MEXICO SA
Romo y Salinas Pliego o los escándalos de empresarios Forbes
Estrategias mediáticas para su defensa
¿No que no, Luis Ernesto?
Las rebanadas del pastel:
SER EMPRESARIO FORBES conlleva privilegios, especialmente en México. Aún así, el galardón tiene sus fallas y no siempre es garantía de éxito, sobre todo cuando se trata de Alfonso Romo y Ricardo Salinas Pliego, a quienes parece haber abandonado su buena estrella, nunca exenta de padrinazgos, y van de mal en peor.
VERTIGINOSAMENTE SE INTEGRARON a la lista de intocables multimillonarios mexicanos, pero por méritos propios (escándalo tras escándalo, exceso tras exceso) parece que la abandonarán con la misma velocidad.
ESTA SEMANA AMBOS armaron sus estrategias -por llamarle de alguna manera-, y Ricardo Salinas Pliego utilizó la concesión que el Estado le otorgó para promover su autoatentado, con todo y "ataque a la libertad de expresión", de la que sin duda es paladín; Alfonso Romo publicó en varios periódicos una serie de desplegados con la pretensión de adelantarse a los acontecimientos y enaltecer su muy "transparente" estilo de hacer negocios.
ALFONSO ROMO YA tenía muy andado el camino, y desde el año 2000 no aparece en la lista de multimillonarios. Atesoró, de acuerdo con Forbes, hasta 2 mil 400 millones de dólares en tan sólo cinco años, pero en el último quinquenio siguiente la acumulación fue de errores, excesos y pérdidas. Ayer, los inversionistas de Savia le pusieron la cereza al pastel.
UN GRUPO DE accionistas lo destituyó como presidente del consejo de administración del Grupo Savia en una accidentada asamblea en la que los representantes de 78 por ciento del capital determinaron revocarle todos los poderes legales sobre la empresa, de acuerdo con un despacho de Notimex. En su lugar fue designado Arturo Estrada Treanor, quien explicó que Romo "está legalmente requerido y en caso de que se niegue a entregar los documentos se procederá judicialmente en contra de los anteriores integrantes del consejo".
ORIGINALMENTE, LA ASAMBLEA de accionistas se llevaría a cabo en el auditorio del Hospital Santa Engracia, ubicado en la zona conurbada de Monterrey y propiedad de Romo. Sin embargo, ayer al mediodía se impidió el acceso, por lo que la reunión se desarrolló en el estacionamiento del citado nosocomio. "Unas siete patrullas de la policía de San Pedro Garza García vigilaban la llegada y salida de todos los accionistas, como medida preventiva para evitar incidentes", precisó el nuevo funcionario.
LO MEJOR DEL caso -clásica telenovela- fue que el promotor de la destitución de Romo no fue otro que el accionista mayoritario de Savia, Alejandro Garza Lagüera, es decir, su suegro y padrino de carrera empresarial.
RELATA LA NOTA respectiva que en la accidentada asamblea de accionistas estuvieron como testigos la supervisora general de la Dirección General de Supervisión de Mercados de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Gloria Fragoso Contreras, y el representante de la Dirección de Promoción de Emisoras de la Bolsa Mexicana de Valores, Francisco Valle Montaño.
SEMANAS ATRAS, ALFONSO Romo fue notificado de una demanda civil promovida por la señora María del Consuelo Rangel Garza de Garza Laguera -es decir, su suegra-, acusado de vender un paquete accionario de su propiedad sin consentimiento alguno. La venta, dijo la afectada, le representó pérdidas en su patrimonio familiar por alrededor de 80 millones de dólares.
ARTURO ESTRADA TREANOR al parecer representa los intereses del Grupo Financiero BBVA-Bancomer, al tiempo que pertenecía al Comité de Auditoría del Grupo Savia. Ahora es el nuevo presidente del consejo de administración, mientras que el descendiente de Francisco I. Madero -como Romo se presume- intentará mover todos sus hilos para recuperar algo de su ya de por sí exigua relación de bienes.
AHORA, ALFONSO ROMO quiere entrar a la política y comprar la candidatura de un convergente partido que evalúa la oferta. Con el suceso de ayer, en San Pedro Garza García, probablemente cambien las cosas.
AL OTRO MULTIMILLONARIO Forbes, Ricardo Salinas Pliego, las cosas le van de mal en peor. El autoatentado ha sido un sonoro fracaso, acompañado de una caída en el precio de las acciones de Tv Azteca, las multas impuestas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (que para efectos prácticos suman una bicoca). No se refiere pérdida de credibilidad, porque de tiempo atrás la dejó en el armario.
PRODUCTO DEL AUTOATENTADO, el empresario de los abonos chiquitos y los intereses tamaño agio demandó al secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, creyendo así legitimar su operación. La dependencia a cargo del ex empleado de Roberto Hernández también ejerció su derecho y le pagó con la misma moneda.
SALINAS PLIEGO Y Romo sólo son ejemplo de cómo se hacen los grandes negocios en México, los cuales en buena medida dependen del músculo que puedan exhibir los llamados grandes empresarios. ¡Dime quién es tu padrino y te diré cuándo pasas por tu autorización!
LO CIERTO ES que con el advenimiento del "cambio", nada ha cambiado en el mundillo de los "hombres de negocios", y si de legalidad se trata las autoridades tienen mucha tela de dónde cortar.
ASI COMO EN el mundo de los "negocios" todo se arregla con multas y nadie termina en la cárcel, en el ámbito político huele a putrefacto. Todo indica que el millón de mexicanos que se movilizó y manifestó en contra del desafuero de Andrés Manuel López Obrador deberá quedarse satisfecho con la "renuncia" de Rafael Macedo de la Concha, porque después del anuncio presidencial -el pasado miércoles por la noche- y de la desaparición de lo nubarrones, Vicente Fox "retomó" su condición de "estadista", amén de ser "un presidente patriota, democrático y con liderazgo".
GENEROSO ES ESTE país con su clase política: estuvo a punto de desestabilizar política, financiera y socialmente a la nación, y de la noche a la mañana los que días atrás se odiaban hoy se adoran, los que ayer se amaban como hermanos hoy se aborrecen, y el que era un perfecto imbécil ahora es todo un estadista.
COMO EN LOS buenos negocios, en la política todo se arregla con una multa o, en el peor de los casos, con una renuncia.
¿NO QUE NO, Luis Ernesto?