Evitar leyes ambientales

En los años recientes las principales corporaciones de energía, Sempra, Shell, Chevron Texaco, Marathon Oil y Conoco Philips, comenzaron a establecerse en el norte de México para construir plantas de gas natural licuado; la mayoría están en Baja California, Tamaulipas y Sonora.

De acuerdo con Greenpeace lo que estas empresas buscan es: "evitar leyes ambientales estrictas, bajar costos, reducir gastos en la protección de buques de gas, eludir la oposición estadunidense al desarrollo de las plantas de regasificación en las costas de California y obtener el control del mercado en el noroeste de México y el sur de California".

Agrega que el gas natural licuado en California se contrapone con los planes de desarrollo de la industria de energías renovables; "las multinacionales han presionado al estado de California para promover el gas natural licuado por encima de las políticas oficiales de eficiencia energética y de energía renovable".

Igual que en México, los proyectos de gas natural no estaban incluidos en la planeación de energía, indica la organización. Además, refiere que estudios en Baja California indican que la demanda no corresponde al suministro de ese tipo de gas propuesto en los proyectos de plantas regasificadoras, pues en esa entidad apenas se podría aprovechar una ínfima fracción del gas natural que suministraría: uno por ciento en 2007.