Los mexicanos, con la madurez suficiente para ejercer su derecho a elegir, afirma
Norberto Rivera: ningún "superhéroe" resolverá mágicamente los problemas
"Es obvio que algo está podrido", señala el cardenal respecto al repunte de la violencia
Advierte que el país ha dejado de ser zona de tránsito y es ahora consumidor de drogas
Ampliar la imagen Al centro, el cardenal Norberto Rivera Carrera, durante la conferencia de prensa que ofreci�er para hablar de su reciente viaje a Roma, adonde acudi� c�ave mediante el cual se design�pa a Joseph Ratzinger. El prelado mexicano habl�mbi�del ambiente prelectoral y otros temas FOTO Notimex
Más allá de las posiciones ideológicas de izquierda, de derecha o de centro; de los partidos políticos y de los candidatos, México tiene la madurez suficiente para escoger, en las elecciones presidenciales de 2006, un gobierno que vea y trabaje por el país, dijo el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, quien sin embargo aclaró que el país no tiene un "superhéroe" que por "arte de magia" cambie todas las cosas, pues esta tarea es colectiva.
Consideró que no debe sorprender a nadie que en cuestiones sociales y políticas existan opiniones encontradas en la Iglesia católica, tal como se dio en el proceso de desafuero en contra de Andrés Manuel López Obrador, jefe del Gobierno capitalino.
"Sería un gran mal querer homogeneizar el pensamiento de la jerarquía y hacer que todos percibamos de la misma manera un fenómeno social o político. Creo que tenemos que expresar nuestros puntos de vista distintos. Y aunque en el momento se cause un poco de desorientación, creo que los feligreses entienden que hay distintas sensibilidades dentro de la Iglesia", insistió el prelado.
En un desayuno con los reporteros de la fuente religiosa en el Club de Banqueros del Centro Histórico, con motivo de la celebración de la 39 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el cardenal Rivera ofreció una amplia conferencia de prensa, luego de comentar algunas anécdotas de su participación en el cónclave que terminó con la elección de Joseph Ratzinger como el papa Benedicto XVI.
La inseguridad pública, el narcotráfico, el actual ambiente político prelectoral y los retos que imponen la pobreza y los rezagos sociales fueron los temas principales de la amplia conversación, lejos de las minientrevistas banqueteras que se le hacen al término de su acostumbrada misa dominical en la Catedral Metropolitana.
Respecto al primer punto, señaló que si bien ni la violencia ni la descomposición social se han generalizado en el país, pues todavía son acontecimientos muy localizables, es obvio que "algo está podrido" y las cosas no están haciéndose bien. El país no puede seguir por el camino de la violencia, pues ésta "no es un hongo que apareció ahí de pronto, sino algo que se viene gestando desde hace tiempo y en muchos ambientes".
Tal como están las cosas, agregó, pareciera que muchas calles y barrios tuvieran "lumbre", porque la "gente quiere pasar rapidito por esos lugares, esperando que no les pase nada". Dijo que a diferencia de hace diez años, fecha en que llegó como arzobispo a la ciudad de México, la droga ya no sólo pasa por el territorio nacional, sino que ahora su consumo es "tremendo y asusta". Son situaciones, agregó, que "nos llenan de preocupación y tienen que ocuparnos no sólo en declaraciones, sino en frenar este fenómeno".
Advirtió que responsabilizar de estos males sólo a las autoridades y el gobierno en turno es una manera de evadir la responsabilidad colectiva que se tiene, pues en ella son corresponsables la familia, las escuelas, los centros de trabajo y hasta las iglesias, "al permitir que ese clima de violencia se geste en medio de nosotros y de la sociedad. Se tiene que hacer un trabajo fuerte en el fomento de los valores y no esperar el aumento de policías o la aplicación de estrategias más represivas".
En lo político-electoral, el cardenal Rivera expresó su deseo de que "esto se ponga todavía más calientito y que haya más aspirantes y más propuestas, y que la gente se entusiasme por unos y por otros. Pero también espero -agregó- que baje la confrontación, la ofensa personal y la descalificación".
Señaló que la Iglesia católica estará presente en las elecciones de 2006 y que desde el terreno que le es propio exhortará a los feligreses a participar y votar por la mejor opción; decidir no sólo por la simpatía hacia un candidato, sino también por el partido, "aunque en este tiempo se tiene que distinguir muy bien entre partido y candidato, pues a veces es más importante uno y en otras ocasiones el otro".
El cardenal Rivera subrayó que en los últimos diez años el país ha tenido transformaciones importantes en el tema electoral. Una de ellas es que, a diferencia del pasado, hoy no se sabe quién va a triunfar en las elecciones. "A estas alturas, en otro tiempo ya sabíamos quién era el candidato y, desde luego, quién sería el futuro presidente. Creo que hoy hay opciones distintas y eso es un avance."
Sin embargo, manifestó que aunque esta competencia es positiva, también tiene ciertos rasgos indeseables, como el hecho de que gran parte del año el país esté envuelto en procesos electorales o en conflictos que se dan después de los comicios. "Muchos políticos, por todo este espectáculo, se olvidan de trabajar; por pensar en el futuro no trabajan en el presente", apuntó.
Precisó que aun cuando la ciudadanía tiene madurez para elegir a un gobierno que trabaje por el país, llegará el momento en que también muestre su desilusión "porque aquel dios que se imaginaban o aquel ser todopoderoso que todo lo iba a transformar pues se ve que no lo puede hacer, y algunas realidades las supera y otras más las deja a medias. (Por eso) no siento que México tenga un superhéroe que por arte de magia venga a cambiar las cosas".
Crecen migración, inseguridad pública y marginación, advierte Felipe Arizmendi
En la peregrinación anual de las tres diócesis de Chiapas a la Basílica de Guadalupe, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, señaló que cada vez crecen más los problemas de migración, inseguridad pública y marginación, además de la división interna generada por motivos políticos o religiosos.
En tanto, el obispo de la diócesis de Tuxtla Gutiérrez, Rogelio Cabrera, exhortó a la práctica de la prudencia como uno de los medios para resolver y evitar futuros conflictos en la sociedad. Ambos prelados pidieron la pronta designación de un nuevo obispo para Tapachula, sede vacante desde septiembre pasado, cuando monseñor Cabrera fue trasladado por el papa Juan Pablo II de esa diócesis a la de la capital chiapaneca.
En la misa, en la que ambos tomaron la palabra, expresaron su preocupación por los problemas que afectan de manera importante a la población de las tres diócesis chiapanecas, como la migración, la violencia, la inseguridad pública y la división interna que prolifera en el país, que en algunas zonas de la entidad se refleja en conflictos religiosos.
"La prudencia es la base para construir un México mejor con responsabilidad, porque quien carece de esta virtud es egoísta y no tiene visión de futuro al enfocar sólo sus intereses personales", expresó el obispo Cabrera ante los peregrinos de las tres diócesis.
Arizmendi Esquivel reconoció que los indígenas cada vez cuentan con mejores oportunidades de vida. Sin embargo, "esta situación no constituye la panacea para esas comunidades", advirtió.