Con Batalla en el cielo aspira a la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes
Sólo me preocupo por sacar las películas que llevo dentro: Reygadas
"Competir con directores que admiro y de los que aprendo es un premio en sí mismo", dice
No hay equidad al otorgar apoyos institucionales, señala Jaime Normandia, productor del filme
Ampliar la imagen Fotograma del segundo largometraje del cinerrealizador mexicano
Hoy se inicia el festival internacional de cine más importante del mundo, el de Cannes, Francia. En esta ocasión participan dos cintas mexicanas en secciones oficiales: Batalla en el cielo, de Carlos Reygadas (quien ya presentó en ese certamen su opera prima, Japón) en la competencia por la Palma de Oro, y Sangre, de Amat Escalante, que se exhibirá en el apartado Una Cierta Mirada. Ambos proyectos fueron producidos por la mexicana Mantarraya.
Para Reygadas, quien luchará por el máximo galardón del festival junto con cineastas como David Cronenberg, Wim Wenders, Lars von Trier, Jim Jarmusch, Amos Gitai, Gus van Sant, entre otros, es ya un premio competir con estos directores internacionales "que admiro y de los que aún estoy aprendiendo. Ya para mí es satisfactorio estar en competencia. Seguiré haciendo mi cine artesanal, hecho de las entrañas. No me preocupa ir a ganar la Palma de Oro, y luego buscar ir a otro festival importante. Sólo me preocupo por sacar las películas que llevo dentro", comenta Reygadas en entrevista desde París.
El realizador dice que mantendrá los pies sobre la tierra; que estar en Cannes sirve para que la cinta, rodada en la ciudad de México en locaciones como La Villa, la colonia Agrícola Oriental.., en Polanco, "en locaciones emblemáticas, sea vista por más gente".
El estreno en México está previsto para el verano con más de 60 copias, no las 12 con las que se exhibió Japón, que también distribuyó Gussi Artecinema.
Para el realizador, hacer largometrajes como Japón o Batalla en el cielo "es como la labor de un artesano que hace su trabajo con todo su cariño y dedicación. La cuestión es no estar pensando en cómo te va a ir, sino darle el valor al hecho mismo de hacer las cosas bien y sólo pensar hacer la mejor artesanía".
Reygadas reitera: "Es un premio para todos los cineastas que hacen películas porque las sienten, cintas que vienen de una necesidad interior y no por producir algo que se vende igual que un carro. Es para todos los mexicanos que hacemos cine. Cada brecha abierta es un camino para los demás. Es como cuando le va bien a otros de mis colegas. Podemos tener lo que queramos, apoyándonos nos puede ir a todos cada vez mejor".
Objetivo único
Abunda: "La actitud es hacer el cine en el que crees y hay que ver cada película como un objetivo único, que tendrá relación con lo que has hecho y con lo que harás".
Respecto del estreno en México, señala: "Japón nos tardamos mucho en estrenarla en México; fue complicado, pero esta vez me gustaría mucho que se viera primero en mi país. La cinta se desarrolla en mi ciudad. Japón era una película que se desarrolla en el campo; la actual tiene un ritmo más ágil, tendrá un público más amplio.
"La historia se basa en un personaje que comete un crimen, pero en lugar de sufrir termina haciendo actos de locura. Tiene que ver con cierta idiosincrasia de los mexicanos, sobre todo en estos últimos tiempos."
El cineasta pretende regresarse a vivir a México y filmar aquí "si logro mis objetivos".
Bueno para las cintas
Para el productor de ambos largometrajes, Jaime Normandia, de Mantarraya, que se inició precisamente con Japón, cuyo costo fue de alrededor de 200 mil dólares, estar en un festival de categoría con dos cintas "es bueno para las películas, porque se darán a conocer y la verán más personas, aunque en realidad no necesitas de premios para saber que no haces mal las cosas. Llevamos siete años como productora y cinco películas; dos están en proceso de posproducción; para el tiempo que llevamos creo que no vamos mal".
En esa efímera estancia en el medio de productoras, Mantarraya se ha mantenido. "Hemos encontrado una manera de financiar las películas de manera artesanal. Tenemos menos riesgos, cuesta menos por el cine que hacemos. No es que produzcamos operas primas, sino que han sido los proyectos con los que más coincidimos, en la forma de hacer. Realizarlos de manera artesanal es como nos sentimos cómodos."
Afirma que seguirán buscando los apoyos institucionales (Fidecine y Foprocine). "Los solicitamos. Metimos dos proyectos más; en todas las películas pedíamos como máximo 2 millones 500 mil pesos y en todas no rechazaron. Quizá hay mejores proyectos. Sería bueno contar con algún apoyo para los nuestros que cumplan con los requisitos, pero desde mi experiencia, no son equitativos. Creo que no hay total imparcialidad, porque quienes reciben el dinero son personas que ya han obtenido esos apoyos. Ahora estamos enfocados a terminar dos películas y disfrutando Cannes".