Usted está aquí: domingo 22 de mayo de 2005 Mundo Crece la tensión en Uzbekistán; disuelven marcha

Kirguistán endurece control

Crece la tensión en Uzbekistán; disuelven marcha

DPA Y AFP

Tashkent, 21 de mayo. La situación continuaba tensa este sábado en Uzbekistán, después de que en la ciudad fronteriza de Karassuv las fuerzas de seguridad disolvieron una manifestación que por segundo día consecutivo reclamó la liberación de 80 personas, entre ellas la del líder islamita local Bajtar Rajimov.

Estas personas fueron detenidas por las autoridades durante los disturbios de la semana pasada en esta ciudad.

Karassuv fue escenario de desórdenes el 12 de mayo, a consecuencia de la represión de una manifestación, un día antes, en la cercana ciudad de Andizhán, por parte de fuerzas armadas, que dejó 169 muertos, de acuerdo con las autoridades, aunque organizaciones defensoras de los derechos humanos hablan de unos mil, entre los que habría mujeres y niños.

La protesta de hoy, de cerca de mil personas, fue disuelta mediante amenazas y la presión de fuerzas de seguridad, que posteriormente tomaron el control de la ciudad.

La esposa de Rajimov, considerado por las autoridades uzbekas como uno de los líderes de la revuelta, roció su cuerpo y el de sus hijos con gasolina y amenazó con prenderse fuego.

También en Polonia, unas 200 personas se manifestaron ante la embajada de Uzbekistán en favor de la libertad de este país y contra el régimen del presidente uzbeko Islam Karimov, a quien responsabilizan de la destrucción de la clase media y de la violación a los derechos humanos.

En tanto, 500 uzbekos intentaron cruzar ilegalmente la frontera con Kirguistán en busca de ser acogidos como refugiados, tras lo cual la policía de esa nación endureció el control en la región.

Unicamente se permitió a los refugiados pasar la frontera para alojarse en campamentos allí instalados, pero no les autorizó el ingreso al país para evitar el paso de delincuentes, explicó el viceprimer ministro de Kirguistán, Félix Kilov.

El viceprimer ministro, quien durante el régimen de Azkar Akayev, derrocado en abril, estuvo en la cárcel por pertenecer a la oposición, calificó los incidentes en el valle de Fergana, afectado por grandes problemas sociales y económicos, de peligro para la estabilidad en Asia central.

No obstante, a su juicio los disturbios fueron desencadenados por extremistas. "En Andizhán se tomó por asalto una penitenciaría y los carceleros fueron asesinados. Es evidente que no se trata de la acción de un grupo con ideas socialdemócratas", consideró.

Por su parte, el presidente uzbeko afirmó que tiene la situación "bajo control" y está "tomando medidas" contra los "responsables" de los incidentes de los últimos días, por lo que no se necesita que "un equipo" internacional investigue lo ocurrido en esa región del país.

La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour, pidió a Uzbekistán que permitiera un estudio acerca de los asesinatos de civiles por las fuerzas de seguridad en la ciudad de Andizhan la semana anterior.

 
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