Las declaraciones de la oposición no resuelven la demanda de seguridad, dice
Desatiende el Legislativo al pueblo: Fox
Ante hombres de negocios, el Presidente niega que los conflictos políticos afecten la economía
El capítulo vespertino en la renovada confrontación entre el presidente Vicente Fox y un importante sector del Congreso -con motivo de las iniciativas de ley en materia de seguridad pública y justicia penal- correspondió ayer al titular del Ejecutivo, quien afirmó que ninguna de las muchas declaraciones y comentarios recientes de ''legisladores de oposición'' atiende las razones válidas que espera el pueblo de México y quienes sufren de violencia e inseguridad.
No obstante que con sus declaraciones ha contribuido al desencuentro con el Poder Legislativo, desde la perspectiva de Fox se ha generado en el país un ''ruido mediático'' al que muchos no estaban acostumbrados, y es el reflejo de la salud política, la democracia y las libertades, donde todos los contendientes se expresan.
En México, ''las reglas del juego no son dictadas por el autoritarismo sino por la democracia'', apuntó.
Estabilidad más allá de 2006, ofrece
Frente a un auditorio proveniente de la iniciativa privada, el mandatario buscó tranquilizar.
La efervescencia política actual, les dijo, no contamina a los indicadores económicos. Los cambios estructurales al sistema financiero, el ''adecuado'' manejo de la deuda externa y la salud de las finanzas públicas han generado condiciones para garantizar ''que la estabilidad económica se prolongue mucho más allá de 2006''.
Cuando apenas un par de horas antes, desde la tribuna de la Comisión Permanente, senadores y diputados de PRI y PRD habían fustigado al mandatario por hacerlos responsables -en un discurso pronunciado el martes- del recrudecimiento de la violencia en el país, Fox Quesada porfió en la pronta aprobación de sus iniciativas en materia de seguridad, ''por el bien de México y a nombre de todo México''.
Su habitual optimismo lo llevó a asegurar que la democracia y la fortaleza de las instituciones garantizan ''que las reformas habrán de ser aprobadas más temprano que tarde''.
En la clausura del Foro CEO de Forbes-México, Vicente Fox aprovechó el micrófono para autoproclamar logros de su administración en materia de estabilidad económica y gobernabilidad democrática.
El año 2000, afirmó, cerró el capítulo de una larga era de gobierno de partido único, gobierno autoritario y centralizado en el Poder Ejecutivo, el cual ''imponía de manera arbitraria su voluntad al Congreso, al Poder Judicial, a las autoridades locales, a la sociedad misma''.
El presidente Fox, quien unas veces elogia las políticas diseñadas por sus antecesores y otras las execra, ayer eligió la segunda vía. Durante décadas, afirmó, los intereses personales y de grupo sumieron al país en sucesivas crisis sexenales de ''un paso adelante, dos pasos para atrás, (de) poco o nulo avance''.
Esos gobiernos, denunció ahora, llevaron al país al endeudamiento excesivo, al ''gran apalancamiento'', a las crisis devaluatorias recurrentes, altos niveles de inflación, fuertes variaciones en las tasas de interés, pérdida del poder adquisitivo. En suma, constantes desequilibrios que afectaron gravemente la confianza en el gobierno y las instituciones por parte de los inversionistas y de la propia sociedad.
Este gobierno se impuso como estrategia revertir tal panorama y se avanza ''por el camino correcto'', y las instituciones económicas, sociales y políticas están ''más sólidas que nunca'', por lo que ante un público conformado por empresarios y dirigentes corporativos, lanzó: ''Quien no tiene hoy inversiones en México, se está perdiendo de algo importante''.
Empero, enseguida debió admitir que el país tiene reformas estructurales pendientes, entre ellas, la de seguridad pública e impartición de justicia, ''para abatir eficazmente la violencia y la inseguridad, (que son) hoy por hoy, la mayor preocupación de los mexicanos''.