Recomendó a mujeres no apenarse de besar en público
Al Presidente le urge estar lejos de la prensa y cerca de Marta
Tras dos semanas de confrontar a los medios de comunicación, el presidente Vicente Fox, ya sin disimulo, planteó su urgencia de "estar un poquito lejos de la prensa'' y sí, con la señora Marta (Sahagún), "allá, en el rancho''.
Además, y en lo que pareció ser un gesto de desafío a esos críticos que, lamentaba el miércoles, sólo destacan sus "locuacidades'', el jefe del Ejecutivo recomendaba a cientos de mujeres: "que no nos dé pena dar besos en público y en la calle''.
Porque mientras ese día le afligía no ser aquilatado por su trabajo como gobernante y que a cambio se le haga chunga por sus "dislates'', ayer buscó, por medio de esas mismas expresiones, congraciarse con su auditorio.
Provenientes de todo el país, unas mil empresarias sociales lo recibieron ruidosas y cálidas. Coreaban los nombres de sus entidades y blandían cartelitos. Eran parte de un auditorio cautivo por medio de los apoyos de Fonaes y de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Contagiado por esa algarabía, seductor y hasta evocador de sus tiempos de candidato, el presidente Fox dijo de entrada: "La verdad es que con mujeres como ustedes, para qué queremos hombres en este país''.
Y él, que hace dos días se quejaba por el revuelo causado por su elogio desmedido a las "faldas suficientes'' de su esposa, ayer no tuvo reparos en recurrir a la misma figura: "¡Faldas, hay muchas aquí!, ¡hay muchas en el país! Faldas que necesita nuestro país, nuestra economía, que necesitan nuestros hijos''.
Porque a propósito de faldas, él mismo trajo y envió saludos "de mi señora, de la señora Marta''.
Entonces justificó su ausencia en esa reunión, "porque está en Zamora, con su papi que está muy enfermo. Y desde aquí le mando un saludo a ella, le mando un saludo a él, y ojalá todo salga bien. Por eso ella no está aquí''.
En seguida, el mandatario habló del "gran patrimonio'' de México representado por "ese mundo del trabajo'', aquellos que están en una empresa, tienen prestaciones y "están haciendo economía e impulsando la calidad de la producción''.
Son éstos, insistió, apenas uno de cada tres mexicanos ocupados, pues el resto son 32.5 millones que "se levantan todos los días a trabajar con diligencia, con dedicación, con esfuerzo diario. Están también haciendo nuestra economía''.
Les habló del Seguro Popular -al cual ofreció incorporarlas- y de los pizarrones electrónicos. Les pidió cuidar su salud y practicarse exámenes preventivos contra el cáncer cérvicouterino. Un mensaje, en suma, para animar, convencer, contagiar.
Y para terminar les deseó lo mejor, les mandó un besote a sus hijos, "y también al marido, también me le llevan un beso, no me lo dejen allá solito''. Y como si con esa recomendación rompiera un atavismo, exhortó a esas mujeres no tener pena de dar besos "en público y en la calle...''
Fox, quien por la mañana había desayunado en privado con los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial -otro más de sus múltiples encuentros con empresarios en estos días- tuvo también, antes de partir de gira, una reunión con los secretarios que conforman el gabinete de seguridad de su gobierno.
Al mediodía partió a Puebla para visitar el Instituto Nacional de Astrofísica, Optica y Electrónica, y más tarde, en Cholula, habló con personas discapacitadas. Los felicitó y encomió el esfuerzo por integrarse al trabajo.
Son, decía, un ejemplo real para cambiar las cosas y encontrar caminos. "Nos enseñan con su actitud, con su carácter, con su forma de ser, con su amor a la vida....'' , y por ahí siguió.
Pero ya para cerrar, Fox Quesada se despedía así: "Así que me voy al rancho ahorita, a montar a caballo; que ya me urge estar un poquito lejos de la prensa, y a estar con la señora Marta, allá, en el rancho''. Y que Dios y la virgen, remató, "los bendigan''.