Martha Singer, autora del libro Movimiento indígena en México

Hace falta incluir a la sociedad en el debate público nacional

La investigadora propone volver a la idea de democracia en la que no bastan las elecciones

El desencanto no es con la política, sino con los políticos, dice la catredrática de la UNAM

MONICA MATEOS-VEGA

La ilusión que en el año 2000 generó la alternancia política en la Presidencia del país permitió que, a pesar de todo y aunque con lentitud, se clarificaran varios temas de fondo con respecto a la democracia.

Por tanto, ahora es indispensable construir un nuevo Estado que realmente haga eco de las voces ciudadanas, particulamente de las que provienen del movimiento indígena.

A partir de esa premisa se desarrolla el análisis de la investigadora y docente universitaria Martha Singer Sochet que presenta en su libro Movimiento indígena en México. Representación, poderes y políticas, editado por Guernika.

Por políticas de abajo a arriba

El texto analiza temas como la representación política, los procesos electorales, la toma de decisiones y la fuerza del poder, y cómo se vinculan estos factores ante una demanda central:

''Elaborar las políticas de abajo hacia arriba. Es decir, no sólo cuestiono la exclusión de un importante sector de la sociedad, que es el indígena, sino que ésta voz tampoco es retomada por quienes hacen las decisiones, porque una vez que los políticos han sido elegidos por medio del voto y que llegan a sus puestos, desaparecen los vínculos con la sociedad", explica Singer en entrevista con La Jornada.

Agrega que los vínculos entre los representantes políticos y la comunidad ''nunca han terminado de construirse. El priísmo se encargó de sustituir esos puentes por mecanismos de cooptación, de gestión, corporativistas, lo cual impidió que la sociedad se organizara para expresar sus distintos y divergentes intereses, y así elaborar conjuntamente las políticas.

''El concepto que uso en el libro de 'representación política' lo que intenta es regresar a esa idea de la democracia en la que no bastan los mecanismos para votar, ni siquiera la relección, tema que se ha puesto de moda como medio para exigir a los funcionarios que cumplan con su trabajo.

''En el análisis, le doy al tema una lectura más amplia, no centrada en los procesos de construcción del movimiento indígena o en el estudio de éste hacia adentro, sino en relación con las oportunidades políticas que se abrieron en 2000, en la medida en la que hubo una fragmentación del poder."

Catedrática en la carrera de ciencia política en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, Singer incorpora el concepto ''deliberación", que significa ''un espacio donde los diversos actores políticos convergen y tienen la posibilidad de acceder a un debate público, que es lo que no ocurrió durante la elaboración de la ley indígena.

''Hace falta incluir a la sociedad en el debate. No tomar decisiones a espaldas de ella, como ha ocurrido a lo largo del sexenio, pues esto da como resultado que las decisiones no sean legítimas y se incumplan.

''No se trata de que el pueblo mediante su voto exija el cumplimiento de un programa lleno de matices y de mandatos, sino de que esos mandatos se vayan construyendo con el tiempo.

''Eso hace falta: los medios para construir los mandatos, donde seguramente habrá minorías que no se verán reflejadas pero que tampoco deberán ser excluidas del debate."

Ni un paso atrás

-Ante ese panorama, ¿cuál es el pronóstico para las elecciones del próximo año?

-La ciudadanía está dispuesta, por todos los medios, a no dar marcha atrás en el camino hasta ahora recorrido. Eso se demostró con la marcha en favor de Andrés Manuel López Obrador: se trató de un esfuerzo conjunto por mantener los logros en materia de democracia. 'Ni un paso atrás', era la voz del conjunto.

''Los ciudadanos han demostrado que mientras los representantes electos sigan estando desvinculados de los intereses, problemas y organizaciones de la sociedad, seguirán tomando sus decisiones prácticamente en el aire y seguirán siendo desacreditados por la propia ciudadanía.

''Por eso persiste la tendencia de que los ciudadanos se alejen de los procesos electorales. No obstante, es un error lo que algunos estudiosos afirman: que la gente no está conforme con los resultados de la democracia. Los ciudadanos no están de acuerdo con la manera como se ejerce el poder.

''El desencanto no es con la política, sino con los políticos que llevan a cabo su tarea de manera desorganizada.

''De cara al 2006 y ante las luchas por la democracia que hemos visto recientemente, es evidente que las personas están dispuestas a participar defendiendo los avances construidos. El próximo año, dependiendo de lo que ocurra al final del sexenio, nos enfrentaríamos a dos grandes escenarios: que la gente no vote, desencantada por las confrontaciones o que mediante el voto haya un juicio ciudadano a esta administración.

''Ante ese panorama, la opción de López Obrador apela a la masa, a la movilización social como capital político. Si no se toman en cuenta movimientos como el zapatista o como el de los campesinos de Atenco, que exigen formas de participación de abajo hacia arriba, participación en la deliberación de las políticas y el debate público, si no se hace caso de estas voces -como planteo en mi libro- el próximo gobierno será también un fracaso."