Miles de asistentes a las exequias del panista
La PGR decide hoy si atrae el caso del diputado Rubio Ayala
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Pese a las altas temperaturas registradas en Sinaloa de Leyva, miles de personas despidieron los restos del legislador local. En los funerales hubo varias muestras de aprecio por el pol�co asesinado el pasado lunes FOTO Javier Vald�C�enas
Sinaloa de Leyva, Sin., 18 de mayo. Esta ciudad, cabecera del municipio de Sinaloa, es escenario de duelo: moños negros sobresalen de los edificios públicos y casas, y las calles del centro permanecen cerradas.
Se realizan las exequias de Saúl Rubio Ayala, quien fue alcalde de Sinaloa y diputado local panista, y asesinado el lunes pasado junto con su secretario particular, Omar Ruelas, en la comunidad Palos Blancos, municipio de Guasave. En el sepelio, que se convirtió en mitin político, a una voz se exigió justicia y el esclarecimiento del homicidio.
En la ciudad de México, en tanto, se informó que la Procuraduría General de la República (PGR) decidirá en las próximas horas si atrae al fuero federal las investigaciones del homicidio de Rubio Ayala.
Fuentes oficiales indicaron que la Subprocuraduría de Investigación Especializada contra la Delincuencia Organizada (SIEDO), que dirige José Luis Santiago Vasconcelos, analiza la indagatoria iniciada por la Procuraduría de Justicia estatal, y será este jueves cuando dé a conocer si es el Ministerio Público Federal quien investigará las causas del homicidio.
No se descarta la hipótesis de un ataque de pistoleros pertenecientes a una organización del narcotráfico que opera fuera de Sinaloa.
Versiones extraoficiales señalaron que llegaron a Culiacán José Luis Vasconcelos, titular de la SIEDO, y un convoy de militares.
En torno al asesinato del político no se reportan avances y la Procuraduría de Justicia del estado ha guardado silencio. En cambio, los 40 diputados locales, además de legisladores federales por Sinaloa, así como magistrados del Poder Judicial y el gobernador Jesús Aguilar Padilla publicaron un comunicado en el que convocan al gobierno federal a unir esfuerzos en el combate a la delincuencia.
"Los poderes del estado asumimos la necesidad de coordinar de manera permanente y sin cortapisas los esfuerzos de todas las instituciones para responder en forma enérgica y contundente a esta intolerable afrenta a la sociedad sinaloense", expresa.
Las exequias
Bajo un sol quemante, políticos y dirigentes sociales, sobre todo agrícolas y pesqueros, se peleaban por las sombras. Los ciudadanos comunes, por las pancartas y cartulinas. Mensajes como "Saúl Rubio, no te olvidaremos", y "¡Exigimos justicia!" se improvisaron en los capotes de los automóviles y en las banquetas.
El cortejo fúnebre, que hizo varias paradas camino al panteón, pasó de simple despedida a mitin político al que asistieron alrededor de 3 mil ciudadanos, bajo un calor implacable.
Afuera de la vivienda de la familia Rubio, un arreglo floral con el nombre del gobernador Jesús Aguilar Padilla y familia permaneció abandonado sobre la banqueta.
Asistieron dirigentes, militantes y productores agrícolas de Navolato, El Fuerte, Choix, Ahome, Culiacán, Guasave y Salvador Alvarado; también Rubén Rocha, jefe de asesores del gobernador, y el senador panista Joaquín Montaño.
Los oradores insistieron en que su homicidio tuvo la intención de callarlo y detenerlo en su carrera política, "pero ni así", insistían.
"A nombre de los diputados, de la dirigencia estatal y del consejo de mi partido, Acción Nacional, hacemos el compromiso, tenemos la palabra empeñada de que este crimen no quedará impune", afirmó Luis Roberto Loaiza Garzón, presidente estatal del PAN.
El legislador Edgar Félix le gritó: "¡Me vas a hacer un chingo de falta en la lucha!", en el homenaje de cuerpo presente que se le realizó en el edifico del ayuntamiento de Sinaloa, al que asistió también el alcalde Wilfredo Véliz, quien en su discurso reprochó a los medios de comunicación lo que calificó de información ruin y chantajista, y agregó que "aunque quieran manchar tu imagen, ya pasas a formar parte de la gente valiosa".
Y antes de que se llevaran al cuerpo a la iglesia y luego al cementerio, gritó, desaforado y con la voz quebrada: "¡Aquí estamos, que vengan por nosotros!"
Rubio era empresario ganadero y agricultor, tenía gasolineras y fue quien, en en plena campaña por la diputación, en octubre de 2004, asistió al velorio de Miguel Angel Beltrán, El Ceja Güera, el presunto pistolero de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, asesinado hace cinco meses en el penal de La Palma, estado de México.