Incluye textos de Arnoldo Kraus y José María Pérez Gay, entre otros

Reúnen en un libro reflexiones de la prensa mexicana a 60 años del Holocausto

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Para conmemorar el fin del genocidio nazi contra los judíos y evitar que aquel horror quede en el olvido, la Tribuna Israelita y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) coeditaron el libro A 60 años de la liberación de Auschwitz. Reflexiones en la prensa mexicana, que reúne textos de 30 periodistas y escritores mexicanos sobre ''una de los capítulos más trágicos de la humanidad".

De 1933 a 1945, con Hitler al frente, el nazismo llevó a cabo una labor de exterminio sistemático que costó la vida a 6 millones de judíos (hombres, mujeres y niños), así como de gitanos, homosexuales y minusválidos.

En enero de 1945, meses antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, el entonces ejército soviético entró a la Polonia ocupada por los nazis y liberó el campo de concentración de Auschwitz, donde se descubrió la mayor evidencia del Holocausto.

Desde entonces Auschwitz es el emblema tristemente célebre de la intolerancia y la discriminación.

Archipiélago nazi de la muerte

En el contexto de la conmemoración de los 60 años de de la liberación de Auschwitz y la derrota de Hitler, periodistas, escritores e intelectuales de todo el mundo reflexionaron sobre el tema. Tribuna Israelita, Institución de Análisis y Opinión de la Comunidad Judía de México, hizo una recopilación de textos sobre el tema publicados en la prensa mexicana y los editó en forma de libro.

El volumen, presentado la tarde del martes en el Museo de la Ciudad de México, incluye entre otros autores a Arnoldo Kraus y José María Pérez Gay.

Pérez Gay recuerda en su texto, originalmente publicado en La Jornada, el horror de los oficiales soviéticos ante lo que veían sus ojos:

''Las cámaras de gas, los hornos crematorios y los montones de cadáveres eran sólo el comienzo del archipiélago nazi de la muerte."

Explica los orígenes ideológicos del nazismo, reflexiona sobre las secuelas políticas y culturales del genocidio, apunta datos que permiten atisbar la dimensión de la tragedia:

''Si recorremos hoy el campo de exterminio de Belzec, Polonia, donde en tres hectáreas mataron a más de 800 mil judíos en nueve meses, podemos hacernos una idea de lo que significa el olvido.

''Belzec es ahora un bosque apacible, los almendros han crecido y el follaje se extiende en la lejanía. Nada nos recuerda que la tierra que pisamos es una mezcla de huesos molidos y grasa humana."

Exposición A las puertas del infierno

En otra parte, Pérez Gay hace una crónica de su primera visita a Auschwitz cuando estudiaba en Alemania, en 1965. Ahí se enteró que las barracas llevaban el nombre de varios países. Un guía le indicó que la que ostentaba el de México estaba muy cerca de una de las cámaras de gas:

''Desde entonces no puedo pensar en Auschwitz sin recordar el nombre de Mexiko, escrito así con la k. De una o de otra manera, pensé, viviendo en esa barraca, debieron imaginarse el país de Mexiko antes de entrar en la cámara de gas."

Alguien le preguntó al guía, un polaco de sesenta y tantos años, cómo podía trabajar en ese ''gran pozo de mierda". El guía se remangó la camisa y mostró un número grabado en su antebrazo.

-Yo estuve aquí tres años, soy un superviviente -dijo.

Auschwitz -anota Pérez Gay hacia el final del texto- ''demostró que existe algo peor que la muerte: existir en los campos de exterminio nazis".

Tras la presentación del libro se inauguró en el recinto de Pino Suárez 30, Centro Histórico, la exposición A las puertas del infierno, de Zinovii Tolkatchev, soldado ruso que atestiguó los horrores de los campos de concentración y los plasmó en su obra.