Una obra que nunca debió construirse
A ciertos funcionarios les encanta construir "libramientos" en las ciudades para, aseguran, hacer más fluido el tránsito de vehículos y evitar daños a la salud pública por la contaminación que causan al circular por calles y avenidas, muy buena intención que a veces sirve para enriquecer a unos cuantos a través de la obra pública. Es parte de la historia negra de algunos integrantes del Partido Revolucionario Institucional, y también de los de otros partidos que detentan el poder estatal o municipal. Bueno, hasta los hijos de doña Marta usan la obra pública para hacer fortuna, según se denuncia en la prensa de Yucatán y Quintana Roo.
En ocasiones, los "libramientos" se trazan por donde más daño causan al ambiente y a los recursos naturales. Como el que intentan desde hace años en Xalapa y que afectaría un área natural muy frágil, que por ello debe cuidarse: el bosque de niebla que rodea a la capital de Veracruz, productor de agua y humedad, hábitat de fauna y flora únicas, y que se ha salvado de la depredación gracias a la oposición ciudadana.
En cambio, hay otra obra que nunca debió construirse: el llamado "libramiento norte" en la ciudad de Oaxaca, con 17 kilómetros de extensión, iniciado en 1991 y que afecta también a los municipios de San Pablo Etla, San Andrés Huayapam y Tlalixtac de Cabrera. Esa ciudad y las poblaciones cercanas tienen serios problemas con los miles de vehículos que circulan por sus calles. Su transporte de carga y pasajeros es de los más contaminantes del país. Por ello nada mejor que "desahogar" de autos y camiones el centro de la que ha sido declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, y aligerar también el tránsito de la carretera Panamericana al desviar el paso de vehículos provenientes de la ciudad de México y estados vecinos hacia la carretera del Istmo y vicevesa.
Pero desde que comenzó la obra hubo protestas de la ciudadanía y de las autoridades ambientales locales por el evidente daño a los recursos naturales y al medio en general en zonas tan frágiles como San Felipe del Agua, clave para la recarga de acuíferos y la regulación climática de la región. Además, por el evidente despilfarro de recursos públicos, la torpeza técnica de las empresas constructoras, la falta de estudios sobre los posibles impactos ambientales y sociales, el incumplimiento de las promesas hechas a las comunidades afectadas a cambio de permitir el paso de la nueva vía por sus tierras, la especulación con los terrenos por donde se trazó el libramiento; por la falta de un plan regulador del desarrollo urbano. A cada protesta de quienes exigían la suspensión de las obras, las autoridades respondían acelerando los trabajos del "libramiento". Finalmente se suspendieron en 1997, luego de un gasto multimillonario y de causar alteraciones ambientales y sociales.
Sin embargo, con la llegada de la nueva administración estatal y local, en enero pasado se "resucitó" el tan cuestionado proyecto, lo que despertó de inmediato la oposición ciudadana, en especial del Patronato Pro Defensa del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca que preside el pintor y mecenas Francisco Toledo, institución que surgió precisamente en los años 90, cuando más se criticaba dicha obra. Nuevamente el patronato denunció que no existen los estudios ambientales requeridos, los daños a los recursos naturales, la especulación con los terrenos aledaños al trazo carretero, la necesidad de elaborar un plan de desarrollo urbano que acabe con la ocupación ilegal de tierras, la urgencia de proyectar vialidades no depredadoras y que resuelvan los problemas de tránsito de la ciudad capital y su área conurbada.
Para fortuna, el gobierno estatal y el municipal escucharon a tiempo la inconformidad ciudadana y anunciaron la cancelación definitiva del "libramiento norte". Además, dieron inicio a la gran tarea de rescatar ecológicamente la zona de San Felipe del Agua, así como a otros proyectos para conservar el agua y el bosque. Se trata de promesas que hizo el actual gobernador de Oaxaca durante su campaña electoral y que todos esperamos se cumplan. Una buena noticia en medio de miles que no lo son.