El presidente Lula nombra jefa de gabinete a la ex guerrillera Dilma Roussef
Grupos y sindicatos brasileños llaman a marchar contra el "golpismo de derecha"
Demandan también investigar denuncias de corrupción y cambios a la política económica
Ampliar la imagen Dilma Roussef, hoy jefa de gabinete y ex ministra de Minas y Energ� Luiz Furlan, ministro de Industria, y el presidente brasile�uiz Inacio Lula da Silva, en la reuni�el Mercosur FOTO Reuters Foto: Reuters
Brasilia, 20 de junio. Movimientos sociales y sindicales de Brasil, entre ellos el de los trabajadores rurales Sin Tierra (MST), llamarán a movilizarse contra el "golpismo de derecha", que estaría detrás de la ola de denuncias de corrupción en el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, pero también para exigir cambios a la política económica.
En tanto, el mandatario nombró este lunes jefa de gabinete a su ministra de Minas y Energía, Dilma Rousseff, en sustitución de José Dirceu, quien renunció la semana pasada en medio de acusaciones de corrupción.
La Coordinadora de Movimientos Sociales -que incluye al MST, a la Central Unica de Trabajadores (CUT, la principal del país) y a la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), entre sus principales integrantes- divulgará mañana una "carta al pueblo brasileño".
En ésta llamará a "una movilización popular contra el golpismo de derecha y a investigar a fondo las denuncias de corrupción, castigando a los culpables", dijo Antonio Carlos Spis, secretario nacional de comunicación de la CUT.
También propondrá "cambios a la política económica" del ministro de Hacienda, Antonio Palocci, centrada en estrictos recortes que hasta ahora dieron más satisfacción a los mercados que al electorado tradicional del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), con el que Lula llegó al poder.
La CUT planea además una manifestación para el 28 de julio, en un lugar aún no definido, y asistir el primero de julio a un congreso de la UNE, que deberá concluir con un acto que retome los temas de la "carta al pueblo brasileño".
Las acusaciones de corrupción generaron la peor crisis política desde que Lula llegó al poder, en enero de 2003, y forzaron la semana pasada la renuncia de Dirceu.
Las primeras acusaciones involucraron al presidente del Partido Trabalhista Brasileño, Roberto Jefferson, aliado de Lula, por casos de soborno en entidades estatales. Pero Jefferson reaccionó acusando a su vez al PT de pagar sobornos a diputados, con el conocimiento de Dirceu. También dijo haber recibido 1.6 millones de dólares como donación del PT.
Dirceu, crítico de la actual política económica, y el PT achacaron esas denuncias a tentativas de desestabilización orquestadas por las dos principales fuerzas opositoras, el Partido de la Social Democracia Brasileña (del ex presidente Fernando Henrique Cardoso) y el derechista Partido del Frente Liberal.
En tanto, Lula nombró jefa de gabinete a la ex guerrillera y economista Dilma Rousseff, rechazada en sectores del PT que le reprochan su "rigidez" en el trato con legisladores, lo cual podría dificultar las alianzas que Lula trata de hacer con partidos de centro y de derecha para asegurar la gobernabilidad.
Las alianzas son necesarias porque el PT tiene sólo 91 diputados de un total de 513 y 13 senadores de 81.