Bush y la "cultura de la vida"
Austin, texas . Como fanática desde hace tiempo del excéntrico manejo que hace George Bush del idioma, naturalmente disfruté de esta gema: "Vean ustedes, en mi línea de trabajo hay que repetir las cosas una vez y otra vez y otra vez más hasta que la verdad se clave en el fondo, algo así como catapultar la propaganda". (Bush en el salón de cabildos del poblado de Greece, Nueva York, el 24 de mayo, al explicar de nuevo su programa de seguridad social ante una reunión de ciudadanos totalmente comunes y corrientes, excepto que los habían seleccionado para que sólo entraran los que estuvieran de acuerdo con él.)
"Catapultar la propaganda" explicaría su desempeño en la entrevista de prensa que vino ese mismo día, en la cual parecía rodeado de bebés nacidos de embriones congelados. Utilizó la frase "cultura de la vida" por lo menos 27 veces (creo que exagero, pero tal vez no). "El uso de dólares federales para destruir la vida es algo que simplemente no apoyo", dijo a los medios el día siguiente.
Entretanto, allá en Bagdad se usan dólares federales para destruir la vida en cantidades considerables porque Bush decidió lanzar una guerra con fines electorales contra un país que no representaba mayor amenaza para nosotros. Y según el famoso memorando del gobierno británico, bien que lo sabía.
La destrucción de la vida en Irak es más dramática que retirar de una laminilla de laboratorio un blastocito más pequeño que la punta de un alfiler. Los mil 600 estadunidenses que han perecido allá hasta el momento no hablan mucho de la cultura de la vida. Tampoco los 15 mil heridos, muchos en forma irreparable. Por todos lados hay cálculos de muertes de civiles iraquíes: una publicación médica británica las situó el año pasado en 100 mil, el sitio web llamado Iraq Body Count dice que son entre 21 mil y 25 mil. Existe la difundida creencia de que las sanciones de la Organización de Naciones Unidas causaron la muerte de cientos de miles, la mayoría bebés, incluso después que se instituyó el programa Petróleo por Alimentos.
El New York Times informa que los médicos iraquíes huyen del país a causa de las amenazas de los insurgentes, con lo cual se desmantela un sistema de salud que en tiempos de Saddam era un ejemplo para el mundo. Me parece que todos tendremos que estar de acuerdo en que hasta ahora no hay mucho avance en llevar la cultura de la vida a Irak.
Lo que no entiendo es la desconexión en la mente de Bush. Uno debe suponer que para él en Irak "hay que romper los huevos para hacer la torta" o algo por el estilo. El día que se tomó la foto con los adorables niños que nacieron de embriones congelados y fueron adoptados por otras personas, declaró: "Estos niños nos recuerdan que ningún embrión sale sobrando".
Pamplinas. Los tratamientos de fertilidad que ayudan a las parejas a tener hijos dejan tantos embriones de desecho que no sería posible adoptar tanto bebé. Los laboratorios sencillamente los tiran a la basura. ¿De qué demonios habla el presidente?
Al parecer los antiabortistas se están volviendo igual de locos que los partidarios de la posesión de armas, ésos que propician la distribución de balas que matan policías y quieren que se autorice la venta de rifles calibre .50, capaces de derribar un avión, además de que obstruyen esfuerzos para cerrar las lagunas legales que permiten vender armas a terroristas y criminales. Más otro montón de loqueras que no sólo resultan dañinas para la sociedad, sino que van contra la voluntad expresa de la mayoría del pueblo estadunidense. Los antiabortistas incluso se están lanzando contra el sistema de autorización judicial para chicas que no pueden cumplir el requisito del consentimiento paterno.
Miren ustedes, 60 por ciento de los estadunidenses están a favor de financiar la investigación de células madres. ¿Será que éste es un asunto relativo a la primera enmienda constitucional? ¿Será que unas cuantas personas quieren imponer su punto de vista religioso a todas las demás? No sé lo suficiente sobre la investigación en células madres para decir que producirá curas milagrosas para el Alzheimer, el Parkinson y otros males, como algunos científicos aseguran. Pero es algo que no sólo vale la pena intentar, sino que no hacerlo debería ser un crimen. Las personas enfermas están aquí y ahora, seres humanos con terrible sufrimiento.
Bush se dispone a usar su primer veto presidencial en este asunto. No detuvo la iniciativa de quiebras, ni todos esos recortes fiscales para los súper ricos, ni la obscena iniciativa agrícola, pero ésta sí la va a vetar. Afirma que vamos a "cruzar una línea ética esencial al crear nuevos incentivos para la actual destrucción de la vida humana". ¿Y no le parece que emprender una guerra innecesaria era cruzar una línea ética esencial?
Es el viejo argumento de la pendiente resbaladiza. Miren, todas las leyes son un proceso de trazar líneas sobre pendientes resbaladizas. En el caso del robo, la diferencia entre un delito menor y uno grave es un centavo. En la posesión de drogas es un gramo. Para el caso, la diferencia entre un lechón y un cerdo es también un gramo. Siempre trazamos distinciones, y es necesario hacerlo: rifles de caza, bien; rifles calibre .50, no seamos estúpidos.
Se trata de no ser estúpidos. ¿"Cultura de la vida"? ¿De la vida de quién?
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Traducción: Jorge Anaya