La arquidiócesis se propone instalar un museo en el Oratorio de San Felipe Neri el Viejo
Hizo el foxismo irregular entrega de otro edificio histórico a la Iglesia
Documentos y testimonios dan fe de la operación
El INAH oficialmente no está enterado
Ampliar la imagen Aspecto del antiguo Oratorio de San Felipe Neri el Viejo, ubicado en Rep�a de El Salvador 47 FOTO Jos�arlo Gonz�z
El gobierno de Vicente Fox Quesada entregó irregularmente a la arquidiócesis de México un inmueble del siglo xvii considerado patrimonio histórico de la nación, con objeto de instalar un museo de arte sacro que llevaría el nombre de Instituto Manuel Toussaint, historiador recordado por sus aportaciones al estudio de las expresiones artísticas del virreinato.
Como ocurrió hace dos años con el Palacio del Arzobispado, edificio que entonces fue cedido en comodato a la Iglesia católica con la anuencia de Vicente Fox y su esposa Marta Sahagún, y que ante la protesta de la sociedad civil se logró que continuara en manos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ahora el antiguo oratorio de San Felipe Neri el Viejo, ubicado en República de El Salvador 47, en el Centro Histórico de la ciudad de México, corre la misma suerte.
En un acuerdo soterrado entre la Secretaría de la Función Pública, mediante el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin), a cargo de Juan Pablo Gómez Morín, y la arquidiócesis de México, por medio de la Comisión de Arte Sacro, encubierta en la Asociación del Patrimonio Artístico Mexicano, Asociación Civil, ambas encabezadas por el presbítero Armando Ruiz Castellanos, se firmó la cesión en comodato de las oficinas que ocupaba la Dirección de Banca de Desarrollo de la SHCP hasta el miércoles pasado, cuando se desalojó definitivamente.
Obstáculos a la información
Hace tres semanas, mediante una denuncia anónima de trabajadores de la Función Pública a La Jornada, se conocieron los primeros detalles de la operación. Desde entonces, las dificultades para obtener la información oficial aumentaron. No obstante, el diputado del Partido de la Revolucion Democrática Inti Muñoz Santini, secretario de la Comisión de Cultura -quien también recibió información del trato entre el gobierno foxista y la Iglesia-, confirmó el hecho.
Además, en un documento suscrito por la Asociación del Patrimonio Artístico Mexicano, Asociación Civil, se corrobora la entrega de ese patrimonio histórico a la arquidiócesis.
Dicha asociación, coadyuvante del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en conservación y protección de los bienes históricos nacionales, nunca informó a esa instancia gubernamental de las negociaciones para ceder San Felipe Neri a la arquidiócesis, ni de sus vínculos con el presbítero Ruiz Castellanos, integrante de la cúpula del Opus Dei, que tiene oficinas en Durango 90 -sede de la Curia- y en Vito Alessio Robles 97 -base operativa del Opus Dei-, en la ciudad de México.
El documento, fechado el 27 de abril pasado, da cuenta del comodato: "Próximamente, la Asociación del Patrimonio Artístico Mexicano, AC, recibirá en comodato un edificio en el Centro Histórico para construir el Instituto Manuel Toussaint, Centro Ecuménico para la Conservación y Promoción del Patrimonio Artístico. Se busca que el instituto sea un ámbito de calidad y rigor científico, donde la docencia y la investigación se conviertan en oportunidad de diálogo y reflexión con otras instancias. El objetivo es conseguir que se conserve y promueva el arte de inspiración religiosa. Conforma su consejo directivo el cardenal primado de México (Norberto Rivera), con personajes del mundo de la cultura y expertos en la materia".
La asociación anticipó entonces que el instituto -que ni siquiera tiene estatutos- será "un centro que, además de otorgar grados académicos de rango diverso, cuente con talleres de restauración, talleres para el artista y otros dirigidos a los artesanos, y ofrezca también un amplio programa de conferencias, clases y cursos breves".
La misión del instituto, insiste el documento, será custodiar, conservar, difundir y promover el arte de inspiración religiosa, patrimonial y contemporánea. "Es muy importante destacar que buscamos ser una institución incluyente y complementaria a las que ya existen, no de competencia", afirma.
La justificación de esa asociación es "porque no hay en nuestro país un órgano de este tipo y es preciso valorar más esa veta que produjo parte importantísima de nuestra cultura. Con la formación de este instituto se podrá cobijar a investigadores y personajes de la cultura, así como a todo tipo de personas interesadas en el arte de inspiración religiosa, sin importar la iglesia o grupo religioso al que pertenezcan".
Una idea perenne
La cesión del antiguo Oratorio de San Felipe Neri el Viejo a la Iglesia católica, una vez que el Palacio del Arzobispado le fue negado a la arquidiócesis para instalar el museo de arte sacro que ahora se trasladaría a República de El Salvador 47, tiene una historia reciente.
El 16 de noviembre de 2003, el cardenal Norberto Rivera Carrera emitió un llamado a los sacerdotes, fieles laicos y autoridades para proteger los tesoros del arte sacro e impulsar la elaboración de un catálogo de cerca de 4 millones de piezas sin registro.
En aquella ocasión, el líder de la Iglesia católica en México informó: "he dado instrucciones al presidente de nuestra comisión arquidiocesana, Jorge Armando Ruiz Castellanos, de arte sacro, para que se impulse con solicitud la elaboración de los inventarios que sirvan para proteger el patrimonio artístico que debemos custodiar y transmitir".
Desde entonces, el presbítero Ruiz Castellanos se dio a la tarea de encontrar un recinto que pudiera resguardar el arte sacro, de acuerdo con los lineamientos del Vaticano y de Rivera Carrera. Lo encontró en San Felipe Neri.
Tras una serie de encuentros con funcionarios de la Secretaría de la Función Pública, instancia encargada mediante el Indaabin de enajenar los inmuebles de propiedad federal a título oneroso o gratuito en favor de gobiernos estatales o municipales, o en su defecto a instituciones o asociaciones privadas que no persigan fines de lucro, el presbítero consiguió que la dependencia le cediera en comodato el edificio histórico del antiguo Oratorio de San Felipe Neri el Viejo.
Función Pública aprovechó la coyuntura, porque la Secretaría de Hacienda iniciaba entonces los trabajos de renovación de oficinas en Palacio Nacional, donde reubicaría a funcionarios de esa dependencia federal.
De esa forma, Función Pública, entidad que debería encargarse de la transparencia y claridad del manejo de los recursos federales, obligó a Hacienda a desalojar a los trabajadores de la Dirección de Banca de Desarrollo para reubicarlos en Palacio Nacional y tener abierta la puerta para la cesión de San Felipe Neri a la Iglesia católica.
En San Felipe Neri, desde 1970 Hacienda mantuvo primero la Comisión Nacional Bancaria, después su Unidad de Comunicación Social y hasta el miércoles pasado la Dirección General de Banca de Desarrollo, que en el directorio aún aparece con la dirección de República de El Salvador 47, lo cual contradice la versión oficial de que el edificio se hallaba desocupado y, por tanto, susceptible de ser entregado en comodato a la Iglesia.
El edificio se entregó de manera irregular, porque de acuerdo con la Ley de Bienes Nacionales los inmuebles a disposición del gobierno federal se venden o entregan en comodato a particulares o asociaciones cuando no están en uso por parte de la administración pública federal. Enrique Arce, presidente del Comité de Información del Indaabin, explicó a La Jornada que "la asociación civil solicitó el comodato, se analizó su viabilidad y se les otorgó. El inmueble ya se les entregó y albergará al museo de arte sacro".
Tan sólo los trabajadores de la Dirección de Banca de Desarrollo de la Secretaría de Hacienda aún laboraban en San Felipe Neri hasta el miércoles pasado, cuando fueron trasladados definitivamente a Palacio Nacional. En esa fecha el presbítero Armando Ruiz recibió el inmueble. En conversación con este diario éste negó que así hubiese sido, pese a las evidencias y la confirmación del Indaabin, instancia con la que él negoció directamente el traspaso.
La negociación oculta entre Función Pública y la jerarquía católica transcurrió sin que el máximo organismo de protección a los bienes históricos, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se enterara. En búsqueda de la opinión del organismo, Alma Olguín, funcionaria de prensa, fungió como enlace con los directivos del INAH. Al responder las interrogantes de este diario, expresó:
"El edificio fue comprado por la Federación en la década de los 60, se pagó por él; era de un particular y, por tanto, no formó parte de la expropiación producto de las Leyes de Reforma. De manera que si bien es un monumento histórico declarado, puede ser entregado en comodato a la Iglesia católica. Además, no todo es colonial, sólo la fachada, una parte del claustro y la torre. Todo lo demás está reconstruido".
-¿Y cuál es el papel del INAH en esta operación?
-El INAH oficialmente no está enterado y sólo podría intervenir si se quisiera modificar la arquitectura. El instituto no debería estar enterado, a menos que quisieran modificar la estructura para que el instituto supervise las obras.
Olguín reiteró que el INAH no estaba enterado de la negociación del comodato; no obstante, este diario encontró que una de las organizaciones coadyuvantes del instituto para la conservación de los monumentos históricos y el arte es precisamente la Asociación del Patrimonio Artístico Mexicano, que conocía desde el inicio la negociación y que será la beneficiaria de la cesión, pues forma parte de la arquidiócesis de México.