Arturo Díaz Betancourt, ponente en la Cuarta Semana Cultural de la Diversidad
El dominio de la masculinidad propicia la violencia y la discriminación sexual
El culto al macho y ''la glorificación de la competitividad" son dos de los principales elementos que han influido en la construcción social de la violencia en México.
Así lo sostuvo anteayer el especialista Arturo Díaz Betancourt, del Consejo Nacional de Prevención contra la Discriminación, quien agregó a esa lista la permisividad de la violencia como medida correctiva, así como la marginación de los grupos diferentes.
Durante la mesa-debate Violencia, género y sexualidad efectuada el miércoles como parte del tercer día de actividades de la cuarta Semana Cultural de la Diversidad Sexual, Díaz Betancourt se refirió al tema específico de la discriminación y el odio homofóbico en el país.
Describió a la violencia como una de las tres fuentes de poder del ser humano. Las otras dos, dijo, son el conocimiento y la riqueza, ante lo cual la violencia es la forma más primitiva del poder.
Apoyado en diapositivas, retomó el debate sobre el origen de la violencia en el ser humano, si se trata de algo natural, biológico o una construcción social, inclinándose por este segundo aspecto.
Subrayó que el comportamiento humano, cuando se violenta, es el único que busca hacer daño, a diferencia de lo que sucede entre los animales.
Feminicidio, más allá de Ciudad Juárez
De acuerdo con el activista, las raíces de la violencia y la discriminación sexual están relacionadas con la construcción hegemónica de género, es decir, la preminencia de la masculinidad, así como con el control religioso sobre la vida sexual.
Recurrió a las estadísticas para ejemplificar la rudeza que prevalece en México hacia quienes ejercen una orientación sexual diferente.
Por su parte, Angélica Mandujo sostuvo que considerar la violencia como un aspecto ajeno de la vida de cada quien es uno de los principales obstáculos que impiden enfrentarla y erradicarla.
Resaltó que la verbal y la sicológica son las formas más comunes y cotidianas de agresión que ocurren en México, al grado que pasan casi inadvertidas.
Previo a dicha mesa-debate, la diputada Marcela Lagarde dictó la conferencia Violencia feminicida, en la que sostuvo que los asesinatos de muejres en México no deben estar circunscritos exclusivamente a los que ocurren en Ciudad Juárez.
El feminicidio, enfatizó, es ''un crimen de Estado" y como tal ''un crimen de lesa humanidad", que tiene su base en la violencia sistemática y cotidiana a la que están sometidas las mujeres en el país.