Su libro Y yo por qué, sobre frases del Presidente, ha vendido 35 mil ejemplares
Las declaraciones de Fox se han convertido en un virus: Bustamante
Aprueba que se haya abandonado la solemnidad, pero está en contra de no darle importancia a las cosas
Asegura que en la comedia hay mucha vulgaridad y poca creatividad
Ampliar la imagen El creador de personajes como el G�ri G�ri y Ponchito, en entrevista con La Jornada FOTO Marco Pel�
No pareciera, pero el libro de Andrés Bustamante titulado Y yo por qué lleva seis ediciones; la primera de 10 mil ejemplares y las otras de 5 mil: 35 mil ejemplares vendidos, cosa poco usual en México. El mismo Andrés está sorprendido.
-De esa lana no he tomado un centavo -dice-, todo lo he dedicado a la educación; por ejemplo, equipamos con computadoras una escuela de Puerto Vallarta, así, sin ruido. Total, las frases no son del inventor de ese inexistente personaje que es el Güiri-Güiri, sino sobre todo del presidente Vicente Fox; hasta el título.
Las oficinas del célebre comediante son impecables. Están en Polanco, donde antes había un Centro de Educación Artística (Cedart) del Instituto Nacional de Bellas Artes. Dicen que en el cuarto de hasta arriba los alumnos solían -parafraseando a Serrat- abrir a la luna sus sentidos, con condiscípulos o condiscípulas. Hoy son instalaciones donde se producen los videos que Alquimia, la empresa de Bustamante, realiza; pero también en las que se reciben todo género de solicitudes para conseguir su participación en algún acto: desde funciones para instituciones educativas o empresas, hasta ofrecimientos de hacer horóscopos por Internet.
-Dejaste un par de páginas en blanco al final del libro, para que los lectores añadiéramos las nuevas frases del Ejecutivo que merecieran registrarse. ¿Cuánto te tardaste en llenarlas?
-No, pos luego luego. Ya se necesita una segunda edición. Pero la verdad es que parece que se generó un efecto viral, pues un montón de políticos hacen el mismo tipo de declaraciones increíbles; deberíamos incluirlas. Mira lo de las pelotas en el estado de México, o el candidato Rubén Mendoza diciendo que sí, que es feo, pero que será muy buen gobernante. Nadie les pregunta nada, solitos dicen "vamos a echar lo que sea, vamos a decir lo que sea", sin ningún prurito, sin nada; y entonces la política se ha convertido en un circo muy bien establecido y con mucho payaso, la neta.
-Podríamos decir que, como ocurre a los comediantes, a los actores, el personaje Fox-candidato le gana al personaje Fox-presidente.
-Le fue más fácil llegar a ser presidente que ser Presidente; eso ya se ha dicho. Fue mucho más fácil, con todo lo complicado que se pensaba que era, y generalmente era, sacar al PRI del poder, y ya que estuvo ahí como que ésa era la finalidad. Pero, dijo, y ahora qué hago con lo que traigo en la cajuela, porque sólo eso traigo; dicen que los artistas no mentimos, nada más cambiamos de personaje. Entonces yo digo que ésa es la onda, no se necesita mentir para ser de otra manera; a ver, maestro, yo ya fui candidato pero ahora soy Presidente y tengo que asumir esta responsabilidad, este carácter.
''A mí me parece que es bueno que a muchas cosas se les quite lo solemne, pero no le podemos quitar la importancia a las cosas. Me pareció bien que entrara un aire fresco en el lenguaje de los políticos, y precisamente del Presidente, pero lo que no me gustó es que ese aire fresco y esa forma de expresarse no nada más fuera una puntada sino la forma de gobernar, y entonces es en donde sí se tuerce bien gacho.
"Es cierto, los personajes que creamos los cómicos adquieren su propia vida. Cuando me visto del Hooligan en Los Protagonistas, hay quien me dice: "oye, no vayas a romper esa lámpara o aquella silla", pero yo ya soy el Hooligan, no Andrés, así que si se me ocurre romperé la silla o la lámpara. Fox debería entender cuál es su papel en cada momento.
¿Compadre o presidente?
Bustamante recuerda: "Hay una declaración muy vieja que a mí me gusta mucho de Fox, que hasta ya inclusive en las presentaciones personales que yo hago la utilizo. Fue en uno de esos desayunos de Día de Reyes, que ya sabes que le ponen unos niños pobres -pero ese día sí los bañan-. Una niña, adiestrada, le dice: oye Fox, ¿qué se siente ser Presidente? Y bueno, uno espera, como siempre hemos estado esperando en México, las respuestas del estadista, pero Fox, con esa simpleza que me cae bien pero que no me gusta para mi Presidente, dice: "Bueno, ciertamente se sienten ñáñaras"; y ahí acaba. Entonces, en un sketch que hago, ubico en el año Uno Caña, cuando todos salieron de Mexcaltitlán, las tribus le piden al tlatoani: a ver, maestro, hay un rollo, y esperan la explicación de un mito cabrón de que tenemos que buscar un nopal que tenga un águila que está devorando una serpiente. Y de repente una niña, como la chiquita que le habló a Fox, se acerca al tlatoani en la desesperación de todos y le dice: "Oye, maestro, ¿donde está el signo que estamos buscando, la señal; qué significa ser tlatoani, qué se siente?" Y yo digo que si este cuate, el cacique, hubiera dicho se "sienten ñáñaras", se hubieran dispersado las tribus, todo hubiera valido gorro y no se hubiera fundado la gran Tenochtitlán... Entonces mi resumen, un poquito en ese sentido, es eso, que lamentablemente la forma sí se hizo contenido, ¿no?"
-¿Cómo ves la forma en que se está gobernando el país?
-Con una ligereza bárbara, veo que hay un comportamiento que tiene que ver con puntadas, con ocurrencias, a pesar de que Fox es una persona como muy bien intencionada, inclusive que aguanta la crítica o no se da cuenta de ella. Me acuerdo que, una vez, Porfirio Muñoz Ledo dijo sobre Fox: 'es que está muy bueno para compadre pero no para Presidente'. A mí me parece que este hecho, más el círculo que le rodea, más la poca información que dicen a la que lo tienen sometido, pues convierte la forma de gobierno de Fox en una situación verdaderamente como de sketch, de puntada o de bomberazo; se quiere hacer un aeropuerto y se empieza por pensar cómo va a ser el logo; les brinca alguien y entonces dicen ¡ah bueno, sí, tienen razón, entonces no!, y ya ni modo, vamos a otra cosa.
-Por ejemplo, como en el episodio del desafuero de López Obrador...
-¡¿Cómo es posible que se deje avanzar tanto algo, con los peligros que esto trae!?, y luego dar una solución que a nadie le satisface; dices, bueno, y ¿quién es responsable de todo lo que pasó en año y medio? Al final de cuentas, "no hay delito que perseguir", cuando nos armaron un numerazo brutal, con un desperdicio de letras en los periódicos, de tiempo en los medios electrónicos, de desgaste político, de afectación en la economía, de horas y horas para que al final corran a dos o tres individuos y resulte de la manera más simplona del mundo, y de momento no hay delito que perseguir; ¡qué horror, maestro!, qué desperdicio de nuestro tiempo, de nuestra angustia, de nuestro ... híjole, mano, a mí eso me da mucho coraje.
Andrés Bustamante tiene una oficina personal llena de atractivos ineludibles. Un reloj enorme, un biombo de cristal esmerilado, unas fotos de cuando entrevistó en La Realidad al subcomandante Marcos, una tira de fotos de las que se sacan en las casetas de cortinita donde se retrató con Trino y Carmen Izurieta, su representante. Carmen entra a informar de alguna cosa y el cotorreo ameniza la entrevista.
-¿Cuál petición pintoresca para hacer algún espectáculo recuerdan en ese momento?
-Cuando le ofrecieron a Andrés que, si daba un show, a cambio le permitirían sentarse a cenar con los invitados-, recuerda Carmen.
Las preguntas de otros
-Andrés, quise compartir mi entrevista contigo. Le pedí a Jesusa Rodríguez que me dijera qué te hubiera preguntado ella, por lo que esta pregunta te la hece ella recordando tu imitación del Presidente: ¿De dónde te sale el Fox que todos llevamos dentro?
-Yo no me consideraba imitador, me consideraba creador de personajes. Cuando surgió la figura de Fox y comenzó en el país a haber más libertad para poder decir lo que se quisiera, como lo hizo tan bien la misma Jesusa en El Hábito... cuando se empezó a abrir más la puerta, yo dije: voy a meter ahí la pata para que no se cierre y ayudar a que este rollo efectivamente suceda, y cuando además Fox dijo, ya que era Presidente, que la libertad de expresión iba a ser irrestricta, yo dije, maestro, ya dijiste, vámonos. Entonces, me pregunté, ahora cómo, pues ni más ni menos que haciendo la caracterización, la imitación y la mofa del personaje en cuestión; a ver si es cierto, si vas a aguantar vara, lo primero que voy a hacer es hacerlo contigo, y por ahí le entré. Ahora, de dónde me sale, pues al final de cuentas no es Fox, es el Güiri Fox, es mi versión de ese maestro.
Bustamante sostiene que para que jale tiene que ser chistoso y tiene que ser medianamente entrañable. "Por ejemplo, la imitación que hace Jesusa de Salinas te da risa, pero es terrible, dices, ay, ay, qué horror de personaje, ¿no? Mi crítica es siempre como más festiva, siempre le entro como en el rollo agradable, eso no quiere decir que quiera convertir a tal o cual figura en un personaje agradable, no; pero sí le busco el lado divertido, festivo, y que cada quien saque sus conclusiones, y que digan pues qué chistoso o qué güey .
"Los cómicos tenemos una función social, caemos bien, pero luego no les caemos tan bien y más los que nos metemos en la onda política, hijo de la fregada, tenemos licencia para matar. Pero te digo que los cómicos sí son a todo dar, pero no hay premios, no hay Oscar a la mejor película cómica ni al mejor comediante.
Bustamante reconoce que los cómicos hacen a un personaje y él agarra su carril; "claro, uno es un poquito el titiritero, pero debo decirte que conforme va pasando el tiempo, yo, Andrés Bustamante, soy como el subordinado de los personajes. La esquizofrenia es completa, claramente completa, en algunos personajes es más fuerte, en algunos menos, por eso le puse a la compañía Alquimia, por eso se llama así, te lo juro".
-¿Te preocupa que tu personaje te gane?
-No, absolutamente no, mira, sí hay como una ondita en que uno dice, existe una vanidad de la que uno nunca se puede deshacer; la acabamos de notar con el de garganta profunda, ese Mark Felt, o sea, después de que ya está a punto de clavarse el maestro, dijo, ''yo no me voy de este mundo sin que sepan que fui yo, mano'', ¡qué pasó güey, cómo de que no! Suele pasar eso en todo mundo; los cómicos tenemos como una imagen festiva, buena onda, el gran simpático, el gran proporcionador de la risa, pero siempre queda algo... Se ha visto en muchos actores que de repente quieren ya salir ellos o quieren hacer hasta un papel dramático, ¿no?, Yo tengo muy claro desde que empecé -a lo mejor algún día cambio- que los personajes son justamente lo que le han dado vida a esa necesidad que yo tenía de hacer algo en esta onda de la artisteada, es decir, yo nunca he pensado en hacer un programa, un personaje serio o salir yo en una película, para nada.
-La otra persona que pregunta por mi conducto es Carlos Payán, y dice: ¿Y tú, por qué?
Bustamante no puede dejar de emitir tremenda carcajada. "Ya me la reviró este maestro, es natural", comenta antes de responder.
-Yo tradicionalmente he hecho humor político, soy como un poquito superficial, nunca me meto demasiado a las entrañas ni al rollo porque la cloaca está muy cochina, la neta, yo me dedico a hacer humor, yo no soy analista político ni descubro fraudes, no, no, no, yo tiro la onda y veo y critico. Con la figura del Presidente yo dije que el dinero que saliera del libro lo iba a utilizar para la educación y no para la mía; ya lo hice, hemos hecho donativos, a mí me parece que la educación es muy importante. Por ejemplo, a una escuela de Puerto Vallarta la equipamos con 25 computadoras para que los alumnos puedan tener acceso al rollo grueso que hay ahorita de información.
"Y cuando Payán pregunta, ¿y tú por qué?, digo que no quiero sacar una frase ocurrente como la de Fox, pero, ¿y todos por qué no?, en la medida en que todos hagamos algo para que se haga más evidente lo que todos pensamos que no está bien o hagamos algo chiquito para que las cosas estén mejor, hay que hacerlo. Hacer el libro es por tener un registro de este boleto, y lo debe tener en los libros, en los periódicos, tiene que haber un compendio de este boleto, porque luego se nos olvidan las cosas, yo digo que no se nos tienen que olvidar, y que un libro, una película, son formas de una memoria que sirve para evitar la amnesia y que las cosas no se repitan tanto."
Andrés Bustamante tiene las cualidades histriónicas que todos le conocemos y disfrutamos, pero poco se le analiza desde el punto de vista de que es un artista independiente. Durante la entrevista recordamos la frase que gusta decir a Carmen Aristegui: "si te metes de cabeza en las grandes corporaciones de los medios de comunicación no te piden que te pongas la camiseta, te dicen que te la tatúes".
Las ofertas al comediante no son nada más para que haga un número a cambio de un plato de sopa. Las grandes televisoras mexicanas se lo han peleado por décadas, pero él sigue privilegiando su autonomía. Va siempre con su amigo José Ramón Fernández a realizar su incomparable participación en Los Protagonistas durante los mundiales de futbol o los Juegos Olímpicos; hace algún programa en Televisa u otra cadena, pero no lleva tatuaje.
Estamos en decadencia
-¿Con qué finalizarías esta entrevista?
-Nada, que estamos en decadencia. Coincido en que de repente este país parece inviable y me preocupa mucho. Tenemos características de decadencia. Me puse a pelar unos rollos de los clásicos sobre la decadencia y me parece que es exactamente lo que está pasando, aunque dicen que la decadencia viene después del apogeo y nosotros tampoco hemos llegado a él. No puedo meterme mucho en eso porque no soy maestro de ese boleto; pero, veamos cómo se pelea hoy por el poder, cómo se atiende la necesidad de cuidar la naturaleza, de ser sabios; todo eso empezó a valer madres, empezó a olvidarse del pensamiento, de la cultura, de los viejos; lo malo empezó a ganarle a lo bueno y a todo el mundo empezó a valerle gorro.
"Tú no podías circular por Roma en aquella época si no traías a unos pretorianos para cuidarte; el campo se descuidó entonces y la gente se iba a las ciudades. El poder terminó supeditándose al mejor postor. Hoy lo vemos aquí, ¿quién tiene el poder?, pues el que más pague por él; el que haga la campaña más onerosa, el que construya mayor clientelismo, el que hace más pelotas... Esos son síntomas de una decadencia brutal. No sube al poder el más sabio sino el que consigue más lana, el que se anunció más, que suele ser el que no tiene ninguna cultura.
"La verdadera riqueza es siempre lo más elemental: el campo, lo que cultivas en todos los sentidos, la educación. Es imposible ser un pueblo a todo dar si no estás educado."
-Andrés, ¿le ves futuro a esta nación?
-Sí, claro, absolutamente, todo tiene solución, pero el rollo no es tan cortoplacista. ¿Qué pasa con la comedia, por ejemplo? Se ha hecho actualmente pensando que hay que jalar tela de donde sea, se desatiende el fondo del asunto; no sólo es hacer reír, que debe hacerse, pero tiene que haber un contenido, no te puedes subir al escenario a mentar madres para que la gente se ría así nomás; ahora hay mucho de eso y poco de contenido. Hay mucha vulgaridad, muy poca creatividad, y esos sistemas se autodestruyen. Mira, por ejemplo, Brozo supo mezclar muy bien lo guarro con lo inteligente, pero eso lo hacen muy pocos.
-¿Piensas que hay una oportunidad en 2006?
-En cualquier momento. Todas las reformas que queramos hacer hay que empezarlas ahorita, si no cuándo estarán. La mejora en la educación se verá en 15 años, por eso los políticos, que son cortoplacistas, dicen, "de güey me gasto esa lana para que otros hagan la caravana", les vale verdaderamente sorbete. Entonces, el día que podamos cambiar eso y que todos le jalemos por ese lado va a empezar a hacerse un camino para que las cosas estén bien, yo netamente, en este momento y con esta política económica, no veo cómo. Todo está como muy trastocado, como muy enfermo.