Usted está aquí: miércoles 11 de mayo de 2005 Estados Ex empleada del gobierno potosino cumple 7 días de ayuno frente al rancho de los Fox

Pese a estar enferma rechaza atención médica; funcionario reitera que no habrá reinstalación

Ex empleada del gobierno potosino cumple 7 días de ayuno frente al rancho de los Fox

MARTIN DIEGO RODRIGUEZ CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Derechohabientes y pensionados del IMSS en Guanajuato se plantaron a la entrada del rancho San Crist�, para exigir abasto de medicinas y trato digno en el instituto FOTO Afp

Rancho San Cristobal, Gto., 10 de mayo. Madre de dos menores, Cristina Rosas Rangel vivió hoy el peor 10 de mayo de su vida. Hace siete días comenzó una huelga de hambre en esta localidad, de donde es originario el presidente Vicente Fox, con la idea de llamar la atención del mandatario para que intervenga ante el gobernador de San Luis Potosí -el también panista Marcelo de los Santos-, a quien ha solicitado ser reinstalada como trabajadora doméstica en la Casa de Gobierno de aquella entidad.

Cristina asegura que fue despedida en represalia porque se afilió al Sindicato Independiente de Trabajadoras y Trabajadores del Gobierno del Estado (SITTGE) de San Luis Potosí.

Este día recibió atención en dos ocasiones de Martha Arroyo Garza, médico pasante del Centro de Salud Comunitario de la ranchería, quien le diagnosticó un cuadro de deshidratación moderada y recomendó atención médica urgente. La mujer se negó a recibir cualquier tratamiento porque "vine a ser escuchada, quiero que me reinstalen en mi trabajo, que mis hijos tengan un sustento, quiero Seguro Social", esbozó apenas.

Francisca Reséndiz, secretaria general del SITTGE, responsabilizó al gobernador potosino de "cualquier consecuencia que el ayuno pudiera traer a la compañera. Cristina ha dicho que se mantendrá hasta donde le alcancen las fuerzas para que sus hijos tengan acceso a una mejor vida", refirió.

Explicó que dos agentes encubiertos de la Secretaría General de Gobierno de San Luis Potosí acudieron a esta comunidad para dar informes puntuales de cómo se ha desarrollado su protesta.

Las dos personas, que viajan en un Tsuru blanco con vidrios polarizados, sin placas, sin engomados ni calcomanías de verificación, se encontraban en las inmediaciones de San Cristóbal sin ser molestados por los integrantes del Estado Mayor Presidencial (EMP) que resguardan el rancho, a diferencia de los vehículos de los lugareños, que son revisados, especialmente si traen placas extranjeras.

Luis Felipe Hidalgo Ornelas, negociador de la Secretaría de Gobierno, se acercó a la secretaria general del sindicato para conocer las demandas, a lo que ésta respondió que "sólo es una: la reinstalación de los trabajadores domésticos despedidos de la Casa de Gobierno".

Después de varias llamadas telefónicas, trascendió que el subsecretario general de Gobierno potosino, Guillermo Perogordo Oliva, se cerró al diálogo y reiteró que no serán reinstalados los despedidos.

Otra protesta en San Cristóbal; esta vez de afiliados al IMSS

A esta protesta se sumó hoy otra manifestación a la entrada de San Cristóbal y fue de la Asociación de Derechohabientes y Pensionados del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Guanajuato, quienes exigen "medicinas y trato digno, porque para eso pagamos".

Carmela Vargas, dirigente de esa agrupación, encaró a los elementos del EMP y al negociador de la Secretaría de Gobierno guanajuatense: "¿cómo es posible que nuestro Presidente, en aquel que creímos tantas mujeres, se siente a la mesa a comer tranquilamente sabiendo que estas mujeres (las de su agrupación y las de San Luis Potosí) están sufriendo? Es indignante".

La mujer encabezó una manifestación donde denunció que las autoridades del IMSS no han ofrecido atención médica a María Guadalupe González Rea, número de afiliación 6390743931-3F99, quien a sus nueve años requiere atención para la artesia pulmonar que sufre desde su nacimiento.

Estos manifestantes evaluaban la noche de este martes sumarse a la huelga de hambre de Cristina Rosas Rangel: "no nos vamos a rajar, los derechos no se piden, ¡se exigen!" advertía.

Por la mañana, algunas entonaron Las Mañanitas a Mercedes Quesada Echaine, madre del Presidente, "porque no es ella la única que merece vivir en paz" puntualizó Carmela Vargas.

 
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