Confía en que vendrán las buenas bolsas; quiere exponer en Los Angeles o Las Vegas

Desde el primer golpe, me sentí superior, relató Cázares, nuevo campeón mundial

En 21 días, el mánager Manuel Montiel ganó con su hijo Fernando, y con Hugo, dos títulos de la OMB

JORGE SEPULVEDA MARIN

La estrategia estaba bien planeada. El sinaloense Hugo Cázares Linares, apodado el Increíble, supo que debía impresionar al boricua Nelson Dieppa para destronarlo en su casa. Y lo hizo; ganó por decisión técnica en el décimo episodio el sábado pasado.

"La verdad es que fue una sorpresa para la gente de allá, mas no para nosotros, porque sabíamos que con la preparación que habíamos hecho aquí en Los Mochis era suficiente para ganar, y más porque mi mánager Manuel Montiel me trabajó para tenerme toda la confianza", confiesa el ahora monarca del orbe minimosca, de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

En plática telefónica, el púgil de 27 años refiere que fue su primera oportunidad mundialista y se coronó luego de casi dos años de trabajo continuo; de ir escalón por escalón y estar en la sala de espera como retador oficial, por lo que ahora el cetro de las 108 libras le sabe mucho mejor.

"Mira, la verdad no te puedo decir que íbamos (a Puerto Rico) sobrados, pero sí me sentí muy superior. Desde el primer momento atacamos con golpes abajo, trabajando las zonas blandas para ir sumando puntos y no dejarlo crecer, hasta rematarlo en cuanto fuera el momento oportuno", recuerda el boxeador que aniquiló con una combinación letal de golpes.

Con una hoja de servicios de 25 combates, de los cuales sólo ha perdido cuatro, con un empate y 20 nocauts antes del sexto episodio, el Increíble piensa ahora que deben venir las buenas bolsas, porque al no firmar compromisos ni heredar responsabilidades sabe que debe ponerle precio a sus próximos combates. Y debe ser alto.

Sabe también que los pleitos de unificación pueden darle mejores ingresos, aunque sin querer ganar todo en una sola contienda, estudiará las ofertas que se le presenten para exponer en Los Angeles o Las Vegas, donde hay promotores que conocen el atractivo en taquilla que tienen los pugilistas mexicanos.

De la fábrica al cetro mundial

Los días de Hugo comienzan a las 5, cuando debe levantarse a correr e iniciar así la disciplina que le impone el boxeo. Dos horas después debe llegar a la embotelladora de agua purificada, donde trabaja en el área de producción, para salir a las 15 horas, regresar a su hogar y posteriormente prepararse en el gimnasio dirigido por Manuel Montiel.

"Sí, pues es difícil levantarse temprano, luego ir a trabajar y luego atender a mi familia; mi esposa Diana Beatriz y mi hijos Hugo Antonio -de cinco años- y Daniel Gossett, de apenas uno", platica.

Aunque no habla en pesos y centavos, admitió que obviamente con el título mundial su situación económica cambiará para bien, por lo que ahora su preocupación ya nos será llegar, "sino mantenerme, porque, como dicen, esto es más difícil de lograr".

A su vez, orgulloso de haber forjado dos monarcas mundiales en menos de 21 días, el mánager Manuel Montiel vio cómo primero su hijo, Fernando, se ungió la corona supermosca, y después Hugo Cázares, la de la división minimosca, ambas de la OMB.

"La verdad es que es una gran satisfacción haber hecho dos campeones, en tan poco tiempo, sobre todo porque los dos son de aquí, de Los Mochis, una población que no pasa de los 300 mil habitantes y que ahora aparece en el plano mundial de los campeones", agregó el mánager quien prefiere "no hablar de lo mucho que hay de malo en el boxeo, porque eso sólo lo perjudicaría más".

Los Montiel y Cázares saben de la mala fama de Sinaloa, producida por el narcotráfico, pero han sabido bien no relacionarse con ese mal y trabajar por su cuenta en el gimnasio, alejados de toda relación nociva que pueda cambiar para mal su vida, comenta Hugo, el nuevo monarca mundial.