Su trayectoria ascendente como custodio de AN decayó ante los bárbaros del norte
Neopanistas, dique principal de Calderón
"Político impulsivo", renunció al gabinete cuando Fox lo regañó por destaparse como candidato
Ampliar la imagen Felipe Calder�ex l�r nacional del PAN, durante una conferencia de prensa en mayo pasado FOTO Mar�Luisa Severiano
Calificado por sus adversarios como "un político impulsivo" y sin la fuerza que alguna vez tuvo su grupo en las filas del PAN, Felipe Calderón Hinojosa busca la candidatura presidencial de su partido luego de una larga trayectoria de claroscuros, en la que se convirtió en el dirigente nacional más joven del panismo -a los 33 años- y fue desplazado por los neopanistas, precisamente cuando ocupaba ese cargo, de las negociaciones para crear el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB).
Distante del presidente Vicente Fox tras el regaño público que le propinó en mayo de 2004 por la realización de un acto en Guadalajara -tras la cumbre de jefes de Estado de Europa, América Latina y el Caribe- en el que prácticamente se le destapó como aspirante a la primera magistratura, lo que derivó en su salida de la Secretaría de Energía, Calderón es ubicado como uno de los principales representantes de las "familias custodias del PAN", aquellas que en la década de los 80 y principios de los 90 fueron identificadas como las doctrinarias, en contraposición a los llamados bárbaros del norte, empresarios de reciente ingreso -como Manuel J. Clouthier-, que aseguraban que ellos si sabían ganar elecciones.
Por el origen del ex secretario de Energía, en los corrillos del blanquiazul se menciona ya que la contienda interna por la candidatura presidencial será en los hechos un enfrentamiento entre las familias tradicionales del partido y los foxistas, quienes tienen como abanderado al ex secretario de Gobernación Santiago Creel Miranda, y como segunda opción al todavía titular del Medio Ambiente, Alberto Cárdenas Jiménez.
Hijo de Luis Calderón Vega, uno de los fundadores e historiadores de este instituto político, Felipe Calderón es un panista de toda la vida que logró desarrollar una trayectoria meteórica en la burocracia partidista de la mano de Carlos Castillo Peraza, a quien se conoce como su mentor político.
Así, de ser dirigente juvenil de Acción Nacional se convirtió en secretario de estudios, y más tarde fue secretario general, precisamente con Castillo Peraza como presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), y luego candidato a la gubernatura de su natal Michoacán, donde fue derrotado por el priísta Víctor Manuel Tinoco Rubí. Cuando a finales de 1995 el dirigente yucateco anunció su determinación de no buscar la relección en la dirigencia partidista, el hoy aspirante a la candidatura presidencial decidió contender por ese cargo.
Con el enorme peso político que tenían entonces los grupos doctrinarios del partido, en la primera vuelta electoral logró vencer fácilmente a Ernesto Ruffo, ex gobernador de Baja California, a la sazón representante de los neopanistas. De esta manera, a los 33 años se convirtió en el presidente nacional más joven en la historia del PAN, para el trienio 1996-1999. Contaba con el apoyo de Diego Fernández de Cevallos, de quien años después se distanció.
Sin embargo, el poder que tenían las "familias custodias" del panismo no fue suficiente para que Felipe Calderón Hinojosa pudiera salir victorioso de su gestión como dirigente nacional, pues a pesar de haber ganado las gubernaturas de Nuevo León, Aguascalientes y Querétaro, no pudo mantener el ascenso electoral del partido y en 1998 perdió el gobierno de Chihuahua.
Vacaciones para la doctrina
El doloroso episodio que representó el no poder conservar la gubernatura de aquella entidad provocó severas críticas a la gestión del joven dirigente nacional. Los entonces bárbaros del norte, entre los que se encontraban Fernando Canales Clariond, Francisco Barrio y el propio Vicente Fox no dudaron en sugerir: mandemos de vacaciones a la doctrina para poder ganar elecciones.
La diferencia que surgió por la pérdida de Chihuahua se sumó a las que ya existían porque el entonces presidente del partido no había incluido en la cúpula blanquiazul a ningún representante de los neopanistas. Pero quizá el tema que mayores problemas le causó fue la conversión del Fobaproa en IPAB. En ese caso, los panistas con intereses empresariales, encabezados por Fauzi Hamdan, Diego Fernández de Cevallos y Mauricio Fernández, le arrebataron la negociación con el gobierno de Ernesto Zedillo y los banqueros, y al final no le quedó más que aceptar los acuerdos que ellos habían pactado, según relatan las notas periodísticas de esa época.
Sin margen de maniobra, fue acusado de ser un dirigente débil. Los neopanistas constantemente afirmaban que "con niños no se podía dirigir al partido", en alusión a la juventud de Calderón y de los integrantes de su equipo más cercano, entre los que estaban Adrián Fernández, hoy operador político de Santiago Creel, su principal contendiente en la lucha por la candidatura presidencial.
No son pocos los periodistas que recuerdan la reunión navideña de 1999 de Felipe Calderón con la "fuente" que cubría las actividades del PAN. Ahí, entre brindis, el dirigente entonaba canciones de Timbiriche y dolido gritaba: "no se puede hacer política con niños".
Para entonces, ya había anunciado su decisión de no buscar la relección en el CEN, convencido de que no tendría libertad para ejercer el cargo. También había roto con Carlos Castillo Peraza, por el tema Fobaproa-IPAB y, a pesar de sus esfuerzos, no había logrado abrir a otros aspirantes el proceso de elección del abanderado presidencial. Vicente Fox Quesada, entonces gobernador de Guanajuato, impuso su candidatura al blanquiazul.
Cuestionado en su gestión, Calderón Hinojosa decidió viajar a Estados Unidos para cursar una maestría en administración pública en la Universidad de Harvard. Ahí se mantuvo hasta mayo de 2000, cuando contendió por una diputación federal.
Como líder de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados en el periodo 2000-2003 Calderón impulsó sin éxito la aprobación de las reformas estructurales promovidas por el gobierno de Vicente Fox. En 2003, poco antes de concluir la legislatura, fue nombrado director del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), cargo que sus allegados consideraban menor para el perfil del ex dirigente nacional del partido.
Durante su estancia de seis meses en ese puesto enfrentó la acusación de haberse autoasignado un préstamo hipotecario de 3 millones de pesos. El asunto causó tal escándalo que el funcionario canceló la operación, no sin argumentar que era totalmente legal.
Tras los reclamos de Acción Nacional por mayores espacios en la estructura gubernamental, en septiembre de 2003 el jefe del Ejecutivo federal designó a Calderón Hinojosa secretario de Energía, en sustitución de Ernesto Martens. Desde ese cargo, el panista volvió a insistir sin éxito en la reforma eléctrica.
El diputado perredista Francisco Carrillo Soberón, secretario de la Comisión de Energía, considera que el principal error del funcionario fue no haber presentado una reforma energética integral y concretarse a defender la reforma eléctrica planteada por Fox Quesada.
El legislador considera al aspirante presidencial un hombre inteligente y accesible, con el que se puede dialogar, pero no pudo concretar la reforma porque su pretensión era modificar la Constitución y su propuesta de cambio era "muy pobre".
Calderón Hinojosa salió de la Secretaría de Energía en mayo de 2004, disgustado con Fox por el regaño público que le propinó por haber asistido a un acto en el que el gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, lo destapó como candidato a la Presidencia.
Sin los reflectores que da una secretaría de Estado, empezó su precampaña por la candidatura presidencial en medio de una coyuntura difícil para las "familias custodias del PAN", quienes a pesar de haberse aliado con algunos sectores de ultraderecha, no lograron colocar a su candidato, Carlos Medina Plascencia, en la presidencia del partido, misma que les ganó el foxismo con su abanderado Manuel Espino Barrientos.
Analistas del blanquiazul consideran que las posibilidades de triunfo del ex secretario de Energía radican más en la debilidad de su principal contendiente, Santiago Creel, que en la fuerza que él tenga.