El Episcopado externa su esperanza de que la distensión propicie comicios tranquilos
Norberto Rivera propone un pacto nacional para preservar la paz en 2006
Ampliar la imagen El cardenal Norberto Rivera Carrera durante la misa de ayer en la Catedral Metropolitana. El prelado se� que se prev�ue los comicios presidenciales sean altamente competidos FOTO Jes�llaseca
Ante el alto grado de competitividad política que se prevé que exista en los comicios presidenciales de 2006 y los eventuales riesgos de inestabilidad que pudieran presentarse en el escenario nacional por este motivo, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, se pronunció ayer por un "pacto nacional" que garantice el desarrollo de un proceso electoral en paz y tranquilidad.
Entrevistado luego de su acostumbrada misa dominical, el prelado reconoció que la decisión presidencial de dar marcha atrás en la inhabilitación política del jefe del gobierno capitalino distendió el clima político nacional, además de que se congratuló por el encuentro que el viernes pasado sostuvieron el presidente Vicente Fox y jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.
En este mismo sentido se pronunció el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Carlos Aguiar Retes, quien en un comunicado calificó de "muy positivo" dicho encuentro, pues abrió las puertas al diálogo y se logró mejorar el ambiente político, de cara a unas elecciones que desde ahora se prevé que serán muy competidas.
"Dialogar es muy positivo. Pero hasta dónde y en cuánto beneficiará al país, dependerá sólo de la voluntad política que cada una de las partes muestre en ese diálogo. Ojalá que se dé y sirva para unas elecciones tranquilas y democráticas; ése es el reto, una vez establecida la posibilidad de restaurar el diálogo", dijo el también obispo de la diócesis de Texcoco.
Por su parte, el cardenal Rivera, en breve entrevista, manifestó que el encuentro y el diálogo siempre serán bienvenidos: "Esos son los caminos que necesita México, de reconciliación, de diálogo, y ojalá también se diera una invitación a un pacto nacional". Desde su perspectiva, dicho pacto se hace necesario, sobre todo por lo competido que se prevé que sean las elecciones presidenciales del próximo año, cuado todos muestren sus diferencias en cuestiones políticas. "Con las leyes que tenemos los mexicanos necesitamos un pacto nacional para que todo salga en paz", insistió.
Rivera Carrera advirtió que de lo contrario se corre el peligro de que los actores y las principales fuerzas políticas no se respeten y se dejen de lado las instituciones y las leyes, lo que provocaría "desorden".
Por otra parte, el prelado también se refirió, a pregunta expresa, al clima de inseguridad pública que se vive en la ciudad de México. Dijo que esto no es exclusivo del Distrito Federal, sino de gran parte del país. Recordó la multitudinaria marcha contra la inseguridad realizada en la capital del país hace casi un año. Exhortó a las autoridades a tomar en cuenta estas manifestaciones y a no centrarse solamente en datos y cifras, sino también en la percepción de paz y tranquilidad que quiere la población.
Para ello se necesitan más acciones, no sólo policiacas o legales, sino mayor educación al pueblo mexicano para poder vivir realmente en paz, concluyó.
Durante la homilía el cardenal Rivera Carrera felicitó a las madres por su celebración el próximo día 10. Dijo que tienen la tarea enorme de educar en el amor, pues ahora "basta lanzar una mirada al mundo para darse cuenta de los desgarradores gritos que la humanidad lanza por los muertos y heridos de las guerras, unas conocidas y otras olvidadas. La inmensa amargura que llena a los hogares golpeados por la droga, el alcohol y todo tipo de adicciones. Sería suficiente contemplar los rostros de tantos niños y niñas que sufren hambre y sed, perfectamente remediables, enfermedades posibles de ser curadas; bastaría todo esto para darnos cuenta de que nuestra sociedad está profundamente despojada, es como si le hubiesen robado algo, como si le hubiesen robado el corazón, el corazón de una madre.
"Ustedes, las madres -agregó-, pueden devolvernos a todos, con el amor que siempre está presente en sus corazones, una ciudad más humana, fraterna; pueden devolvernos una ciudad más cercana al corazón de Dios, cuyo olvido es el olvido de la pérdida de auténticos valores y la carencia de certidumbre".