La obra coincide con el surgimiento de una ola de asesinatos pasionales en España
Antonio Canales rinde homenaje a las mujeres con Carmen, Carmela
El bailaor regresa a su estilo sobrio y solemne, pero pierde agilidad y destreza en su zapateao
Ampliar la imagen Antonio Canales y Lola Greco durante un momento de la obra FOTO Mar�Mel�rez Parada
Un año después de su estreno en España, Carmen, Carmela, el más reciente espectáculo del bailaor sevillano Antonio Canales, se presenta en el Teatro de la Ciudad. Junto al director teatral Miguel Narros, Canales revisa el mito de Carmen, de Merimée, popularizado en la ópera de Bizet, y lo actualiza en una coreografía que busca rendir homenaje a la mujer. El bailaor fragua este espectáculo tras la muerte de su hermana, a principios del año pasado, como un acto de amor póstumo hacia ella y hacia todas las mujeres que luchan por su libertad.
El estreno de este montaje se llevó a cabo dos meses antes de la muerte del gran bailaor Antonio Gades quien, en 1983, inmortalizara el símbolo de Carmen en el flamenco con la célebre película de Carlos Saura. Dicen que cuando Canales conoció la triste noticia pidió que dejaran una butaca vacía en el teatro donde se estaba presentando y, en ella, colocó una flor en recuerdo del irrepetible maestro de la danza flamenca. Por otro lado, la Carmen de Canales coincide también con el alarmante fenómeno de decenas de mujeres asesinadas en España por sus parejas, muchas de ellas por celos de sus cónyuges, por lo que esta obra, desgraciadamente, adquiere una fatal vigencia y una nueva lectura.
El papel de Carmen está interpretado por la bailaora Lola Greco, el de Don José por Canales y el del torero Escamillo por el bailaor Diego Llori. La adaptación musical estuvo a cargo de Juan Víctor Rodríguez Yagüe quien grabó la banda sonora con una orquesta de cuatro guitarristas -entre los que figura él mismo-, un flautista, una percusión, un bajo y un extraordinario coro. En el espectáculo en vivo, la banda sonora está reforzada por el guitarrista Paco Iglesias, el cajón peruano de Amador Losada y las cantaores Mara Rey y David Sánchez Gallo de Utrera que, con sus profundas voces, son los narradores de la tragedia.
La escenografía es sumamente sencilla. Como si fuera una simple caja, o como la llamó Canales "el interior de un corazón", tres paredes rojas y vacías encierran la escena. El montaje está dividido en un acto de catorce cuadros seccionados por suaves interrupciones de luz. Los músicos aparecen tras la pared del fondo que, cuando la iluminación es más intensa, transparentan sus siluetas.
Más teatro que danza
Este nuevo montaje de Canales es muy diferente a lo que había hecho hasta ahora. Por un lado, presenta uno de los espectáculos más teatrales de su trayectoria coreográfica. En esta propuesta, unifica con estrechez las artes dramáticas con la danza flamenca por lo que actúa más de lo que baila, expresándose así, no sólo con el cuerpo y el alma, sino también con algunas palabras. Los músicos que lleva son de extraordinaria calidad, al igual que sus cantaores, en especial Mara Rey. Los dos bailaores que lo acompañan, provenientes del Ballet Nacional de España, poseen gran talento y han encontrado la dosis exacta donde el ballet clásico y la danza contemporánea pueden incorporar elementos al flamenco sin que éste pierda su esencia fundamental.
Sin lugar a dudas, Antonio Canales ha sido uno de los grandes bailaores de las décadas recientes en el flamenco, expresión que consiguió revalorizarse y renovarse en un ambiente artístico que lo había empezado a arrinconar. Figuras como él lograron, gracias a un cúmulo de aportaciones estéticas innovadoras, impulsar e internacionalizar este arte. Pero hoy, los espectáculos de Canales, apuntan hacia un buen trabajo coreográfico pero, también, hacia un agotamiento creativo y participativo como bailaor. En este montaje, su única intervención intensa se da 30 minutos antes de que finalice el espectáculo (el cual dura una hora 40 minutos). Su estilo, de manera interesante, vuelve la mirada a la sobriedad y solemnidad de la raíz flamenca pero ha perdido la agilidad y la espléndida destreza de su zapateao que le caracterizó años atrás. Este espectáculo está bien ideado pero, la participación de Canales como bailaor, sabe a poco.
Carmen, Carmela: se presentará hasta el 22 de mayo en el Teatro de la Ciudad. Donceles 36, col. Centro. Horario: 21 horas y domingo 19 horas. Boletos: 1,200 pesos en la luneta, 1,100 en el primer piso, 900 en el anfiteatro y 600 en la galería.