Usted está aquí: jueves 12 de mayo de 2005 Política ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Patadas

El futbol como buen pretexto

Jugadores tras la Copa Bucareli

¿Marigol Vázquez Mota?

LA MEJOR MANERA de hablar hoy de política es a través de las patadas. El método balompédico ha sido reivindicado como ruta de reinstalación política por los encapuchados de Chiapas que, luego de retar a desigual duelo (por la supremacía del equipo zapatista, desde luego) al Inter milanés, han recibido la fraterna aceptación de este equipo italiano que arriesgará su fama deportiva frente a los cracks de las montañas del sureste mexicano. El EZLN y el subcomandante Marcos tienen, obviamente, mucho más que hacer y decir en estos tiempos descompuestos y peligrosos, pero la futbolística internacional es una vía lúdica inteligente para que el deporte con pipa vuelva a las canchas nacionales (y galácticas).

DESATADOS, ALGUNOS aspirantes a la repesca de fin de sexenio se disputan la Secretaría de Gobernación que dejará vacante Santiago Creel para meterse ya sin protección oficial (aunque siga siendo el candidato de Los Pinos) a la cueva de leones blanquiazules que ya lo esperan con las garras afiladas. El discreto pero expansivo e implacable equipo nacional El Yunque pretende imponer a su máxima figura, Ramón Muñoz, como jefe abierto y ya no encubierto, para que desde la silla de Bucareli haga entrar al país entero a la filosofía de juego por la extrema derecha (duro, seco, intransitable, fundamentalista, el jefe yunque tendría en esos atributos de defensa central sus principales obstáculos para entrar a una oficina donde se requiere, cuando menos, a alguien menos predispuesto a cometer cualquier falta con tal de detener al adversario. Ya con un Manuel Espino es suficiente). Con menos rigor en la pierna, pero igualmente acostumbrado a los quiebres por la diestra, el bachiller Felipe González cree posible subir por escalafón burocrático acompañado, en todo caso, de cierta hoja de servicios menores prestados en ligas aguascalentenses; aunque su experiencia y su capacidad no saltan a primera vista (ni en segunda, ni en tercera...) el jugador hidrocálido podría tener justamente en ese déficit su principal carta favorable, pues haciéndolo secretario poco se notaría el cambio respecto al igualmente gris ocupante actual.

PROMOTOR DE NEGOCIOS futbolísticos ahumados, el jaguar chiapaneco Pablo Salazar también se ha hecho ver en el mundillo de los traspasos, los intercambios y las nuevas contrataciones (el mercado de piernas, antes llamado draft), según eso avalado por los presuntos buenos resultados que habría tenido como gobernador pero que, para su desgracia, múltiples señalamientos y evidencias muestran como simple estrategia de mercadotecnia válida para quienes desde el nivel nacional poco se enteran de lo que realmente sucede en aquellas tierras del sureste donde Salazar sólo ha ganado fama por represiones, errores, frivolidades e incluso una patética conversión de sí mismo en tapete servil a los pies de Vicente Fox (meses atrás dijo ante el Presidente de la República algo así como que él, Salazar, bailaría al son que le tocara Los Pinos, una especie de marmota de fiesta pueblerina). Pero la gran novedad de la temporada podría ser que el director técnico, o más bien, entrenador, o preparador físico, o encargado de la selección o, bueno, el esposo de la señora Marta, pues, decidiera incorporar como centro delantero a la Maribel Domínguez del gabinete, la Señora Sedesol que ahora sería Marigol Vázquez Mota, quien actualmente escribe a marchas forzados un folletín viudo denominado Chente mío, hazme secretaria de Gobernación, por favor.

EL EQUIPO QUE a lo largo de siete décadas nunca pudo ganar una medalla por juego limpio se revuelve actualmente con enojo porque Fox Sports ha cometido una falta intencional contra el guardameta (y guardadinero) coahuilense Rogelio Montemayor. Aprovechando que es árbitro y jugador al mismo tiempo, un grandote del Bajío le ha sacado tarjeta roja al medio de enlace Montemayor, aun cuando el tiempo reglamentario de juego ya había terminado y a pesar de que ya los jueces de línea habían dictado acordada decisión exculpatoria (Amigos de Fox por Pemexgate, era el arreglo) a favor de ese coahuilense cuya carta siempre ha pertenecido al Salinas Club. En realidad, el guanajuatense extemporáneo querría quedar bien con la banca (que en realidad es la que realmente juega, y no los que aparecen como titulares) donde la amorosa señora Marta batallaba para espantarse incómodos moscardones legislativos de tres colores que insistían en hurgar en la bolsa familiar del mandado.

EL ANTES MENCIONADO árbitro, jugador, comisionista y público (todo englobado en la firma Fox Sports) continúa con su exhibición particular de dominaditas, empeñado en no dejar caer la pelota del populismo. Ayer, por ejemplo, hizo un quiebre que es un autogol histórico: en mi gobierno no empeñamos el futuro de nuestros hijos, fue la frase célebre que de seguro será inscrita con letras de oro (¿hay de otras?) en las oficinas de Vicentillo Segundo en Estrella Blanca, donde funge como escudo institucional para impedir que los dueños de esa empresa puedan ser alcanzados por las exigencias justicieras de socios y trabajadores dañados por las maniobras de esos camione(ro)s que han contratado al hijo de su papá como guardaespaldas sexenal; y no se hable aquí (para que no se vaya a producir alguna demanda sahagunífica en contra) de los otros hijos consentidos, privilegiados, que han hecho negocios al amparo del poder, en abierto tráfico de influencias, y que se han enriquecido explicablemente a causa del ascenso político de su madre. ¿Para qué empeñar el futuro de los hijos cuando se les puede comprar un redituable presente?

Y, MIENTRAS DERBEZ hace como que ya defiende a México, y Barrio se coloca ahora la medalla petrolera que en su momento no pudo sacar adelante, y los tucomes piden más rebanada del pastel para dar paso al comelón Madrazo, y Nahúm Acosta demanda por millones de dólares al futbolista general Macedo y anexos, ¡hasta mañana, en esta columna que le va a las Chivas y al Santos!

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