El reto es publicar obras estimulantes para que el placer sustituya a la curiosidad

Temáticas, estéticas y cuentos enriquecen la literatura infantil

Más que imponerles libros, los pequeños deben elegir, recomienda especialista

Crece el interés de niños y jóvenes por participar en ''la cultura para leer''

FABIOLA PALAPA Y ERICKA MONTAÑO

La literatura infantil y juvenil, en los pasados cinco años, se ha enriquecido con propuestas temáticas, estéticas y cuentos.

Editores de libros infantiles coinciden en señalar que dentro de este cambio en el país, lo más importante es la cultura relacionada con la promoción de la lectura. Hay una oferta variada y cada vez son más los escritores que atrapan la atención de los niños con sus historias.

Resulta difícil conocer el porcentaje de niños que leen en México, pero los editores y autores aseguran que ha aumentado el interés en la lectura, aunque también están conscientes de que todavía falta mucho por hacer.

El placer ha sustituido la curiosidad, ahora los pequeños y jóvenes leen obras que los hagan reflexionar sobre la realidad, claro que los clásicos siempre estarán vigentes, pues sirven para explorar la fantasía. El desafío es producir libros interesantes y estimulantes más que pensar en hacer un libro meramente divertido.

Recreación, juego y reflexión

Daniel Goldin, editor de libros infantiles desde hace 15 años, comenta que se ha dado un cambio muy notorio en la producción de ejemplares para niños y jóvenes en cuanto a autores, ilustradores, editores y promotores.

Al hacer un balance sobre la situación, señala que ''lo más importante es la cultura de promover la lectura con el acercamientos de los infantes a los libros".

Goldin, quien comenzó hace cinco años el proyecto infantil en el Fondo de Cultura Económica (FCE) y ahora está en la editorial Serres, afirma que hay una enorme variedad en las producciones, además de que se ha ampliado de modo extraordinario el rango de edades.

''Existen libros para niños prelectores, primeros lectores y lectores; la información para los jóvenes es diversa y eso dista mucho de ser una situación satisfactoria. En lo particular, pienso que hay mucho que hacer todavía."

Rodolfo Fonseca, encargado de narrativa de Ediciones SM-México, explica que la literatura infantil que se hace es recreativa, lúdica y busca que el niño reflexione.

''Los temas son diversos, hay libros para prescolares cuyo contenido es educativo, cultural y ético, que llevan al niño a pensar.''

Ediciones SM cuenta con diferentes colecciones, como El barco de vapor, que reúne cuatro series organizadas por edades, y combina el interés de padres y maestros para despertar en los niños el deseo por la lectura.

Con más de 220 títulos y gran variedad de autores, los temas de los libros van desde los animales, la familia y la adopción, hasta la fantasía.

El catálogo incluye obras que ejemplifican los valores, como el agradecimiento, la alegría de vivir, la bondad y el respeto.

La casa editora maneja un promedio de 120 novedades al año, entre libros de prescolar hasta secundaria. SM edita la colección Poesía infancia, que incluye la obra de Fernando Pessoa, Ramón López Velarde, Salvador Novo y José Juan Tablada. Actualmente están en espera de conseguir los derechos de Octavio Paz.

''Una de las cosas importantes en Ediciones SM es que trabajamos con autores mexicanos sin perder, claro, la perspectiva de dar a conocer a otros escritores de América Latina y del mundo. Tenemos un promedio de 40 autores, además de ilustradores que son muy importantes dentro de la literatura infantil.''

Fonseca, al igual que Goldin, sostiene que ''se ha creado una cultura de la lectura", pero aún faltan más acciones para promover el libro.

''Los niños son más críticos, y para leer piden libros con contenido e imágenes de calidad."

Más participativos

Un aspecto notorio en el desarrollo del libro infantil ha sido que una parte considerable de la producción nacional ha dejado atrás aquellos libros-objeto, pues ahora la propuesta de las editoriales es presentar textos con buen contenido, ilustraciones, diseño y encuadernación.

''Si un libro no es interesante, estimulante, propositivo para su lector, tiene pocas razones por las cuales existir, y eso es tanto en las obras para niños como para adultos.

''Creo que en México no todo lo que se publica cumple con ser estimulante. Es más complicado hacer un libro estimulante que hacer un libro meramente divertido", señala Goldin.

Asimismo, asegura que el realismo y la fantasía han convivido en la literatura y que ciertamente se ha roto, más que con los temas de actualidad y de fantasía, con el tabú de libros con un final feliz.

Con frecuencia los personajes de las historias son parecidos. Al respecto, Daniel Goldin explica: ''En la novela por entregas es una de las características. Harry Potter no ha perjudicado a nadie, el único daño es que muchos editores han querido copiar la fórmula y no han podido. Muchos han pretendido tener esas ventas y no lo han logrado.

''Harry Potter demostró que los niños pueden leer libros grandes y que la lectura en muchas ocasiones es una actividad que eligen frente a opciones como la televisión e Internet.

''Demostró que los niños pueden leer libros que le interesan también a los adultos y que este campo es donde todos los mitos y tabúes se pueden derrumbar."

En relación con el comportamiento de los lectores, Goldin considera que hay más niños que leen, pero también hay más infantes consumidores de cultura, pues no se trata sólo de una cuestión de lectura.

''Los niños están tomando un papel muy distinto del que te-nían hace 15 años; ahora son más participativos."

El editor recordó la consulta infantil que organizó el Instituto Federal Electoral paralela a las elecciones federales. ''Eso revela que el niño tiene un nivel social muy distinto, y dentro de esta situación inscribiría las posibilidades de acercamiento a la información que se da por medio de la lectura. Hay un desarrollo en la autonomía del niño".

Esfuerzo encomiable

Mónica Beltrán Brozon, una de las escritoras mexicanas que ha recibido varios premios en el área de literatura escrita para niños, considera que el esfuerzo de todos los editores que están publicando mucho para niños ''es destacable".

''Uno de los mejores indicadores para ver cómo va esa actividad editorial es la feria de noviembre en el Centro Nacional de la Artes, porque es muy notorio cómo cada año que pasa hay más personas, se reportan más ventas, la asistencia a los actos es bárbara, no se puede caminar en los pasillos por tantos asistentes que van con sus bolsas."

Para Brozon los niños leen, pues ''está muy vigente el proyecto de Biblioteca de Aula de la Secretaría de Educación Pública, un esfuerzo que beneficia a todos". Sin embargo, cuestiona qué tanto leen los niños que llegan a las aulas.

Las historias que leen los pequeños reflejan más su realidad, pues cuando nosotros éramos chicos no había lo que ahora; entonces leíamos a Hans Christian Andersen, los cuentos de hadas, que están muy bien, pero no tenías una historia con la que te pudieras identificar en el personaje y ahora sí, añade la escritora.

De acuerdo con Beltrán Brozon, autora de Las princesas siempre andan bien peinadas (Ediciones SM), los escritores jóvenes publican libros que relatan la vida de un niño de la ciudad que va a la escuela y que tiene problemas.

''A los niños les resulta muy fácil identificarse con los personajes, y eso necesariamente tiene que acercarlos a la literatura, podría asegurar que hoy los niños están leyendo mucho más que los adultos."

A su vez, Aline Pettersson, autora de Renata y su gato, coincide en que los libros infantiles abordan temáticas más contemporáneas relacionadas con la estructura familiar o la desestructura, así como los problemas que los niños viven cotidianamente. Pero plantea que en este tipo de publicaciones debe cuidarse que exista una ''exploración en la fantasía" de los pequeños y ''no solamente reproducir el asunto de su vida doméstica, porque sería cortarle las alas a la imaginación de los niños".

Los temas actuales son de interés para los niños, ''los libros los ayudan a manejar situaciones que en su vida personal pueden sucederles", expresa Pettersson.

La escritora considera que con las nuevas propuestas editoriales, los pequeños ya no ven a los adultos como ''seres lejanos, sino que también cometen errores, lo que los hace cercanos a lo que ellos son".

Subraya que los volúmenes infantiles no deben ser manuales de las buenas costumbres, ni tampoco un vehículo para una moraleja muy fuerte, ya que los niños pueden sacar sus propias conclusiones.

Más acciones para fomentar la lectura

Por su parte, Alicia Molina espera que ''la presencia de los libros en las aulas abra un espacio para la literatura infantil". En este esfuerzo de fomento a la lectura, la escritora explica que además de los ejemplares se requiere que los profesores sean capacitados para transmitir el placer de leer a sus alumnos.

''Si no hay alguien estusiasmado con un libro y que lo recomiende con pasión, es muy difícil que sólo porque estén los libros ahí empiecen a leerlos; necesitas ir de la mano de alguien que te contagie el entusiasmo por la lectura, que te ayude a descubrir lo que hay en los libros."

Aunque Miriam Martínez, subgerente de obras para niños y jóvenes del FCE, afirma que los menores están leyendo, reconoce que todavía hay más cosas por hacer para fomentar la lectura y para que los pequeños seleccionen las obras más allá de que se les impongan. ''Nosotros queremos que ellos se acerquen a las propuestas y elijan".

Ese sello desea que se profesionalice la labor de los escritores para niños, no solamente esperarlos y partir de los que ya existen.

La editorial tiene 535 títulos en 11 colecciones infantiles, donde A la orilla del viento es una de las más importantes, pues comprende cerca de 200 títulos, de los ilustrados, y otros 200 más de las novedades. En los pasados años, el FCE ha publicado alrededor de 45 novedades.