Rechaza la moratoria
Cárdenas Jiménez, por los alimentos transgénicos
En cuatro años en México se deberán cultivar alimentos transgénicos y es necesario elevar la productividad de maíz, por lo que la moratoria actual en el cultivo de este grano, establecida en 1998, en algún momento deberá levantarse, señaló el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alberto Cárdenas Jiménez.
En conferencia de prensa en la que dio a conocer el seguimiento del gobierno al informe Maíz y biodiversidad, que realizaron 16 científicos de Estados Unidos, México y Canadá, sostuvo que las recomendaciones "son leídas y acatadas, las que están al alcance; no son la Biblia, el padre nuestro ni los diez mandamientos".
En relación con el informe, que costó casi medio millón de dólares, el funcionario aseveró que "el documento dice que faltan mucho por hacer, y desde el gobierno mexicano hemos instaurado acciones".
Al preguntársele cuáles de las 16 recomendaciones sobre salud, aspectos socioculturales y biodiversidad se establecerán, Cárdenas Jiménez respondió que "quizá 70 por ciento son susceptibles de hacerlas... desde el flujo genético, impactos a la salud, al ambiente" y cedió la palabra al secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados, Manuel Robert, para que precisara.
Entre las más importantes están la implantación de un sistema de monitoreo, pues uno de los problemas es la falta de información; ninguna de las recomendaciones se desecha, aunque la aplicación de todas no es factible, precisó Manuel Robert.
Entre las recomendaciones de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte en el informe que elaboró a petición de comunidades indígenas y organizaciones por la "contaminación" de los cultivos tradicionales con maíz transgénico en la Sierra Norte de Oaxaca, están fortalecer la actual moratoria a la siembra comercial de maíz transgénico, minimizar las importaciones estadunidenses, crear un sistema de monitoreo en los cultivos tradicionales, etiquetar el producto y que el grano que no se garantice que esté libre de transgénicos sea molido, para que no se use como semilla.
-¿Cómo queda México, si éste es el primer informe en su tipo que un gobierno no acata? -se le preguntó al secretario.
-Quedamos bien porque no coincidimos por completo con el informe, hay otras acciones que ya se toman. Informar a los pueblos cómo cuidarse de la invasión de transgénicos. Tapamos los huecos y que no falte información. Se decía que el maíz de Diconsa era transgénico y se aclaró que hacía tres años que no importaba maíz. No tenemos por qué acatar todo lo que diga un informe -respondió.
México podría producir transgénicos en un máximo de cinco años, dijo. Si se importan 6 millones de toneladas al año, "requerimos elevar la productividad del maíz. Se ve difícil si no es con el uso intensivo de semillas, de estas modificaciones. Somos centro de origen y Estados Unidos tiene 12 patentes de maíz mexicano y Canadá seis", señaló.
Consideró "intolerable que por terquedad de algunos, la cerrazón de unos pocos, nos opaquemos o achiquemos".