Los foros independientes luchan en un ámbito de burocratización de los apoyos: Jurado
Analizan el tema de la cultura alternativa en el Festival Ollin Kan
Garantizar la continuidad de esos espacios requiere de reformas a la ley, expresa Inti Muñoz
El neoliberalismo arrebató la calle a la sociedad; los grupos en resistencia tratan de rescatarla: Roco
En el Festival Internacional de las Culturas en Resistencia Ollin Kan, Tlalpan 2005, este sábado, en los cines de la Villa Olímpica se llevaron a cabo unas mesas redondas en torno al tema Jóvenes y resistencia cultural. Se presentó un apartado denominado Cultura alternativa, en el que se planteó la necesidad de crear más espacios culturales alternativos, el papel de las políticas culturales institucionales y las diferentes manifestaciones culturales juveniles que buscan abrirse un camino propio y alternativo en un mundo consumista.
El debate fue inaugurado por Jorge Jurado, representante de La Pirámide, quien destacó el interés no lucrativo de estos espacios, su organización horizontal, su carácter autogestivo y la labor de producir manifestaciones culturales y artísticas. "Dichos espacios no desconocen que el papel del Estado es apoyar y fomentar la cultura, pero su lucha se da en un ámbito que demuestra la profunda y estúpida burocratización de los apoyos, la petrificación de sus conceptos de arte y la siempre escasa inversión en un marco de ley que ve al creador como genio y no como trabajador."
Inti Muñoz, diputado federal del Partido de la Revolución Democrática y miembro de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, puso énfasis en la necesidad de apoyar a los espacios culturales independientes, de realizar reformas legislativas -tanto a la Ley de Fomento Cultural como a la de Establecimientos Mercantiles- para garantizar la continuidad de estos foros.
"Tenemos que construir una mejor política cultural en esta ciudad que tenga como eje central la consolidación de los espacios independientes, la apertura de nuevos y la recuperación de los públicos."
Nuevas formas de trabajar el cuerpo
Una de las intervenciones sobresalientes fue la del vocalista del grupo La Maldita Vecindad, Rolando Roco Ortega, quien destacó algunos de los rasgos que definen a las culturas en resistencia, surgidas en barrios populares frente a la violencia mundial neoliberal que asume la cultura como una mercancía. "El neoliberalismo ve el cuerpo como mano de obra o como motivo de vergüenza, y a veces, ni nos pertenece, porque tenemos que ir modificándolo según las modas imperantes de lo que es la belleza". En cambio, "estas culturas en resistencia han empezado a trabajar su propio cuerpo y a decorarlo con su propia simbología por medio de tatuajes o perforaciones".
Por otro lado, "el levantamiento del Ejército Zapatista ha hecho que cambiara la historia oficial y que se volviera la mirada a nuestras raíces indígenas. Este mestizaje se refleja en la música. Estas culturas en resistencia han relaborado su memoria histórica y han descubierto nuestra tercera raíz, la africana". El uso del djembé -tambor africano- en el son veracruzano, reggae o hip-hop, es resultado de ello. "El neoliberalismo le ha arrebatado la calle a la sociedad, por eso, las culturas en resistencia, a través del grafiti, luchan por rescatarla."
Para el neoliberalismo "el tiempo es dinero, en cambio, para las culturas en resistencia, el tiempo es vida y la vida es una obra de arte".
Jesús Ramírez Cuevas, reportero de este diario, destacó que los movimientos culturales alternativos en resistencia anteceden a los cambios sociales y políticos y cuestionan el sistema institucional establecido: "Estas expresiones juveniles abren paso a cambios sociales porque, a través de la música, el baile o las expresiones estéticas, hablan de temas como identidad, justicia, represión, voluntad o deseo". Aseguró también que las expresiones culturales en resistencia no son modas, sino una forma de vida y, por lo tanto, la sociedad debe generar estos espacios.
El promotor cultural Arturo Saucedo, organizador de la parte mexicana del Love Parade, mencionó que las culturas alternativas se enfrentan a tres grandes temas: la institucionalidad de la cultura, la cual se resiste a toda nueva forma cultural; la necesidad de presionar a las políticas culturales para que atiendan las expresiones alternativas, y, en tercer lugar, la asimilación de la cultura popular por la del espectáculo que pretende unir a los jóvenes, como entes pasivos, mediante el consumo.
Víctor Mendoza, representante de Circo Volador, subrayó que las culturas de resistencia son "una estrategia cultural creada por los jóvenes para mostrarse ante un mundo que los ha mantenido en el olvido, fuera de todo proceso de integración y participación social".