El INAH anunciará hoy la posible prórroga de la muestra procedente de Alemania
La museografía mexicana, entre los factores del éxito de Faraón
Museógrafos del instituto ''realizaron hallazgos'' con el manejo de materiales locales
Especialistas de ese país europeo elogian el trabajo en el Museo Nacional de Antropología
Ampliar la imagen Una de las 152 piezas que conforman la exposici�ara�el culto al Sol en el antiguo Egipto FOTO Carlos Cisneros
El éxito de la exposición Faraón: el culto al Sol en el antiguo Egipto se debe en buena medida, además de la majestuosidad de las piezas, a la museografía mexicana, la cual cuenta con gran tradición y reconocimiento, coinciden José Enrique Ortiz Lantz y César Moheno, coordinador nacional de Museos y Exposiciones, y secretario técnico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), respectivamente.
Por ejemplo, explican, a partir de la experiencia de esta exposición temporal, la más concurrida hasta ahora en el Museo Nacional de Antropología, con 420 mil visitantes hasta el martes pasado, la museografía mexicana plantea como verdaderos hallazgos la ubicación de las piezas egipcias en un contexto de materiales locales como madera, granito de diversos tipos y ónix.
El éxito de Faraón ha sido tal que ha llevado a las autoridades mexicanas a negociar con sus pares alemanas la posibilidad de una prórroga, quizá de dos semanas, de la exposición, la cual concluiría oficialmente el 30 de junio. El anuncio de la posible ampliación lo hará el INAH hoy jueves.
Aunque la muestra deberá ser desmontada para regresarla a Berlín, pues se reubicará el 3 de agosto en la llamada Isla de los Museos, los especialistas mexicanos han argumentado ''casi pieza por pieza" la posibilidad técnica de prorrogarla y cumplir en tiempo y forma con Alemania.
Diálogo museográfico
Ortiz Lantz y Moheno señalan que según datos de encuestas entre visitantes a la exposición, 25 por ciento asistieron al enterarse de manera directa por conocidos que ya la habían visto y les gustó. Otro dato es que la aprobación de la exposición entre el público es de 90 por ciento, considerada como elevada.
Respecto a los aportes museográficos mexicanos a la muestra, dice Moheno: ''La museografía tiene hallazgos extraordinarios. Logra relacionar materiales locales con esas piezas egipcias y les permite reinar en ese contexto, lo que es un gran pecado de la museografía en otras partes del mundo.
''La museografía mexicana siempre ha buscado un diálogo, a diferencia de otras, como las de Estados Unidos, Italia, Francia, España o Alemania. La propuesta de la exposición sintetiza lo que podríamos llamar ya la escuela de museografía mexicana, que tiene una importante tradición, con nombres como Iker Larrauri, Fernando Gamboa o Mario Vázquez.
''Los museógrafos y los directores de los museos de Berlín y Munich están fascinados con la propuesta mexicana y prácticamente la querían copiar. Desean además adquirir el video con la historia de la exploración del mundo egipcio. El caso de las cédulas electrónicas, novedosas en México, es también un hallazgo de los museógrafos del INAH, encabezados por Ortiz Lantz. En este momento existen tres exposiciones sobre el Egipto antiguo en el mundo y los alemanes ponen como ejemplo la de México."
Comunicar más que exhibir
Para Ortiz Lantz, la museografía mexicana vive un auge, y el surgimiento del Museo Nacional de Antropología fue un parteaguas. ''Nuestra museografía había permanecido un poco a la zaga, y el proyecto Grandes Civilizaciones (China, Africa, Egipto) la renovó.
''Es un campo de experimentación de nuevas formas de mostrar los objetos. Pero más que exhibir, nos interesa comunicar. La gran búsqueda actual no se centra tanto en la calidad de la luz como en la comunicación, en cómo hacer que la visita al museo no se mida en cantidad de espectadores, sino en satisfacción."
Cuál es la filosofía detrás de la museografía mexicana, se pregunta Ortiz Lantz.
''La museografía europea es de un principio más racionalista. Las piezas son colocadas a un mismo nivel, se evita dar muchos relieves, se trata de que la iluminación sea muy estandarizada. En cambio, la mexicana siempre se ha caracterizado por hacer énfasis un poco mayor en el objeto, hacer que luzca cada una de las piezas de manera individual.
''Diseñamos las exposiciones tomando los estudios de público como base y su comportamiento en la sala, el cual varía mucho porque es diverso. Otro factor es incluir sorpresas durante el recorrido que renueven el entusiasmo para que la visita no se vuelva monótona."