEPS consideró que "los argumentos presentados por una y otra parte (respecto al desafuero de Andrés Manuel López Obrador) han llevado a la ciudadanía a tener la percepción de que lo que está en juego no es tanto el respeto a la ley, cuanto el intento de eliminar políticamente a un adversario". Por su parte, el presidente de la CEM insistió en que "las comisiones episcopales son libres de manifestarse bajo su propia responsabilidad".
Asimismo, consideró que el documento de la CEPS coincide con el pensamiento de la CEM, sólo que -según argumentó- la comisión presidida por Sergio Obeso Rivera, arzobispo de Jalapa, "aprovechó un comunicado anterior de la CEM para hacer un diagnóstico particular a la situación de López Obrador. Esa ya fue una forma en que Pastoral Social quiso diagnosticar el momento que se estaba viviendo bajo su propia responsabilidad".
El presidente de la CEM rechazó que el gobierno federal haya presionado para que emitiera alguna opinión. "Quiero decir de una manera clara, contundente: a mí la Secretaría de Gobernación no me presionó en ninguna forma; no para que emitiera un comunicado ni para que no lo emitiera", dijo.
"Si alguien me hubiera pedido que modificara el comunicado o que lo hiciera de otra manera no lo hubiera aceptado, porque simplemente no estaría dispuesto a plegarme a una autoridad que no tiene el derecho de asistirnos en comunicados de un tipo o de otro, sino que los emitimos en base a nuestra convicción como pastores."
Por separado, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, dijo que el documento de la Comisión de Pastoral Social "ha reflejado una inquietud que hay en el pueblo, que es la división que ha generado el caso de López Obrador". Pero "nosotros como jerarquía no somos jueces para decir si un juicio es totalmente apegado a la ley o no".
"En lo esencial estamos muy unidos, pero en la apreciación de casos particulares puede haber puntos de vista divergentes, lo que no significa que haya desunión". En arzobispo de Hermosillo, Ulises Macías, dijo que la paz social está en riesgo, mientras que el auxiliar de México, Luis Fletes, descartó algún tipo de enfrentamiento, aunque dijo que la democracia apenas está naciendo en nuestro país.