Llaman en Holanda a votar hoy por el sí; sondeos prevén otro rechazo al Tratado
Dominique de Villepin, nuevo primer ministro francés; sustituye a Raffarin
Debilitado tras el no a la Constitución europea, Chirac opta por la continuidad: analistas
Ampliar la imagen Dominique de Villepin (derecha), nombrado ayer primer ministro franc�por el presidente Jacques Chirac, y su antecesor, Jean Pierre Raffarin FOTO Ap
París, 31 de mayo. Dos días después del revés en el referéndum en que los franceses rechazaron la Constitución europea, el presidente Jacques Chirac nombró hoy primer ministro a Dominique de Villepin, un hombre de su círculo de confianza, conocido internacionalmente en 2003 cuando como ministro de Relaciones Exteriores se opuso en Naciones Unidas a la invasión de Irak.
En Holanda, en tanto, los defensores de la Constitución continental hacían un último intento para impedir la anunciada victoria del no. El último llamado lo lanzó esta noche el primer ministro, Jan Peter Balkenende, quien aseguró que "si quieren que la economía progrese, hay que votar sí ".
El no podría triunfar con 59 o 60 por ciento de los votos, según dos sondeos publicados la víspera que no tienen en cuenta a los indecisos. Un tercer sondeo otorga 51 por ciento al no, 37 por ciento al sí y 12 por ciento de indecisos. En Francia, el no obtuvo el domingo cerca de 55 por ciento de los sufragios.
Para tratar de revertir la tendencia, la mayoría de los ministros del gobierno holandés de centro derecha dedicaron las últimas horas a distribuir folletos o a debatir sobre la cuestión. La comisaria europea de Competencia, la holandesa Neelie Kroes, también se lanzó al ruedo y llamó a sus compatriotas a votar por el sí pues, según declaró a un diario local, "Francia no es el jefe de la Unión Europea".
También los opositores socialdemócratas y ecologistas salieron a la calle para defender la Constitución.
Sin embargo, para el Telegraaf, principal diario del país, se trata de una "ofensiva desesperada" de los defensores del sí, mientras el analista Maurice de Hond sostuvo que "el no en Holanda no está dirigido contra Europa sino contra una clase política considerada poco fiable que decepcionó a los ciudadanos con cuestiones como el euro".
La población holandesa ha manifestado su descontento frente al alza de precios atribuida al euro, y por el hecho de que el país es el mayor contribuyente neto al presupuesto europeo.
Los escasos sondeos cualitativos hablan también del miedo al ingreso de Turquía y a la inmigración. "Desde Pim Fortuyn (líder de la extrema derecha populista asesinado en 2002), los holandeses se encerraron en sí mismos. Hay un miedo a todo lo extranjero", consideró la belga Sophie Vanhoonacker, de la facultad de Estudios Europeos de La Haya.
El bando del no, que reúne a partidos tan diferentes como los protestantes ortodoxos, los populistas y el Partido Socialista, una pequeña formación de extrema izquierda, también dice temer una pérdida de soberanía.
El referéndum no es vinculante pero la mayoría de los partidos indicaron que respetarán el resultado si la participación supera 30 por ciento.
En París, en tanto, el presidente Chirac nombró a su actual ministro del Interior, Dominique de Villepin, que no pertenece a ningún partido, en sustitución del impopular Jean Pierre Raffarin.
Además, llamó de vuelta al Ejecutivo a su gran rival dentro de la derecha oficialista, Nicolas Sarkozy, presidente de la Unión por un Movimiento Popular, para que sea "ministro de Estado", una especie de número dos.
Sarkozy, cuyo regreso al gobierno fue celebrado por los sindicatos policiales, se inclina más por Estados Unidos que por Alemania, y cree que el sistema de capitalismo con orientación social está acabado. Además, es partidario de reformas sociales, como modificar la protección contra el despido.
Villepin, de 51 años, es en palabras del diario Le Monde, "un intelectual en política, un poeta en los corredores del poder, un idealista en un universo de cinismo".
Debilitado tras el referéndum del domingo, Chirac optó por la continuidad a la hora de escoger un nuevo jefe de gobierno con el fin de conservar un margen de maniobra para los casi dos años que le quedan de mandato, sostuvieron algunos analistas.
Otros destacaron que el nombramiento de Villepin, un político de talante aristocrático, no responde a las expectativas de los franceses "de abajo" que desean una política más social.
Además, la cohabitación de Villepin y Sarkozy no va a ser fácil, pronosticaron observadores.
"Los franceses van a tener el sentimiento que se elige a la misma gente y se empieza de nuevo", dijeron de su lado voceros de la centrista UDF (Unión por la Democracia Francesa), al anunciar que no quiere formar parte de este nuevo gobierno.
Para Jean Marc Ayrault, presidente del bloque socialista en la Cámara de Diputados, Villepin "no tendrá margen de maniobra económico, financiero y social para responder a las esperanzas de los franceses".
Según la secretaria de los comunistas, Marie George Buffet, el dúo Villepin-Sarkozy es una "provocación a la soberanía popular".
La oposición recordó además que el nuevo primer ministro nunca se presentó a unas elecciones, ni siquiera en el ámbito municipal, una falta de legitimidad que ya le reprochó Sarkozy la semana pasada.