Usted está aquí: viernes 6 de mayo de 2005 Opinión CIUDAD PERDIDA

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

En Bucareli Creel alista maletas

Salida tramposa, además de peligrosa

Esto no ha acabado

EN LA Secretaría de Gobernación van y vienen cajas que anuncian que Santiago Creel se irá de la dependencia hoy mismo. Dicen que el funcionario no tenía entre sus planes dejar la nómina, pero lo cierto es que con esta fecha el panista, que impunemente rebasó los topes de campaña en 2000, dejará la dependencia para buscar la nominación de su partido como candidato a la Presidencia de la República.

LA DECISION, entonces, no proviene del grupo de asesores del secretario Totalmente Palacio, sino de los estrategas de Los Pinos que ya están decididos a echarlo al ruedo. Su suplente será, y eso habrá que tenerlo muy presente, otro panista al que los odios le cierran la visión.

La decisión de la PGR

REZA EL lugar común que "es de sabios rectificar", pero como esa especie no existe en el gobierno de Fox, se buscó simplemente una salida notoriamente tramposa (otra más) -y de suyo la más peligrosa- para tratar de remendar con puntadas burdas, groseras, toscas el rompimiento con sus cómplices que causó la medida urgente ejecutada por el propio Fox, arrinconado por el clamor que lo acusaba, cuando menos, de injusto.

PEJE EL toro ej inojente. Eso era lo que la gente decía después de escuchar a los Macedo, a los Vega Memije, a los diputados y a una muy buena parte de comunicadores que habían juzgado y condenado al jefe de Gobierno, por un lado, y a los abogados de la defensa de López Obrador, quienes aseguraban, junto con el tabasqueño, lo mismo que el millón de personas que salieron a la calle el 24 de abril pasado: "no hay delito".

EL JUICIO popular fue condenado después de casi un año de exhibición exhaustiva de pruebas de un lado y del otro, pero en el gobierno de Fox, que se sacudió ante los mexicanos irritados que se le presentaban en cada acto público al que asistía, también tembló de miedo frente a las amenazas de sus compinches y salieron, otra vez, con la filosofía chimoltrufia y aplicaron un "sí, es culpable, pero no hay castigo para su falta".

CON ESTA salida se trata de librar a los diputados que ejecutaron el desafuero, del oprobio y la deshonra que provocó el tamaño de la injusticia que aprobaron. Y también de esa manera aplacar a los priístas que con paciente rabia tejen la soga que ahorcará a su líder, Roberto Madrazo.

DE ESA forma, se está frente a una solución a medias. Los supuestos dueños de El Encino pueden seguir en su demanda, ahora en otras instancias. El Ministerio Público no habrá caído en error, los jueces seguirán actuando impunemente y López Obrador seguirá siendo culpable de un delito menor.

POR ESO es necesario repetir que López Obrador es inocente de las acusaciones que se le imputan.

EL REZO es el mismo. La circunstancia, en el fondo, no se ha modificado. Para el árbitro nacional, Andrés Manuel López Obrador es culpable de la maquinación que en su contra enderezaron algunos hombres del poder que lo necesitan alejado o fuera de las boletas de 2006.

NO OBSTANTE, con todos los problemas internos de PRI y PAN, es en el PRD donde deberán dirimirse las grandes diferencias sobre el papel del Estado en el futuro de México. López Obrador tiene su programa y el PRD, en por lo menos tres fracciones, tiene el suyo. Hasta hoy no hay un acuerdo que genere confianza y estabilidad para el partido que al final de este sexenio podría ser el más importante de México.

EL PRD tendrá que entender esta vez, como ninguna otra, que hay una izquierda práctica a punto de tomar el poder en el país y que no es posible que generen uno tras otro los errores que han llevado a Acción Nacional al despeñadero político que vive México en este momento.

POCO HACE falta para desatar el caos político que muchos requieren para hacer conservar, desde el poder mismo, las formas de autoritarismo que se suponen muertas y enterradas en México.

POR ESO la marcha del millón no ha hecho más que recordar la realidad de una agonía mil veces anunciada, del gesto democrático que se trató de imponer en México, pero que al fin de cuentas no se exhibió más que por eso, por su máscara.

AHORA TOCA a los vencidos hacer sentir de muchas maneras, de todas las maneras, el fondo democrático que se nos vendió como producto desechable y que es ahora, por más que unos no quieran, la punta de lanza de una democracia tibia, pero de verdad temida.

EN ESE entendido la lucha no ha terminado, apenas empieza.

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