Usted está aquí: domingo 22 de mayo de 2005 Opinión ELOGIOS Y HEREJIAS

ELOGIOS Y HEREJIAS

Tino Camil

Balada de Little Brook

AL SURESTE del Reino,
al norte de Kent,

se le halló caminando sin rumbo,

nadie sabe quién es.

De traje y corbata vestido,
como si acabado de salir del mar,

el joven que llaman el hombre del piano

era sólo temor y llorar.

En el Medway Maritime Hospital
alguien le propone lápiz y papel

y el joven sin habla se ha puesto

un piano de cola a presuponer.

Ya va a la capilla llevado
comedidamente por el señor Camp.

La vista del piano lo alegra
y por horas se suelta a tocar

Tchaikovsky y Enaudi, virtuoso,
se dice, y acaso Chopin.

Si amnésico el joven, resulta
de buena memoria en lo musical.

Un mimo de nombre Darío
dice que su nombre es Steven Villa.

Todo está en veremos,
menos que este náufrago

cómo maravilla.

¿Alguien lo empujó desde el barco en que iba?
¿Solo se aventó?

Sigue a la deriva.

Al sureste del Reino y al norte de Kent

se le halló caminando sin rumbo:

nadie sabe quién es.

 
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