Usted está aquí: domingo 12 de junio de 2005 Sociedad y Justicia Hombres, más proclives a dar mordida que las mujeres, revela un estudio

Según investigadores de la Uia, los varones son 7% más propensos al soborno

Hombres, más proclives a dar mordida que las mujeres, revela un estudio

Mientras más altos son los ingresos y la educación, los individuos son más corruptos

JOSE GALAN

En México los hombres tienen un comportamiento más corrupto que las mujeres, ya que son 7 por ciento más propensos a sobornar y dar mordidas que el otro género. Además, la corrupción en México afecta aspectos de la vida económica, como costos de transacción, incertidumbre y baja productividad en todo el país, lo cual provoca una atmósfera de complicidad entre funcionarios públicos, proveedores de servicios y ciudadanos.

Por otra parte, mientras más altos son los niveles de ingreso y de educación de un individuo, es más probable que se incline a pagar sobornos, al contrario de lo que sucede en países más educados, donde los índices de corrupción son menores que en México, que ocupa el lugar 64 de 146 países en el Indice de Percepción sobre la Corrupción y Transparencia Internacional elaborado en 2004, al obtener una calificación de 3.6, siendo 10 el índice de menor corrupción, afirman los investigadores Manuel Alejandro Guerrero y Eduardo Rodríguez-Oreggia, de la Universidad Iberoamericana (Uia) en el estudio Decisiones individuales para caer en la corrupción: Un complemento metodológico.

Los investigadores consideran que el comportamiento individual respecto de la corrupción está determinado por la ganancia esperada al cometer actos de cohecho, si esta utilidad es mayor de lo que se podría lograr dedicando ese tiempo a otra actividad, y las probabilidades de ser atrapado y castigado. Las ganancias de las actividades ilegales y las características personales del individuo determinan la probabilidad de que una persona sea corrupta.

Y subrayan que la tendencia masculina a dar mordida más que las mujeres resulta consistente con otros análisis internacionales, en los que también se establece que los varones son más inclinados a pagar sobornos que las féminas. Esta inclinación podría entenderse a la luz de las hipótesis de que los individuos pueden tener diferentes valores sobre el tiempo -costos de oportunidad-, y luego diferente tendencia a pagar sobornos, lo que quizá signifique diferentes esquemas de negociación, según el género.

Analizan la posibilidad de que en México las variables sobre ingreso y educación dependen de los costos de oportunidad, y mientras éstos sean más elevados, mayor será la probabilidad de que se cometa un acto de corrupción por medio de un soborno. Como resultado de un análisis de probabilidades, la relación propietario/autoempleado resultó positiva, lo que podría sugerir que una persona podría estar dispuesta a pagar o no un soborno independientemente de su situación laboral, y los muestreos de las regiones del país, comparadas con la ciudad de México, presentan menores probabilidades de pagar sobornos. Pero resaltan que es en esta ciudad donde están todavía centralizadas la mayor parte de las actividades burocráticas.

En el estudio de probabilidades, la variable institucional "es importante y significativa, y nuestra interpretación es que mientras más grande sea la estructura institucional -entendida ésta como el establecimiento de leyes y prácticas éticas efectivas-, menor será la probabilidad de que un individuo, ciudadano de ese Estado, pague un soborno. Esto respalda la idea de considerar la importancia de la estructura institucional estatal, así como su nivel de consolidación, y su efecto en el comportamiento a nivel social e individual en la esfera pública".

Añaden: "Esto lo podríamos llamar 'calidad institucional'. Por el contrario, instituciones débiles inducen a las personas a violar la legalidad y, según nuestro estudio, estar dispuestos a sobornar a fin de obtener tratamiento preferencial, ahorrar tiempo, distorsionar decisiones y obtener beneficios al tratar con las burocracias públicas".

Pero advierten que podría existir un elemento endógeno entre el pago de algún soborno y la calidad institucional, ya que no está claro si la falta de ésta favorece la corrupción, o son las acciones de las personas las que debilitan a las instituciones.

Desafortunadamente, la probabilidad de ser atrapado en un acto ilegal -dicen- "no resulta significante en ningún caso"; es así como los individuos perciben la irrelevancia de la procuración de justicia ante sus propias decisiones, o quizá perciben un muy bajo nivel en la acción de la justicia, lo cual resultaría en una mejor explicación para el caso mexicano.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.