Revela estudio de UNESCO/IESALC clara discriminación de género en México
Ganan menos de un salario mínimo 45.4% de mujeres con enseñanza media y superior
De la población con instrucción media superior y superior que gana menos de un salario mínimo, 45.4 por ciento son mujeres y 23 por ciento hombres, lo que indica que un porcentaje considerable del sector femenil tiene que aceptar empleos mal remunerados, por horas y de tiempo parcial, "al no ser compatibles los horarios de muchos trabajos con el cumplimiento de los roles tradicional es de género de madres-esposas-amas de casa, que socialmente" se les ha asignado.
El estudio Feminización de la matrícula de educación superior en América Latina y el Caribe, auspiciado por el Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe UNESCO/IESALC y coeditado por la Unión de Universidades de América Latina (UDUAL), advierte también que en el rubro de ingresos el porcentaje más alto (27.4 por ciento) corresponde a las mujeres que perciben menos de un salario mínimo mensual, mientras que en el caso de los hombres ese porcentaje es de 17.7 puntos porcentuales.
La investigación presenta una radiografía sobre la feminización de la educación superior en 15 países latinoamericanos y la región del Caribe. El capítulo correspondiente a México, a cargo de la investigadora Olga Bustos Romero, precisa que no es el nivel de escolaridad lo que determina estos magros sueldos para ellas: "aun cuando sean mujeres y hombres que trabajen más de 48 horas a la semana, son ellas las que tienen el porcentaje más alto de quienes reciben menos de un salario mínimo. Aquí se evidencia claramente la discriminación de género".
Por otro lado, establece que la educación superior en el país todavía es privilegio de muy pocas personas, y aunque la matrícula de mujeres y hombres a nivel licenciatura desde el año 2000 es de 50 por ciento tanto para el sexo masculino como para el femenino, todavía hay "fuertes desproporciones dependiendo del área de conocimiento".
Es decir, aún existe "el fenómeno de las llamadas carreras femeninas y masculinas". Por ejemplo, en el área de educación y humanidades, en las que tradicionalmente hay mayor número de mujeres, se han acentuado las diferencias de porcentajes.
En 1980 los hombres representaban en dicha área 43 por ciento. Para 1990 eran 39 por ciento y en 2001 bajó a 34 por ciento. La especialista Bustos Romero observa que "es más difícil romper con estereotipos de género en los varones, que en las mujeres.
"Pero por otro lado no hay que descartar que se trata también de carreras a las que socialmente se les ha asignado menor prestigio y por lo tanto reciben salarios más bajos. Asimismo, la homofobia habría que analizarla aquí. Es decir, qué tanto los hombres no eligen estas carreras debido a que al ser femeninas atentan en contra de su masculinidad. En otras palabras, parece ser que a los varones los persigue más este fantasma de la homofobia o temor a la homosexualidad que a las mujeres cuando eligen carreras masculinas", considera.
En cuanto al sexo femenino, si bien es cierto que su participación se ha incrementado en licenciaturas en donde hay un mayor porcentaje de hombres, la matrícula de unas y otros todavía presenta marcadas diferencias. En las ciencias agropecuarias e ingeniería y tecnología "la participación de ellas representa tan sólo una cuarta parte y menos de la tercera parte, respectivamente".
Por lo anterior, la investigación destaca que en la medida en que las mujeres representan ya 50 por ciento en la educación superior del país y en varias carreras más de 50 por ciento, "el reto es cómo seguir manteniendo esa proporción, pero eliminando el sexismo en su inserción en las carreras llamadas masculinas".