Michoacán, sede del único centro de investigación de biotecnología molecular animal del país
Estudian en la UMSNH gen que aumenta la masa muscular del ganado
La idea es producir a voluntad reses o cerdos con más carne, afirma su director, Horacio Cano
Sumario
Ampliar la imagen Horacio Cano, director del Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnolog�de la Facultad de Veterinaria, de la Universidad Michoacana de San Nicol�de Hidalgo FOTO Eduardo Herrej�
Morelia, Mich, 10 de junio. La Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) cuenta con el único centro de investigación sobre estudios en biotecnología molecular animal del país, en el cual se están desarrollando planes académicos para concretar proyectos prioritarios de transgénesis y clonación animal y de diagnóstico molecular.
Se trata del Centro Multidisciplinario de Estudios en Biotecnología (CEMEB), que pertenece a la Facultad de Veterinaria y que es dirigido por el investigador Horacio Cano Camacho.
El académico expuso que en el laboratorio se trabaja sobre proyectos de biotecnología molecular o ingeniería genética, y de donde se desprenden dos líneas de investigación, una referida a la transgénesis y la clonación en animales, donde se manipula el genoma animal para que desarrolle características de interés comercial, pecuario y médico, así como para mejorar situaciones de salud y asimilación de nutrientes.
La segunda versa sobre la selección asistida por marcadores moleculares, es decir, el diseño de sistemas para identificar cualidades en los animales para hacer planificación de programas de reproducción, de cría y de mejora genética. Dijo que aquí se busca identificar cualidades que posteriormente puedan ser usadas en la manipulación genética.
Además de estas líneas de investigación, el director agregó que también se trabaja sobre proyectos de salud animal y de protección fitosanitaria, entre otros.
Cada línea, refirió Horacio Cano, ostenta muchos proyectos de investigación, entre los que destaca la clonación de embriones en ganado bovino y porcino. Este proyecto se utiliza como una herramienta o conjunto de técnicas que permiten manipular el genoma del animal para introducir, a través de las transgénesis, diversas cualidades.
En estos momentos el CEMEB trabaja en un proyecto que está siendo apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), sobre un gen denominado miostatina, el cual regula la masa muscular del ganado. Horacio Cano señaló que observaron que si este gen se encuentra dañado, entonces la masa muscular se incrementa y disminuye la cantidad de grasa en el animal.
"Con esta información buscamos identificar aquellos animales que tienen dañado el gen de miostatina y que tienen mayor masa muscular, lo cual permitiría seleccionar de un hato ganadero los ejemplares más adecuados para la producción de carne. Posteriormente buscamos manipular el gen de miostatina para incrementar la masa muscular a voluntad y producir un ganado bovino o porcino mejor productor de carne", añadió el investigador nicolaíta.
Dijo que para efectuar este tipo de trabajo se tienen que montar modelos de transgénesis y clonación, por lo que desde hace dos años el CEMEB elabora embriones y clones in vitro de ganado bovino, que "expresan genes reporteros que se introducen para verificar que todo se esté elaborando de manera adecuada".
Señaló que la intención de este proyecto es presentarlo a los productores o a los diferentes niveles de gobierno, para que se interesen en producir una sustancia o cualidad particular de su ganado, y en ese sentido integrarlos al proceso de investigación como parte financiera y generar hatos de ganado con una cualidad asistida, es decir, ganado con más carne, productor de sustancias de interés industrial como lecitinas, o mayor producción de leche.
Proyecto de protección genética del guajolote
En el CEMEB además se está desarrollando un programa encaminado a proteger la información genética y el genoma del guajolote silvestre y de traspatio de Michoacán y del país, además de propiciar un progreso en la producción de las crías del ave para el beneficio de los productores; el proyecto es conocido como rescate del fondo genético del ave.
Guadalupe Zavala, encargada del desarrollo del proyecto, comentó que al ser el guajolote silvestre (Meleagris gallipavo) de origen mexicano, resulta necesario crear un fondo genético de protección ante la invasión de especies y variedades modificadas provenientes de Estados Unidos.
Al respecto, señaló que en el caso del guajolote industrializado, se han manipulado tanto las crías en los procesos de reproducción, que se han seleccionado y explotado cualidades que resultan indeseables en el mercado, ya que aquellos pavos genéticamente modificados poseen carne dura, reseca e insípida.
Además, los pavos producidos en Estados Unidos tienen problemas de reproducción, por lo que los productores de aquel país tienen que comprar de manera constante el pie de cría a granjas de Canadá, Europa y Chile, para rescatar sus criaderos.
"Si no existe un plan de conservación genómica del guajolote nacional, el pequeño productor michoacano se enfrenta a un mercado desleal, ya que su producto doméstico no tiene la misma capacidad de generar hatos que compitan con las marcas extranjeras", añadió el investigador nicolaíta.
Dijo que el proyecto que desarrolla el CEMEB busca localizar de qué genes depende la suavidad de la carne y que posea mayor sabor, por lo que el objetivo es utilizar esta información genética y rescatarla del guajolote doméstico y silvestre, e introducirlos a programas de cría comerciales y producir aves con cualidades comerciales deseables.
De allí que la idea de estudiar al guajolote, con las herramientas que otorga la biotecnología, es tener elementos para proteger su genoma y rescatar el fondo genético del ave, lo cual se podría nombrar como "una especie de denominación de origen", al igual que el tequila.
Denunció que en las semanas recientes se ha planteado en algunas dependencias de gobierno aplicar programas de desgallinización, es decir, acabar con todas las gallinas y pavos de traspatio para introducir variedades comerciales, lo cual sería un "error garrafal desde el punto de vista genético, ecológico, social y cultural".
Además, el centro está desarrollando un proyecto de producción de antibióticos en animales, es decir, "utilizar antibióticos que vienen de plantas como el chile y expresarlas en tejido animal para constatar cómo se comportan y saber cuáles son sus efectos".