Semarnat investiga desde hace 8 meses quién lo vende a habitantes de Tequisquiapan
Aún no aclaran uso de aceite con askareles en ladrilleras
Queretaro, Qro., 12 de mayo. La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) investiga a Antonio Malagón, ciudadano sospechoso de vender de manera ilícita aceite con askareles, sustancia química altamente tóxica, a habitantes del poblado de San Nicolás, municipio de Tequisquiapan, que utilizan como combustible para la fabricación de ladrillos.
La información se dio a conocer en el Congreso local, durante la comparecencia de Patricia Carrera Orea y Sergio Lustanau, delegados de la Sermarnat y de la Comisión Nacional del Agua (CNA), quienes fueron citados por la Comisión de Ecología para explicar lo sucedido en la presa Centenario, donde murieron miles de peces.
Allí, la funcionaria federal indicó, sin revelar nombres, que desde hace ocho meses investigan "quién pudiera ser el posible vendedor de estos residuos", pero ha sido difícil dar con su paradero, a pesar de que los habitantes de Tequisquiapan han revelado las características de la persona que les vende los aceites prohibidos.
Fuentes internas de la dependencia, sin embargo, revelaron que se trata de Antonio Malagón, quien comercializa esa sustancia en San Nicolás, donde aproximadamente 4 mil personas viven de la fabricación de ladrillos.
Carrera Orea indicó que no se han encontrado "evidencias" de que las familias de San Nicolás estén utilizando aceites contaminados para la producción de ladrillo. Sin embargo, agregó, se tiene conocimiento de que "pueden hacer la mezcla con aceites usados" durante las madrugadas, cuando les llegan a vender esa sustancia tóxica prohibida a bajos precios.
El diputado priísta Antonio Mejía Lira, de la Comisión de Ecología, exigió "más energía y más control" a la titular de la Semarnat para dar con el paradero del vendedor de esos aceites.
Paradójicamente, el padre del legislador Mejía -del mismo nombre- fue acusado de comercializar aceites en Tequisquiapan, pero el acusado mostró un documento emitido por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente que indica que el combustóleo que vende -que sí está permitido para la fabricación de ladrillos- cumple las normas establecidas.
Respecto a la presa Centenario, la CNA y organismos defensores del ambiente concluyeron que aunque los municipios de San Juan del Río y Tequisquiapan vierten aguas residuales sin tratamiento al embalse, la mortandad de miles de peces que ocurrió hace una semana en la localidad fue por asfixia, al disminuir el nivel de agua.
Sergio Lustanau, delegado de la CNA, explicó a los diputados que la presa tiene como afluente el río San Juan del Río, que a su vez es receptor de 28 descargas de desechos de industrias y hasta del rastro de Tequisquiapan. Por ello, les dijo, serán instaladas plantas tratadoras de agua en San Juan del Río y Tequisquiapan.
Esta presa, que tiene un afluente promedio anual de 6 millones de metros cúbicos, actualmente se encuentra a 15 por ciento de su almacenamiento, por las secas. Los indicadores de calidad del agua refieren que existen microorganismos de origen fecal y grasas que son permisibles para la vida acuática, no así para uso agrícola.