Riesgo de que aumente el escepticismo social tras los rechazos a la Constitución
El reciente fracaso en Bruselas sume en crisis a la UE
Bruselas, 18 de junio. La Unión Europea (UE) cayó en una de las crisis más profundas de su historia tras el fracaso de la cumbre de Bruselas para alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto comunitario 2007-2013, una situación que podría agravar el escepticismo de sus ciudadanos, marcados ya por los rechazos a la Constitución.
"¿Queremos un mercado dotado de algunos instrumentos (de regulación) o una unión política con todo lo que eso tiene de importante, un lugar donde existe solidaridad entre el débil y el fuerte?", se preguntó el canciller federal alemán, Gerhard Schroeder, al definir con crudeza los dos campos en los que quedó dividida Europa tras la cumbre de Bruselas.
"Hay dos concepciones de Europa. Lo sabía desde hace mucho y presentía que un día este debate estallaría", resumió por su parte el presidente en ejercicio de la UE, el premier luxemburgués, Jean-Claude Juncker, en la conferencia de prensa que constató la crisis profunda que afecta al bloque.
Tras dos días de maratónicas y tensas negociaciones en una cumbre que tenía como misión sacar a Europa de la parálisis en la que se hundió por el rechazo franco-holandés a la Constitución, la UE debió admitir que no llegó a ningún acuerdo.
El primer ministro británico, Tony Blair, quedó como el gran responsable del fracaso por su negativa a ceder en la cuestión del "cheque británico". Inglaterra ha decidido encabezar una corriente de "renovación", liberal y "modernista", a la que podrían sumarse Holanda, los países escandinavos y, quizás, los nuevos miembros del Este.
Del otro lado quedó un debilitado equipo franco-alemán, acompañado por la mayoría de la vieja Europa. La posición de España, que sorprendentemente acompañó a Gran Bretaña en el rechazo del presupuesto, es por lo pronto incierta.
Un decepcionado Juncker sentenció que tras ese fracaso, Europa podría comenzar un proceso de "debilitamiento" que será "lento e imperceptible". "Los otros se darán cuenta más rápido que nosotros", agregó.
Blair, quien el 1º de julio asumirá la presidencia semestral de la UE, se presentó ante la prensa sin remordimientos y habló de la llegada de "un momento de renovación", en el que Europa deberá "cambiar de velocidad para adaptarse al mundo".
"Europa está en una crisis profunda", declararon por su parte Chirac y Juncker, este último muy enojado tras 14 horas de negociaciones en las que chocó una y otra vez con el rechazo de Blair a ceder el rembolso que tiene el Reino Unido desde 1984 en sus aportes a la UE y que había conseguido en su momento Margaret Thatcher.
Juncker acusó a Blair de haber cerrado la puerta a todo acuerdo al exigir la revisión de la Política Agrícola Común, que tiene a Francia como principal beneficiaria.
Aislado en cuanto a su "cheque", el Reino Unido logró sumar a la hora de rechazar un compromiso global sobre el presupuesto 2007-2013 los apoyos de Holanda y Suecia (grandes contribuyentes deseosos de pagar menos) y, en forma sorpresiva, Finlandia y España.
El intento más simbólico de conciliación vino de la parte de Polonia y los otros nueve nuevos miembros de la UE, en su mayoría provenientes del ex bloque comunista, que propusieron a último minuto ceder fondos de sus ayudas para buscar un acuerdo. Juncker confesó su "vergüenza" ante esta situación, descrita como "patética" por Chirac.
"Fueron los pobres los que estaban preparados para hacer concesiones y los ricos quienes dijeron 'bueno, ya recibimos pero debemos recibir todavía más'", confesó el primer ministro belga Guy Verhofstadt, sorprendido como muchos de sus homólogos reunidos en Bruselas.
El rotundo fracaso en la cuestión presupuestario debilitaría además la decisión tomada el jueves por los líderes de la UE de prolongar el proceso de ratificación de la Constitución hasta 2007, y abrir una fase de reflexión y debate.