Se
han identificado al estigma y a la discriminación que pesan
sobre las personas que viven con VIH/sida como factores que obstaculizan
las
labores preventivas y de atención. En particular, se han señalado
las consecuencias de las prácticas discriminatorias al interior
de los hospitales y centros de salud. Sin embargo, otro problema grave
ligado a la atención pasa casi desapercibido. Nos referimos a la
falta de ética de muchos de los médicos y especialistas abocados
a tratar ese padecimiento. Estas infracciones a la ética en la práctica
médica se encuentran tan extendidas que constituyen también
un grave obstáculo en el control de la epidemia.
Negarse a atender o a intervenir quirúrgicamente a pacientes con
VIH/sida, iniciar terapias antirretrovirales con medicamentos no recomendados
como primera opción, seguir prescribiendo medicamentos ya descartados
por su toxicidad o baja potencia, faltar a la confidencialidad de un diagnóstico
de sida, o favorecer la prescripción de medicamentos atendiendo
no al interés de los pacientes sino de las compañías
farmacéuticas, son prácticas cotidianas en los hospitales
y centros de salud públicos del país donde se atienden los
casos de VIH/sida.
Se requiere llamar la atención sobre las graves consecuencias para
la salud de los pacientes que genera la falta de ética médica
en la atención del VIH/sida, que pueden derivar en la pérdida
de años de vida del paciente o en una muerte prematura; pueden ocasionar
el despido laboral del paciente infectado y la consecuente pérdida
de su seguridad social; o sencillamente pueden provocar el abandono del
tratamiento y del servicio de atención médica por parte del
paciente.
Es necesario documentar los casos de negligencia y falta de ética
médica para contrarrestar sus efectos perniciosos y señalarlos
como uno de los grandes obstáculos en el control de la epidemia
del VIH/sida.
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