Unos 200 detenidos, en protesta contra el alza de pasajes del transporte público
Cuba forma parte de la OEA; lo que está vacío es su silla, afirma Ricardo Lagos
La reintegración de la isla, en manos del organismo, dice al responder a ataques de Castro
Ampliar la imagen Mujeres con carteles de familiares desaparecidos por la dictadura pinochetista se manifiestan en el centro de Santiago contra los magistrados de la Corte Suprema de Justicia FOTO Afp
Santiago, 5 de mayo. No corresponde al nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, decidir sobre la reintegración de Cuba al organismo sino a los 34 países que lo forman, estimó el presidente Ricardo Lagos, al salir en defensa de su compatriota ante fuertes críticas de su par cubano, Fidel Castro.
"Yo creo que Cuba forma parte de la OEA, lo que está vacío es su silla y esa fue una definición que se adoptó en su momento", declaró el mandatario chileno al responder a declaraciones del mandatario cubano, quien la víspera calificó a Insulza de "insolente e intervencionista" y de "basuras" sus comentarios sobre Cuba.
Lagos dijo que la cuestión cubana "es algo que tienen que conversar todos los países que forman parte de la OEA, de manera que es una tarea que corresponde a esas naciones y no al secretario general resolver quién forma parte o no a plenitud de la organización" interamericana.
Cuba fue expulsada de la OEA en 1962 tras el triunfo de la revolución con Castro al frente, y la decisión de Estados Unidos de marginar a la isla del ámbito regional.
En sus primeras declaraciones como secretario general tras su elección del lunes anterior, Insulza sostuvo que "los gobiernos electos que no gobiernan democráticamente deben responder ante la OEA", en velada alusión a Cuba y Venezuela.
Abogó por una comisión permanente en el seno del consejo de la OEA para asegurar que "los beneficios de la democracia" lleguen a todos los ciudadanos de las Américas, y afirmó que ese proceso debe llegar también a Cuba, "donde todos queremos promover un progreso importante en materia de democracia y derechos humanos".
Al referirse a estas últimas expresiones de Insulza, Castro aseveró que "para que meterse a decir estas basuras que no estamos dispuestos a tolerar", y subrayó que en la región "muchos gobiernos son incapaces de resistir las presiones yanquis".
El presidente cubano consideró a Insulza "nuevo testaferro de Estados Unidos en la región", de quien dijo que "el muy bobito se ha creído que tiene derecho a meterse aquí".
Pero se preguntó si lo anterior no sería para "darle las gracias a la señorita -la secretaria estadunidense de Estado Condoleezza- Rice y al caballerito -subsecretario adjunto de Estado Roger- Noriega, por facilitar su elección en al OEA".
Luego de la elección de Insulza, que dejó en la orilla al mexicano Luis Ernesto Derbez por 31 votos en favor de 34, ahora el presidente Castro señaló que "es el engaño en que no podemos caer, y es el engaño en que ya nos quieren inducir de que la OEA se ha arreglado, que la OEA es buena".
Al arremeter contra Insulza, fue más allá al afirmar que "yo no digo que esté vendido. Yo digo que las palabras que usó fueron insolentes, intervencionistas... de alguien que tiene puesto el precio ya en la vitrina donde lo han colocado".
Insulza, quien se abstuvo de contestar a Castro, como secretario electo de la OEA enfrenta además el rechazo de Perú por el diferendo de ventas de armas chilenas a Ecuador durante el conflicto de 1995, y de Bolivia, que insiste en una salida al mar por costas chilenas.
En otro orden, en las inmediaciones del centro de Santiago unos 200 estudiantes fueron detenidos por la policía militarizada, durante una jornada de protesta de unos 3 mil jóvenes que se oponían al alza del pasaje en el transporte público y en favor de un crédito universitario.
Por último, familiares de detenidos desaparecidos y organismos defensores de los derechos humanos se manifestaron aquí frente al Palacio de los Tribunales para protestar contra la Corte Suprema de Justicia.
Los inconformes también entregaron al más alto tribunal chileno la denuncia formulada contra el Estado ante la Comisión Interamericana de Justicia, por la decisión de la corte de fijar un plazo de seis meses para el cierre de causas relativas a violaciones contra los derechos humanos cometidas durante la dictadura de Augusto Pinochet.