BAJO LA LUPA
Fraudes y blanqueos globales de Citigroup
LA MAYOR COMPAÑIA de servicios financieros del mundo ha sido acusada de todos los crímenes bursátiles tolerados, para no decir estimulados, por el mafioso capitalismo anglosajón: desde el monumental blanqueo de dinero de la globalización financiera hasta el encubrimiento de las trapacerías del neoliberalismo tropical en México.
CITIGROUP ACABA DE ser obligada a pagar 2 mil millones de dólares (una fuerte suma para las "multitas" con las que se autocastigan en Wall Street para taparle el ojo al macho) a los inversionistas de Enron, quienes acusaron al mayor banco del mundo de haberse coludido en un fraude (David Wighton; 10/06/05): "los inversionistas encabezados por la Universidad de California (sic) buscan centenas de millones de dólares de los bancos que, aseguran, ayudaron a Enron a esconder miles de millones". Wighton recuerda que "hace un año también Citigroup había pagado otros 2 mil 500 millones de dólares para arreglar el litigio de los inversionistas de WorldCom" (otra fichita) -que luego sería rebautizada MCI, con su filial Avantel en México, del tuxpeño Roberto Hernández Ramírez. Curiosamente, bajo la custodia de Citigroup, suena interesante que la venta de Banamex haya sido trazada con antelación como traslucen los negocios que operaron todos los inmiscuidos en común.
DESDE LA CUPULA empresarial del tolerado crimen superorganizado de Wall Street, Citigroup ha dejado 5 mil 200 millones de dólares de reservas para otras contigencias legales. ¿Pues cuántos juicios legales tendrá en el mundo, aparte de Estados Unidos?
DESDE LUEGO QUE los cándidos inversionistas (¡las sacrosantas universidades de Estados Unidos!) presentaron su querella judicial contra Citigroup y también contra los principales bancos de la globalización financiera como JP Morgan-Chase, Merrill Lynch, First Boston y Royal Bank of Scotland, así como el principal banco de inversiones del mundo Goldman Sachs. Urge realizar una enciclopedia del crimen corporativo que parece constituir la pauta para que funcionen los negocios en el crapuloso mundo financiero anglosajón. ¿De qué se quejan los cándidos inversionistas? ¿A poco sus egregios contadores no sabían los riesgos en que incurrían? Resulta que los "inversionistas", ilustra Wighton, "reclaman que los bancos montaron inversiones falsas (sic) en asociación clandestina (sic) con Enron, utilizadas por compañías instaladas en los paraísos fiscales para encubrir (sic) préstamos y facilitar ventas falsas (sic) de activos-fantasma (sic) de Enron". ¿Tanta colusión multitudinaria sin que nadie se entere? Justamente para eso sirve la célebre "desregulación", es decir, la deliberada ausencia de vigilancia gubernamental y ciudadana en los paraísos fiscales a través de las cuentas invisibles (off-balance-sheet) auditadas (sic) por las otrora cinco principales empresas contables anglosajonas de la globalización financiera (la extinguida Arthur Andersen, Price Waterhouse Coopers; Deloitte and Touche, KPMG y Ernst & Young) y avaladas por las hilarantes "calificadoras" (sic) Standard & Poor's, Moody's y Fitch. ¿Es posible que todo un circuito delincuencial de las finanzas anglosajonas no vea nada a los dos lados del Atlántico? Está bien que no vean nada de lo que ocurre con sus filiales en México, pero ¿también pierden la vista con sus propios ciudadanos? ¿Será simple coincidencia que el segundo de a bordo de Citigroup sea ahora Robert Rubin, ex secretario del Tesoro clintoniano y quien "rescató" al gobierno de Zedillo de la insolvencia financiera producto del "efecto tequila", y de quien Jaime Mario Willars Andrade, uno de sus íntimos operadores financieros (entonces segundo de Pemex-Refinación), fichado por la Interpol, sea el mandamás de la quebrada Enron de México? Las redes son inextricables entre el "efecto tequila" y su epílogo primordial: la expoliación de la banca mexicana y, en especial, la captura de Banamex por Citigroup, principal banco de Latinoamérica.
EN CUALQUIER PARTE del mundo en que se pare Citigroup, se puede apostar que se gestará un fraude. No vamos a citar el exótico caso tropical de su filial, la anteriormente quebrada Banamex, "vendida" (cuando debió pertenecer a los ciudadanos que rescataron a los bancos insolventes por medio del Fobaproa/IPAB) por el ex tratante de naranjas (no es broma) Roberto Hernández Ramírez, impulsado a la estratósfera del presunto prestanombrismo parasitario por la tríada neoliberal depredadora de Salinas-Zedillo-Fox.
TAMPOCO VAMOS A retroceder a sus orígenes eméticos nada cosméticos (existe una pletórica casuística que estruja las vísceras: una de ellas es Citigroup Watch). Solamente en el año reciente su imagen corporativa ha quedado más mancillada que de costumbre y ha dejado su putrefacta marca indeleble en Japón (la segunda superpotencia geoeconómica mundial), y Alemania (la tercera). En Japón el escándalo orilló a los "reguladores" (una palabra anatema para los neoliberales anglosajones) nipones a clausurar la unidad de banca privada de Citigroup (BBC News Business; 01/01/04): "citado por amplias (sic) violaciones que incluyen prácticas de ventas manipulativas y fallas (sic) en monitorear el blanqueo de dinero". ¿De qué tamaño habrán sido las "fallas" para haber llegado al extremo de clausurar Citigroup en Japón? ¿Qué no harán en México donde no existe una "regulación", que es muy selectiva para las intocables empresas anglosajonas? ¿Con tantos agujeros oscuros, cuál sería entonces el lado luminoso de Citigroup?
REFERENTE A SU CONTUMAZ conducta criminal, "dos unidades japonesas del gigante estadunidense Citigroup fueron castigadas por no haber declarado alrededor de 77.6 millones de dólares de impuestos sobre sus ingresos en el lapso de cuatro años (sic)" (WebIndia.com 14/06/05). Citigroup goza de patente de corso para delinquir sin compunción: en sincronía se encuentra bajo investigación criminal en Alemania, donde la reguladora bursátil BaFin "encontró evidencia concreta de que los negociantes de Citigroup manipularon el mercado de futuros de bonos en agosto" (The Financial Times; 24/01/05). Tal "manipulación" no fue meramente fraudulenta: el objetivo era descarrilar el mercado de bonos en la eurozona y al euro, cuando soltó 20 mil millones en sólo dos minutos (¡!) para recomprar de inmediato (¡!) 7 mil 500 millones a precios más bajos, lo que exasperó a los gobiernos europeos (menos a Gran Bretaña, que no pertenece a la eurozona).
ALGO MUY GRAVE sucede en las entrañas del minotauro de Wall Street, donde nada menos que William Donaldson, director de la reguladora (sic) bursátil (SEC, por sus siglas en inglés), fue obligado por Bush a renunciar. El pecado "capital" (también en el sentido pecuniario) de Donaldson fue haber intentado poner algo de orden en el desquiciado mercado de los derivados financieros, en particular de los ominosos "fondos de cobertura de riesgo" (hedge funds) que están resultando el engaño mayúsculo de todos los tiempos. Donaldson fue el fundador de la correduría Donaldson Lufkin Jenrette y su cercanía con Baby Bush lo llevó a hacerse cargo de la SEC en 2002, en sustitución del desacreditado Harvey Pitt, quien se había hecho el occiso durante los flagrantes fraudes de Enron y WorldCom (para citar los más obscenos). La intimidad de los Bush con Kenneth Lay, el gangsteril mandamás de Enron, hacía imposible la persecución de la mafiosa gasera texana que en forma deliberada abultó los precios de la electricidad en California y que llevó a la defenestración del gobernador por la grave crisis fiscal que generó. The Wall Street Journal (08/0605) revela las fuertes presiones que ejerció Fidelity Investments sobre dos cercanos asesores de Bush: el perverso Karl Rove, y el economista Al Hubbard, para defenestrar a Donaldson. ¿Qué tanto ocultará Fidelity Investments?
JOCHEN SANIO, PRESIDENTE de BaFin, definió el pasado 19 de mayo a los hedge funds como "agujeros negros del sistema financiero internacional que requieren ser monitoreados sistemáticamente en sus opacos segmentos". El Centro de Investigación Económica y de Negocios revela que este año quebrará 10 por ciento del total de 8 mil firmas de hedge funds y que el año entrante habrá otro tanto (This is London; 19/05/05). Nada extrañamente Baby Bush nombró como sustituto de Donaldson a Christopher Cox, un congresista republicano de California considerado como un furibundo enemigo de cualquier tipo de regulación financiera, lo cual no le impide solicitar sin pudor el rescate del gobierno en el caso de la quiebra del condado Orange (California).
LA PIRATERIA FINANCIERA es consustancial al alma anglosajona, como sus corsarios del siglo 17, y nadie debería asombrarse en caso de haber leído el libro del "banquero" John Perkins, Confesiones de un golpeador económico: Cómo EU usa a la globalización para engañar a los pobres países con millones de millones de dólares (pero también de los pobres ciudadanos de Estados Unidos y Gran Bretaña por quienes la plutocracia anglosajona carece de escrúpulos), que se conjuga con los hallazgos de los Ladrones aristócratas (The robber barons) de Matthew Josephson.
SEAN TELECOMUNICACIONES, bancos, reaseguradoras, empresas contables, calificadoras, gaseras: nadie se salva del oprobio que baña a Wall Street. Se trata del círculo mafioso muy bien lubricado sin el cual no se podría entender la quintaesencia del capitalismo anglosajón, como describió Bernard de Mandeville en la Fábula de las abejas de subtítulo sublime Vicios privados; virtudes públicas, y en el que se basó en gran medida 62 años más tarde Adam Smith en uno de los libros más anticientíficos (es decir cuyas insustentables teorías peregrinas no son cotejables ni aplicables a escala universal) jamás escritos en la historia de la humanidad La riqueza de las naciones y su esotérica "mano invisible" y que todavía tiene vigencia 229 años más tarde en las mágicas mentes arcaicas que promueve la globalización financiera anglosajona.