La marcha, contra el terrorismo, no contra el pueblo estadunidense: Fidel Castro
Más de un millón de cubanos exigen enjuiciar a Posada Carriles
El y Bosch, "los más sanguinarios exponentes del terror imperialista", dice el presidente cubano
Cuba, víctima durante 45 años de la "más prolongada guerra económica de la historia", afirma
Ampliar la imagen Parte de los m�de un mill�e cubanos que se manifestaron por la extradici�e Posada Carriles FOTO Ap
La Habana, 17 de mayo. Una gigantesca manifestación pasó hoy durante más de seis horas frente a la Sección de Intereses (oficina diplomática) de Estados Unidos, para repudiar los atentados que ha sufrido el país caribeño durante cuatro décadas y demandar la captura y enjuiciamiento de uno de los responsables de esas agresiones, Luis Posada Carriles.
"Esta marcha no es contra el pueblo de Estados Unidos", aseguró el presidente Fidel Castro, sino "contra el terrorismo, en favor de la vida y de la paz de nuestro pueblo y del pueblo hermano de Estados Unidos, en cuyos valores éticos confiamos".
En contraste, el mandatario cubano culpó a los gobernantes estadunidenses de los últimos 45 años de haber creado y desarrollado "el terrorismo en el más moderno y dramático concepto, con el apoyo de sofisticados medios técnicos y explosivos de gran potencia" contra personal e instalaciones cubanos.
En ese lapso de tiempo Cuba ha sido víctima de "la más prolongada guerra económica de la historia y de una incesante y feroz campaña de terrorismo", señaló el mandatario, en un discurso que leyó en 10 minutos.
Informes oficiales dijeron que la manifestación reunió a más de un millón 200 mil personas, equivalente a poco más de la mitad de la población de La Habana, de 2.1 millones de habitantes.
La marcha marcó un momento de tensión de fuerzas en la campaña iniciada por el presidente cubano el mes anterior, para que Estados Unidos detenga al terrorista y lo extradite para juzgarlo en Venezuela, que lo reclamó oficialmente el viernes pasado.
Pero la movilización coincidió con un giro inesperado en el caso, cuando Posada Carriles fue detenido este martes en Miami después de romper su silencio de casi nueve meses, con declaraciones en las que confirmó su estancia en Estados Unidos, seguidas de un anuncio de su abogado, Ernesto Soto, de que saldría de ese país y se desistiría de pedir asilo.
Posada burló una cárcel venezolana en 1985, donde esperaba juicio por el atentado a un avión civil cubano, en 1976, en que murieron sus 73 ocupantes frente a la costa de Barbados.
El colorido y el bullicio habituales de los desfiles políticos en Cuba contrastaron esta vez con el tono grave de algunas imágenes, como los retratos de las víctimas del avión saboteado y escenas de sus funerales, convertidas en pancartas por los manifestantes.
El presidente Castro recordó los múltiples ataques sufridos por Cuba desde los años 60 y sus miles de muertos o mutilados.
Dijo que todo fue ideado "por los gobiernos y los servicios especiales de Estados Unidos", a los que también culpó de haber entrenado a los ejecutores y haberlos financiado con la intervención de la Fundación Nacional Cubano-Americana de Miami.
Con voz pausada, el mandatario cubano añadió que Posada Carriles y su socio Orlando Bosch son "los más sanguinarios exponentes de este terrorismo imperialista" y culpables de decenas de atentados en el hemisferio.
Grandes retratos de Posada y Bosch también fueron exhibidos en la marcha con la leyenda "Cárcel para el terrorista".
Casi siete meses después de haber sufrido fracturas en la pierna izquierda y el hombro derecho, tras una caída accidental, Castro mostró los alcances de su recuperación, al encabezar la caminata con paso marcial y cubrir así casi un kilómetro durante 20 minutos.
Daniel Ortega, ex presidente de Nicaragua, marchó unos pasos atrás. Al frente de un contingente de altos jefes militares cubanos iba el segundo hombre al mando, el general Raúl Castro.
La marcha transcurrió por el malecón habanero y paralizó la ciudad. Desde la madrugada los manifestantes fluyeron a pie y en miles de vehículos, en bloques de estudiantes, desde secundaria hasta nivel superior; de militares, empleados y vecinos, organizados por sus centros escolares, unidades, sindicatos o agrupaciones barriales, bajo la coordinación del Partido Comunista.