A LA MITAD DEL FORO
Las penas del adiós y la ilusión de permanencia
VAMOS A LA columna de la Independencia y "de ahí a la Presidencia". Ese día, dicen, se conmemora la fecha del parto de la democracia: el 2 de julio nació, llegó de la mano del Macabeo abajeño. El año 2000, el candidato formidable de la gran campaña mediática escuchó los vítores de la multitud reunida en torno a la columna de la Independencia. El coro repetía la plegaria-reclamo de la ilusión: ¡no nos vayas a fallar!
DEL SUFRAGIO EFECTIVO y de cómo se redujo el sexenio de la transición a breve paso en la marcha de los sonámbulos. Que nadie se ilusione, advertía Manuel Gómez Morín. Hoy vagan por el territorio albiazul de la alternancia los desilusionados. Vicente Fox adelantó el proceso sucesorio. Aplicó el método del priato tardío: defenestró a Felipe Calderón; asintió al paso breve de Francisco Barrio en el Congreso y su salto al vacío de la candidatura aprobada por la Divina Providencia; esperó pacientemente la incursión de Beto Cárdenas como cuarto en discordia con bendición cardenalicia. Y dio la suya a Santiago Creel. Pero la plaza de toros de Aguascalientes se vació antes de que concluyera su discurso el del delfinato velado, el sucesor del suspiro por los obstáculos inamovibles al valor democratizador de las faldas.
ADIOS A LA pompa y circunstancia. Adiós a los clarines, tambores y voces de mando que rinden honores al Presidente de la República. Desde que Vicente Fox dijo que volverían al rancho empezó la larga marcha de los que saben conjugar el verbo madrugar y de los que supieron cimentar las bases del yunque para entonar el coro del Nabuco y emprender la marcha a Roma. Tanto da camisa azul o negra. Cuando Vicente Fox se dijo de centro-izquierda nadie dudó. Se impusieron la fuerza del voto útil, el cegador impulso del hartazgo con el priato del giro a la derecha y el sacrificio en el altar de los indicadores macroeconómicos, donde todo va bien aunque el pueblo llano a duras penas sobreviva en la pobreza extrema. La desigualdad impera: hoy, el ingreso de los más acaudalados crece tres veces más que el de los más pobres. Ya era enorme la brecha, insultante el contraste, insoportable la injusticia.
FALTABA AÑADIR RETRUECANOS pueblerinos a la presunción tecnocrática de la nueva ortodoxia y la obsesión con el déficit cero. De eufemismo a eufemismo en la alternancia de la democracia sin adjetivos. De centro-izquierda, pero Fox nada ocultó. Empezó su campaña para sacar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Los Pinos al grito de ¡vamos a hacer una revolución como la cristera! Y Manuel Espino conduce al Partido Acción Nacional (PAN) hacia el otro lado del espejo, donde "la democracia es una farsa" para engañar a las mayorías ignorantes, flojas, viciosas. Por eso ha de ser que Carlos Abascal fue nombrado secretario de Gobernación.
EQUIVOCOS APARTE, LA organización y vigilancia del proceso electoral está a cargo del IFE, de la institución autónoma del Estado mexicano. Pero mientras Sojo se pone un gorrito de distinto color para simbolizar los logros, los riesgos y glorias del proceso económico bajo el mando de Vicente Fox, los lugartenientes al mando de fuerzas políticas y partidarias se despojan del estorboso manto de la pluralidad democrática y de la "doble moral" atribuida a sus compañeros de viaje del priato tardío que no participaban en los actos de culto público. Ellos lanzan anatemas, maldicen. Vicente Fox, presidente de Estado laico, despide a las multitudes con un piadoso: "¡Dios los bendiga!"
VICENTE FOX VUELVE a señalar al Congreso y a culpar a la prensa escrita. A los medios electrónicos que tanto y tan bien sirvieron a su causa durante la campaña electoral y en la administración de la alternancia en la que todo cambió. Salvo políticas y programas económicos y el uso discrecional del poder para derogar el impuesto de 15 por ciento pagadero en tiempos. Gracia del gran personaje mediático. Para que todo siga igual, a unos días de lanzarse en pos de la candidatura del PAN, Santiago Creel entrega 65 permisos para casas de juego en 28 estados de la República. Juegos de birlibirloque con las manchas del Gattopardo: Felipe Calderón exige que se aclare este "delicado asunto" y "tanto el partido como el gobierno den explicaciones puntuales sobre esto". Para que la cuña apriete ha de ser del mismo partido.
AUNQUE NO SEA hegemónico. Aunque se deslice por una pendiente hacia la proverbial barranca de la que iban a sacar "a ese buey". El PAN, partido en el poder, aferrado al poder, blindado por sus valedores en las dependencias que debieran ser garantes de la seguridad pública; despojado del disfraz de "centro-izquierda", así como de la tradición legalista del panismo doctrinario; abiertamente pugnaz y combativo partido de la ultraderecha, se suma, hace suya la convocatoria presidencial a celebrar el 2 de julio fundacional del régimen nonato. Con un gran mitin partidista, de campaña; reafirmación del liderazgo del Macabeo abajeño para seguirlo en la aventura de ir de ahí "a la Presidencia de la República". Pero Vicente Fox ya llegó, ya es presidente. Y si el objetivo fundamental era la alternancia democrática, habrá desilusionado a los que le pedían "¡no nos vayas a fallar!"
NO ES ASUNTO de sindéresis, de precisar o modificar lo que haya dicho o querido decir un mandatario de incontinencia verbal acentuada por el vértigo del adiós anticipado al poder. Si el vocero dice que es asunto mayestático, celebración conmemorativa del día en que se fundó el nuevo régimen y se disolvió en las brumas de la desmemoria el proceso histórico de Independencia, Reforma y Revolución -espejismo, engaño, rumbo al corto siglo XX en el "que nada hubo, nada sucedió, nada pasó"- se sobrepone e impone la voz del nuevo conducatore: es un acto político, un acto de partido, dice Manuel Espino. Roberto Madrazo les recuerda que el 3 de julio, al día siguiente del acto partidista presidencial, hay elecciones de gobernador en Nayarit y en el estado de México. ¡Y qué, la democracia soy yo!
PARECE ASUNTO MENOR en el maremagno de la violencia de las armas y la prepotencia de las bandas que han expropiado el territorio nacional y se disputan el botín del narcotráfico y las rentas del crimen organizado, secuestros, asaltos a mano armada, robos y violaciones. Y la siembra de cadáveres que en Ciudad Juárez nos lanza al rostro la estulticia de quienes atribuyen la pesadilla a la fantasmal y mórbida imaginación de los trabajadores de los medios de comunicación. "Refritear" adquirió nuevo significado en estas horas de la política mediático-espectacular en fuga, decidida a culpar a la prensa y volver al rancho bajo el amparo de las faldas a las que tanto debe la democracia en México, velas para navegar la transición al País de Nunca Jamás. Pero el resultado previsto en las elecciones del 3 de julio de 2005 empieza a definir lo que serán las de 2006.
POR LO PRONTO, el grotesco espectro de la violencia verbal, tartajeante y escandalosa, con retos de valor etílico del tamaño del miedo de quien convoca a duelo y habla de sus atributos de varón, magnificados por haber tenido la audacia de haberse adueñado de bolas, cachuchas y algún otro de los llamados "utilitarios". Obsequios de campaña, en este caso del PRI. No hace falta abundar en los despropósitos y desfiguros de Rubén Mendoza Ayala. El mismo ha pedido que no se hable más del asunto. Pero el líder del PAN, del partido en el poder, ha dicho ante cámaras y micrófonos de esos medios a los que tanta inventiva atribuye su jefe Vicente Fox, que no es condenable mentarle la madre a quien se lo merece.
NO CONDONA, CONVOCA a la violencia verbal, en plena campaña política. Durante un proceso de civilidad del que presumen y presumimos desterró la violencia de las elecciones, para darnos la garantía de que el resultado será legal y creíble; aceptado por todos, impugnable ante tribunales y no por la agitación callejera ni por la violencia de las armas. Mal andaba la volatilidad de las encuestas cambiantes, lógicamente, por naturaleza cambiante, al llegar el momento de enfrentarse los candidatos con contrincantes y no con nombres, no con sombras; al llegar la hora de verse ante los ciudadanos a los que hay que convencer para vencer; al cosechar los frutos de la propaganda política abierta, del dinero bien o mal invertido en los medios. Sobre todo y casi todo en los medios electrónicos enseñoreados del ámbito político y dueños de las masas cautivas del espectáculo interminable.
MAL ANDABAN LOS que hoy se quejan y sabían, supieron siempre, que la política se hace con dinero. No hacía falta ir muy lejos, bastaba preguntarle a los amigos de Fox. A quienes diseñaron la campaña de imágenes, la creación de una personalidad mediática, con botas, a caballo, con sombrero vaquero; con raíces de ranchero, de hacendado, de abajeño como los que siguieron a Agustín I, combatieron al lado del Joven Macabeo, acompañaron a Maximiliano desde Chapultepec hasta el Cerro de las Campanas. El poder embriaga. De otra forma, ¿cómo explicarse la adopción del antihéroe, de una irracional campaña en la que al complejo de fealdad se le atribuye la virtud de saber gobernar?
LA FARSA TRAGICOMICA es confesión anticipada de derrota. En el estado de México va a ganar Enrique Peña. El del PRI ha hecho campaña, ha trabajado lo que dijeron había recibido como ostentosa decisión de nepotismo; Enrique Peña llevaba enorme ventaja en las encuestas antes del patético espectáculo del patito feo que, en lugar de convertirse en cisne, lanzó alaridos de cuervo cacahuetero. No tiene la culpa el converso, sino los que ahora justifican las mentadas de madre y deciden quiénes las merecen. La campaña de Yeidckol Polevnsky pareciera no haber empezado. El Partido de la Revolución Democrática estatal recibió el obsequio griego del Distrito Federal. No desconfían, no rechazan a Andrés Manuel López Obrador, pero no se entusiasman con la buena señora que fuera dirigente empresarial de la industria de transformación.
PERO ESOS SON otros López. El adiós anticipado mal encubre la tristeza, el afán de permanecer, el sino fatal de los que han probado el poder y, en el mejor de los casos, lo dejan para entregarse a una nostalgia sempiterna por la pompa y circunstancia, por los logros imaginarios y reales. Porque el poder envanece a los reservados. Y enloquece a los arrogantes.