Corrupción e impunidad abren la puerta a la "ingobernabilidad", advierten
Obispos de Coahuila, Tamaulipas y NL condenan el clima de violencia
En Ciudad Guadalupe, Nuevo León, un menor sufrió abuso sexual y luego fue asesinado
Ampliar la imagen Mireille Roccatti, la nueva fiscal nombrada para investigar los asesinatos de mujeres en Ciudad Ju�z, durante la conferencia de prensa que ofreci�er en esa comunidad fronteriza FOTO Ap
Preocupados por el clima de violencia y las ejecuciones atribuidas al narcotráfico, los 11 obispos de las diócesis de los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila señalaron que la corrupción y la impunidad en estos casos "abren las puertas" al "vacío de poder" y a la "ingobernabilidad".
En una declaración conjunta, que coincide con el asesinato de un menor de 6 años en la ciudad de Monterrey, presumiblemente muerto a golpes en la cabeza y abusado sexualmente por un desconocido, ya que el pequeño fue encontrado sin vida y semidesnudo de la cintura hacia abajo, los prelados subrayan la gravedad del problema, pero la situación se agrava aún más cuando se observa que algunas autoridades son "cómplices para que el tráfico y la distribución de la droga se realicen impunemente".
Dada a conocer de manera simultánea en varias de las diócesis firmantes y por el Episcopado en el Distrito Federal, la carta señala que ni sociedad, en general, ni los obispos, en particular, pueden permanecer impasibles y callados ante el "estruendo de la violencia que sigue bañando de sangre esta región de México".
En la carta pastoral titulada Narcotráfico y violencia social, los obispos señalan que México es un gran país que no merece vivir bajo el miedo y la amenaza de unos cuantos que quieren acabar con sus jóvenes, con sus hombres y mujeres, creando una cultura de terror y de muerte.
Los obipos de la Iglesia católica de la región convocaron a la sociedad a que "se una para que desapruebe, se denuncie y se castigue al narcotráfico y la violencia que de éste se deriva, y que de una vez por todas se trabaje decididamente" contra este fenómeno. Llamaron a los que intervienen en este sucio negocio a que se arrepientan y cambien de vida, porque nadie tiene derecho de privar a otros de la existencia.
En la presentación de la carta, el arzobispo metropolitano de Monterrey, Francisco Robles Ortega, dijo que en su opinión medidas como la excomunión que han planteado otros jerarcas católicos hasta les puede causar risa a los narcos, "porque sólo les duele este castigo a quienes viven en comunión con la Iglesia, y no es el caso de quienes asesinan a otros hermanos y envenenan con drogas a los niños y jóvenes.
"La grave situación provocada por el narcotráfico nos impulsa como pastores a hacer un llamado apremiante a la comunidad de nuestra Iglesia y a toda la sociedad para poner remedio al sufrimiento de tantos seres humanos, a frenar las muertes y destrucción del tejido social que el narcotráfico está produciendo. Creemos que Dios nos pide actuar valiente y responsablemente".
El documento de siete cuartillas fue firmado por el arzobispo de Monterrey y los obispos auxiliares de la misma diócesis, José Lizares Estrada y Gustavo Rodríguez Vega, así como por los obispos de Linares, Ramón Calderón Batres; Piedras Negras, Alonso Garza Treviño; Ciudad Victoria, Antonio González Sánchez; Ciudad Valles, Roberto Balmori Cinta; Saltillo, Raúl Vera López; Nuevo Laredo, Ricardo Watty Urquidi; de Tampico, José Luis Dibildox Martínez, y de Matamoros, Faustino Armendáriz Jiménez.
Hallan cuerpo del menor en solitario paraje
El refedrido asesinato del menor ocurrió en la colonia Los Manantiales, del metropolitano municipio de Ciudad Guadalupe -muy cerca de Monterrey-, Nuevo León, después que el niño Carlos Antonio Rodríguez Mendoza, que estaba al cuidado de su abuela, "desapareció" de su domicilio el miércoles alrededor de las 19.30 horas.
Según otros niños de la colonia, un individuo de aspecto homosexual y de unos 33 años se llevó al pequeño hacia un paraje solitario a orillas del río La Silla; pero pensaron que era conocido de la familia, informó la Policía Ministerial del Estado.
Cuando la madre de Carlos Antonio llegó de su trabajo después de las diez de la noche empezó a buscarlo, pero fue hasta las seis de la mañana de este jueves cuando la abuela, María de Jesús Pinales, encontró el cadáver con ayuda de reporteros de una televisora local, pues la policía municipal había suspendido la búsqueda por el "cambio de turno". El niño había sido golpeado en la cabeza con un bloque de concreto y sólo vestía una playera.