A LA MITAD DEL FORO
Hipocresía, democracia y hastío del estiaje
LAS PROMESAS DE candidatos y la inexorable realidad son consustanciales a la hipocresía. Los analistas del vuelco finisecular se dicen angustiados por el visible hastío de los pueblos a los que llegó la democracia electoral y cosecharon el fracaso de sus muy legítimos gobiernos: ¡Hay que impedir el desencanto con la democracia!, claman. ¡Hay que preservar el estrecho margen en el accionar de programas y políticas económicas!, proclaman. Que los pobres entierren a sus pobres.
Y SIN EMBARGO HAY que reconocer la inexorable distancia que separa lo prometido en campaña y el pago de la deuda contraída cuando se asume el poder. O se hará realidad la profecía retórica del presidencialismo ilustrado y nos convertiremos fatalmente en país de cínicos. El prometer no empobrece. No envilece reconocer que las promesas de campaña son, en el mejor de las casos, buenas intenciones de esas con las que está empedrado el camino del infierno.
EN GIRA DE DESPEDIDA, Vicente Fox se erigió defensor de la promesa democrática y postulante de la "gesta histórica" que la hizo realidad entre nosotros. No conforme con elogiar a sus compañeros panistas, al prestamista potosino y al Patrón Laviada de la casta divina, dio la bienvenida a la "nueva generación de priístas" en las personas del duranguense Ismael Hernández y el hidalguense Miguel Osorio Chong. ¡Ah!, el ánimo festivo en vísperas del acto conmemorativo de la gesta heroica lo llevó a incluir a uno del PRD, a Zeferino Torreblanca, a cuya victoria electoral ofreció pleno reconocimiento. El fin del pasado o cómo concluye una brega de eternidad.
PORQUE EL FESTEJO del 2 de julio en el Angel de la Independencia es gesto de increíble ingenuidad, o acto de cinismo incontrovertible; hipocresía institucionalizada en aras de la democracia con el antidemocrático objetivo de apoyar desde el supremo Poder Ejecutivo de la Unión la elección de los candidatos del partido en el poder que al día siguiente, 3 de julio, contenderán en las elecciones del estado de México y Nayarit. Vicente Fox, Rubén Aguilar y el dirigente panista Manuel Espino han hablado en lenguas en esfuerzo extraordinario para reducir el misterio del verbo a retruécano intercambiable a tres voces. El vocero Aguilar revivió la presuntuosa proclama de "la República está reunida". Convocatoria plural, dijo: Todos, que vengan todos; están invitados Roberto Madrazo, Andrés Manuel López Obrador y todos, lo que se dice, todos.
TAL VEZ POR ESO, tras la dura respuesta del dirigente y aspirante a candidato presidencial del PRI, después del retorno del "amor y paz" en los maitines del jefe de Gobierno del Distrito Federal; con el Ejército en las calles y la señora Condoleezza Rice ante el micrófono para vocear la violencia fronteriza que pone en peligro a la potencia vecina del norte; a lo mejor, quién sabe, pero pudiera ser que eso y el inminente periodo extraordinario de sesiones del Congreso de la Unión, llevaron a Vicente Fox a "salirse del guión". Y dijo: "la democracia no es culpable de lo que los actores políticos que participamos en operar esa democracia no hayamos tenido la madurez, no hayamos tenido la visión de anteponer a México sobre los intereses mezquinos, a veces de personas o de partidos políticos." (sic)
Y TODAVIA HAY quienes dicen que así hablaba Zaratustra. O que la democracia es pavorreal que se muere de hastío en el estiaje. Agua bendita para exorcizar al demonio de la desmesura que hace decir a López Obrador que se ha normalizado el abasto de agua en Iztapalapa. Autos de fe para elevar oraciones a la irrevocable legalidad de las licencias otorgadas por Santiago Creel a Televisa, et alia, para instalar y explotar (Ave María purísima) casas de juego y apuestas; "books" en la vieja jerga de la bendita desregulación. La democracia como fin y el poder como medio para el reparto de bienes y la justificación de los males. Persistencia del antiguo régimen y de los intereses eternos al llegar el tercer milenio y el sufragio efectivo bajo el efecto invernadero y el calentamiento de la atmósfera y los ánimos de los que padecen la sequía del desempleo y la ofensa de la filantropía que suple a las políticas sociales y confunde popular con populismo.
HABRA QUE ACEPTAR la distancia entre las promesas de los candidatos y lo que hacen al llegar al poder. Lo inaceptable es la hipocresía institucionalizada bajo el manto de una opinión pública interpretada por las encuestas. Por las lecturas de signos y de cifras. El azar, la ley de las probabilidades, la sucesión de gráficas y de indicadores del reconocimiento del nombre, del hombre en "un momento dado", han suplido al liderazgo político y la conducción política. Fugitivos del compromiso, evaden las ideologías y vagan por el laberinto de una topografía política sin izquierda ni derecha, con el centro omnisciente como único indicador. En todo el mundo, el de la globalidad, el nuevo orden y la verdad única, todos los partidos de todas las naciones coinciden en seguir el rumbo señalado por las encuestas y acatar lo indicado por los poderes mediáticos, para "llegar a gobernar". Con el patético añadido, dicho en la más íntima intimidad, de que "una vez en el poder haremos lo debido".
LA DERECHA QUE VINO con el vuelco se dijo de centroizquierda. El presidente Fox no ha violentado el marco normativo. No ha hecho sino proseguir el desmantelamiento de las instituciones que alegremente iniciaron los tecnócratas del reformismo. Desde el "liberalismo social" del salinismo hasta la nueva ortodoxia del zedillismo. Cronos y Saturno en renovada contienda para devorar a sus hijos. Combate entre quienes quedaron a la orilla del camino, falso duelo entre los divididos al confrontarse los que dejarían a unos y otros sin legado alguno, vencidos por la derecha de veras, que los echó del poder. Los intérpretes del prodigio aseguran que Roberto Madrazo abandera las huestes del salinismo y los del Tucom son adalides del zedillismo. Pero no hay quien sepa o pueda distinguir a los unos de los otros.
SI ALGO LOS DISTINGUE, los separa, no son las ideas sino los miedos, los rencores; el pavor que uno sembró en el ánimo del otro. La desazón que llevó a Ernesto Zedillo a poner la Procuraduría General de la República en manos de un militante del PAN, a dejar hacer, dejar pasar las peores y más malolientes acciones judiciales como instrumento del poder para desarticular las redes de intereses de su antecesor, ponerlo a la defensiva; al ridículo de la "huelga de hambre" y a la dura, ineludible opción del ostracismo. Ya exhibida la insultante fortuna del hermano, guardada en un cajón de la banca suiza, Ernesto Zedillo dio carta blanca a fiscales que compraron testigos, sembraron cadáveres, falsificaron pruebas para condenar a Raúl Salinas a 50 años de cárcel por el asesinato de Francisco Ruiz Massieu. Tras el desplome de la economía, luego del "error de diciembre", dos años de tregua obtuvo con el juicio "al hermano incómodo", diría el cinismo de la moral que no da moras.
Y EN EL GABINETAZO de la alternancia lo repetirían al caer los indicadores económicos el primer año de gobierno. Si Ernesto Zedillo obtuvo dos años de tregua, nosotros podríamos lograr eso y más encarcelando a funcionarios de Pemex y a los líderes del sindicato; los peces gordos ofrecidos santurronamente por Francisco Barrio. No se pudo. El de Chihuahua reza en público la oración con la que pide a Dios le indique si debe seguir en la contienda. Felipe Calderón, quien fuera obligado a renunciar a la Secretaría de Energía, exige que se investigue a fondo la concesión de permisos para instalar casas de juego. Santiago Creel amenaza con demandar penalmente a quien "se pase de la raya". Y Carlos Abascal, flamante secretario de Gobernación, descubre el Mediterráneo y declara que son legales los actos de su antecesor.
VALE. Y HASTA ES posible que en esa materia subsistan las facultades discrecionales que la ley otorga al titular de Gobernación. Lo cuestionable es haber otorgado esas concesiones a la cadena televisora del gran poder unos cuantos días antes de dejar el cargo para lanzarse en pos de la candidatura presidencial del PAN. Legal o no, es increíblemente torpe, resulta un acto de petulancia, ostentosa presunción de pureza incontrovertible. Grave secuela del palmetazo de dómine que Creel pretendió dar a Jesús Reyes Heroles al trastrocar la máxima que asevera: En política, la forma es fondo. A mayor abundamiento y sin evocar a la mujer de César: En política lo que parece, es. De ahí que no de moras el árbol del certificado ISO 9001, a cuya sombra se acoge el subsecretario Felipe González.
"EL AREA DE juegos y sorteos está certificada desde este año con el ISO 9001, por como lleva sus procedimientos. Digo, vean el esfuerzo que estamos haciendo". Y asumió la responsabilidad: "...quien autoriza es el subsecretario de Gobernación. Los secretarios dan línea general, ellos no pueden decirnos haga o no haga usted algo. Si no, ¡imagínese!, se perdería el esquema de responsabilidad dentro de la secretaría". Adiós al mando vertical. Bienvenidos a los estamentos certificados y el esquema de responsabilidad que permite olvidarse de que el Poder Ejecutivo se deposita en un solo individuo.
EN EL QUE VUELA rumbo a Ucrania, adonde llegó la democracia electoral certificada nada menos que por Washington 2005. Luego irá Fox a Rusia, al encuentro con Vladimir Putin, el de la confrontación con los oligarcas. Van a hablar de mercados, dice la cancillería. No acompañará a su jefe el secretario Luis Ernesto Derbez. Mercado libre y fronteras militarizadas. Fox y Putin podrían intercambiar experiencias, interpretar silencios mutuos. Vladimir Putin se queja amargamente de la creciente desunión y dispersión de las repúblicas rusas, del empobrecimiento de la mayoría y la concentración brutal de la riqueza en unas cuantas manos. Pero jamás se refiere a las posibles culpas del capitalismo salvaje que instauró Yeltsin y que él recibió como legado con el compromiso de proteger al antecesor y a su familia.
¡AH!, DIRIA FOX, NO tiene la culpa la democracia sino los que la operan; no es la concentración del capital, sino la separación de poderes. Todo cambió. Menos el plazo fatal de seis años. Ya se va la clave azul.