Terri Schiavo tenía daño cerebral irreversible, señala la autopsia
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El doctor Jon Thogmartin, durante la lectura del informe sobre la autopsia de Terri Schiavo FOTO Reuters
Miami, 15 de junio. Terri Schiavo, la mujer en estado vegetativo que murió el pasado marzo en Florida luego de una larga batalla legal entre su familia y su esposo, tenía daño cerebral irreversible, que además le provocaba ceguera, dijo este miércoles el médico a cargo de su autopsia.
Sin embargo, aclaró que la necropsia no puede determinar si la mujer se encontraba en estado vegetativo permanente, porque ése es un diagnóstico que deriva de un examen físico a un paciente vivo.
La mayoría de los médicos que examinaron a la mujer en vida determinaron que se hallaba en estado vegetativo permanente, del cual no podía recuperarse.
El jefe forense de la región que abarca el condado de Pinellas (oeste), Jon Thogmartin, dijo que el cerebro de Schiavo "estaba profundamente atrofiado" y que el "daño era irreversible", tras examinarla en una minuciosa autopsia. "Ninguna cantidad de terapia o tratamiento hubiese regenerado la masiva pérdida de neuronas" de la paciente, agregó Thogmartin.
Terri Schiavo murió a los 41 años de edad, el pasado 31 de marzo, 13 días después de que por orden de su esposo, Michael Schiavo, se le desconectó el catéter alimentario que la mantuvo viva durante 15 años.
Los padres de la mujer se oponían a la desconexión argumentando que la mujer se podía recuperar y los reconocía, aunque el forense afirmó este miércoles que la paciente estaba ciega.
Los familiares recurrieron a todos los foros judiciales de Florida y federales estadunidenses, que se negaron a revertir la decisión de la corte local que ordenaba la desconexión.
En la pelea intervinieron el gobernador de Florida Jeb Bush, que ordenó en 2003 la reconexión por una ley que luego fue declarada inconstitucional; y el Congreso estadunidense y el presidente George W. Bush, quien promulgó una ley especial pidiendo a los foros federales intervenir en el caso.
Durante la batalla, familiares de la paciente y simpatizantes acusaron a Michael Schiavo de darle una paliza a la mujer antes de su colapso en 1990, del cual nunca se recuperó; de intentar envenenarla y de maltratarla. Cuestionado sobre si la autopsia había arrojado indicios de maltrato, Thogmartin contestó: "No".
"No se notaron traumatismos en los numerosos exámenes físicos o radiografías" que se le hicieron, dijo, "no se encontraron pruebas de estrangulamiento". Lesiones óseas detectadas en un examen que se le hizo en 1991 son "típicas en pacientes con parálisis prolongada", agregó.
El forense aclaró que aun alimentando a Schiavo por vía oral, como pedían sus familiares, hubiera muerto sin la asistencia del catéter alimentario.
El abogado de Michael Schiavo, George Felos, dijo que los hallazgos son consistentes con lo que su cliente sostuvo durante años mientras parecía "hablarle al viento": que la mujer se hallaba en estado vegetativo sin posibilidades de recuperarse, y que tampoco podía ser alimentada de otra manera que a través de una sonda.
Los familiares de Schiavo no habían aún reaccionado al informe. En un comunicado, el gobernador Jeb Bush dijo que su gobierno continuará protegiendo a los "ciudadanos más vulnerables.
"Toda la vida humana inocente es valiosa y el gobierno tiene el deber de proteger a los débiles, discapacitados y vulnerables", destacó.
Thogmartin, por su parte, aclaró que nunca se sabrá qué provocó el colapso de Schiavo en 1990, aunque descartó cualquier signo de violencia. Médicos que la examinaron entonces indicaron que un desequilibrio de potasio, provocado por un desorden alimentario, pudo causarle el colapso.
En 1993 Michael Schiavo presentó una demanda por incompetencia contra médicos que trataron por infertilidad a su mujer, y que debieron haberle detectado algún desorden alimentario, y ganó poco más de un millón de dólares.